10. Demente

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Tomé a una de las enfermeras por el cuello, los doctores se pusieron en defensa sacando las jeringas y armas de electrochoques. Richard solo sonrió apoyando su mano en las mejillas.

— Le llegas a hacer daño a un solo enfermero, recibirás el doble—Richard se levantó acercándose a Keith cosa que no permití- Vamos, si quieres desconéctalo- tomé una de las jeringas para apuntar a los que se acercarán, me dirigí donde Keith lo más rápido posible, no pude evitar a abrazarlo fuertemente contra mi pecho arranqué todos los cables que estaban conectado a su cuerpo, de igual forma lo hice con Mike. Keith cerraba sus ojos lentamente, tome sus manos pero estaban frías al igual que su cuerpo.

—No te duermas, quédate un momento conmigo ¿sí? — el asintió levemente, tome su rostro entre mis manos y lo besé para animarlo— Me vengare de ellos luego Keith, te lo prometo pero por ahora quiero curarte.

Como papá me lo enseñó.

Tome la mano de Keith cerrando los ojos, la apreté un poco a los segundos sentí como algo me recorría mis venas, me di cuenta era el dolor de Keith ya que a mí me dolía, los ojos de Keith se abrieron un poco más quería seguir curándolo pero me apartó sin decir nada, lo mire confundida luego me señalo a Mike pidiéndome con la mirada que también lo ayudé, tomé la mano de Mike a los instantes volvía a recobrar el conocimientos, me acerque nuevamente a Keith aferrándolo a mi pecho, con mi dedo pulgar limpie algunas de las lágrimas que estaban en sus marcadas mejillas.

— No...No me dejes, tengo miedo- comenzó a susurrar inconsciente— Mamá.

-No lo haré cariño, no lo haré- mis ojos se cristalizaron, me dolía tanto verlo así, me dolía verlo sufrir, me dolía verlo indefenso cambiando la perspectiva de cómo es realmente.

No pude evitar darles una mirada de odio cuando los enfermeros vinieron a recoger a Keih y a Mike para llevarlos a enfermería. Recostaron a Keith y a Mike en las camillas dejándolos reposar, no quería irme quería quedarme hasta que Keith se despertará.

—Lydia — llamó Richard.

— ¿Que mierda quieres?

—Deje ir a Keith y a Mike, pero tú me hiciste escándalo, hiciste que todos comenzaran a rumorear y a asustarse, odio cuando comienzan a cotillear, ¿Sabes qué significa? Debes recibir las recompensas.

—Claro— le di una sonrisa falsa, extendiendo mis brazos para que me los tomará, era mi oportunidad.

Me vengaré al cruzar aquella puerta.

Caminaba por los pasillos dando leves saltos, con una gran sonrisa a lado de Richard el cual me miraba confundido, coloqué mis manos atrás y las moví de un lado a otro.

Oh Richard, con Keith nadie se mete.

Me di cuenta de cómo me afecta cuando alguien se mete con mi novio, creo que sería capaz de matar de alguien por él. Me di cuenta que si Keith quiere hacer algo por más inoportuno que sea estaré apoyándolo siempre, sería capaz de destruir a cualquiera que se meta con él, sería capaz de volverme una gran asesina por él, me imagino que él también lo haría conmigo.

Después de todo Keith me convirtió poco a poco en una psicópata como él. Defender a alguien a tu manera no significa que estés loco ¿O sí?

Suena terrible escucharlo, pero no me importa porque se claramente que en verdad son así las cosas. Cuando crucé esa puerta haré sufrir a todos esos enfermeros, haré que me tengan miedo y nos dejen en paz.

Creo que aquella Lydia "mala" no se ha ido del todo.

—Dame, tu brazo para inyectarte el tranquilizante— dijo aquella enfermera con una expresión seria, casi aburrida de tener que afrontar la misma situación todos los días.

Lydia® [LIBRO 1-2] BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora