36. Mario

3.6K 259 263
                                    


— No — contestó y colgó al instante. Me quedé indignada apenas le dije a Keith sobre el viaje de papa se puso histérico.

No me dejaría así, lo volví a llamar.

— Lydia no...

— Atrévete a colgar una vez más y veras — dije furiosa, esta vez no colgó pero si hubo un silencio incomodo — ¿No vas a hablar?

— Dijiste que no cuelgue así que mejor me quedo callado, tú sabes que no cambiaré de opinión.

— Deja de hacerte rogar — me tome de la sien — Keith no será feo el viaje, lo necesitas mejor dicho lo necesitamos por todo lo que hemos pasado.

— ¿Por qué me invitan? — preguntó frustrado.

— ¿Hablo con la pared o qué? — Suspire — Estaremos juntos...

— ¿Es por pena o qué? Lo hacen porque estoy solo...

— ¡Agh! No Keith, lo hacen porque sienten agradecidos de cuidarme en el Asylum y protegerme...

— Era lo mínimo que podía hacer, después de todo fui yo el que te metió ahí.

— Deja de ser pesimista, eso es pasado ¿A poco no crees que fue una experiencia?

Solo se oía su respiración, si me decía otra vez que no iría, dejaría de insistir. Creo que llevo aquí insistiendo hace una hora y nada que lo consigo.

— No — dijo con la voz caída.

— Entiendo — susurre — Creo que debería dejar de ser tan insistente y entenderte. Si no quieres ir está bien, no puedo obligarte a algo que no quieres, no te preocupes.

— Gracias Lydia — dio un susurro que apenas se logró escuchar — De verdad lo siento — pensé que cambiaría de opinión pero no, debo entenderlo también y no solo pensar en mí.

— Adiós Keith — aunque quisiera parecer que no me afectaba mucho no podía ocultar mi tono de decepción.

— Descansa bien, de verdad lo siento — colgué, sentí un nudo en mi garganta, parecía una adolescente de doce años chillando por esto pero vamos ¿otros no estarían también decepcionados como yo? No quería llorar por tristeza sino por rabia y no sé a quién.

Guarde algunas prendas en las maletas para el viaje, deje arreglando todo para que en la mañana puede alistarme mejor. Una lagrimilla traicionera rodó por mi mejilla. Sonreí por lo estúpida que me veía en este momento.

— ¿Si va? — Pregunto mamá apareciendo por la puerta — ¿Ha pasado algo malo?

Intente tragarme ese nudo en la garganta, no quería llorar por esto — No va — Sonreí — No puede.

— ¿Quieres llorar? Te has peleado con él, ¿no es así?

— No preguntes eso que lo conseguirás — Sonreí mirando a otro lado- No le gustaba mucho la idea, él es así mamá.

— Debemos entenderlo — me acaricio el hombro, asenti con la cabeza mirando a otro lado. La Lydia que todos conocen no pierde la compostura por cosas mínimas.

— No importa mamá — me puse de pie dando palmadas a mis rodillas — Es mejor que descansemos, mañana nos iremos temprano.

Mamá me dio un beso en la frente antes de irse, me senté en mi escritorio un poco pensativa. Ya no estaba enojada, ni triste solo pensativa y creo que ni siquiera eso solo parecía un tipo zombie mirando a la lámpara que tenía frente a mí, a lado de ella estaba el diario rojo el cual no había abierto nunca y tampoco lo haré, toda cosa que este en él es pasado. Si la situación hubiera sido al revés y a la que hubieran invitado fuera a mi yo lo hubiera aceptado solo para estar con la persona que quiero, pero el problema es que soy yo y no Keith. Tengo muy claro que me quiere pero es difícil para él, además soy tonta no creo que sea el fin del mundo si no va, habrán otros momentos, pero me había ilusionado no creo que sea la única con la que se ha ilusionado mucho con algo y tiene toda la esperanza de que algo suceda pero de un momento a otro todo sale mal y te das cuenta de la mala jugada que puede jugarte la vida.

Lydia® [LIBRO 1-2] BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora