34. Arete

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Intento abrir los ojos pero no puedo están pesados y doloridos, necesito levantarme. Algo está pasando conmigo, no entiendo nada, tengo una voz dentro de mí que susurra cosas inentendibles, cada vez se vuelve más y más potente que me asusta, eran tan agresivas que me estaban arruinando la mente. Abrí los ojos de un solo golpe, no veía nada, todo estaba tan oscuros, luego de esperar unos minutos me di cuenta que no estaba en mi casa, si no en una habitación totalmente diferente. Recordé todo lo que había pasado, entonces por deducción pensé que estaba en la habitación de Keith. Me levanté un poco más quedando sentada, entrecerré los ojos hacia la puerta, me di cuenta que Keith estaba de brazos cruzados cerca de la puerta sentado en una silla.

Se lo ve bonito así como está.

Traté de recordar en que momento había llegado a este lugar, pero no se me venía ninguna idea a la mente, solo recordé como de manera frívola Keith apuñaló a ese tipo. Miré a un lado, mi ropa estaba muy manchada con sangre y hasta donde yo estaba percibía aquel olor a metal. Observé mi cuerpo notando que sobre mi tenia puesto un abrigo negro. El cuerpo me tembló el solo pensar que Keith mi haya vestido, ¿De verdad lo hizo? Por alguna razón los recuerdos de aquella noche se me vinieron a la mente, no soportaba que alguien más me hubiera tocado. Me sentía sucia.

— ¿Lydia? — la voz somnolienta de Keith me desvío de mis pensamientos- ¿Te encuentras bien?

— ¿Quién me vistió? — dije apretando las sábanas.

— ¿Tranquila si? No hice nada malo...

— ¿Me vestiste tú?- me removí asustada en la cama. El trato de levantarse, pensé que me haría algo pero solo trataba de explicarme las cosas.

— ¡No! Obviamente no fui yo. Kyle fue, la llamé apenas te traje- un gran alivio recorrió mi cuerpo me alegro de que no haya sido él.

—Lo siento, solo que el hecho de pensar...

—Lo sé- interrumpió rodando los ojos-, por eso no lo hice- la habitación entró en un silencio incómodo.

— ¿Esto tenía que suceder?- pregunté, porque si es así realmente Ashley me destruirá la vida.

—No y realmente no entiendo por qué las cosas están cambiando.

— ¿Degastes tirado a aquel tipo?

—Sí, será mejor que no hablemos de esto.

—No puedes hacer eso se van a dar cuenta...

—Recuerda que lo he hecho antes Lydia, se cómo hacer esto—suspiró— ¿Necesitas algo? ¿Una pastilla?

—Creo que necesito una pastilla para dolor de cabeza.

Keith sin mirarme se dirigió a la cocina, minutos después escuché que tocaban el timbre de la casa asome por la puerta y me encontré con aquella oficial de la vez anterior. ¿Se habrá dado cuenta? El pensar que estoy en problemas me aterraba, yo soy una cómplice sea como sea, así lo haya tenido merecido aquel tipo, él no podía morir de aquella manera.

—Buenas noches, disculpen por la hora pero recientemente hubo un crimen cerca de la localidad. Estamos interviniendo en toda sospecha para obtener respuesta. Una señora nos ha reportado que usted llegó a casa minutos después del incidente con una chica en brazos- Keith no realizaba ningún gesto, pero pude ver como apretaba los puños- ¿Podemos realizar una revisión?

—No pueden— dijo Keith en tono seco. Iba a cerrarle la puerta pero la oficial colocó el pie.

—No lo haga difícil, solo queremos asegurarnos—dio una mirada fulminante—El que nada debe, nada teme—sonrió- ¿No es así?

Lydia® [LIBRO 1-2] BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora