Capítulo 30 [Parte 2]: Visión

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Keith.

Todo se hizo blanco en mi mente al cerrar los ojos, los abrí nuevamente pero no estaba en la cabaña, Lydia tampoco estaba a mi lado, estaba solo. Di unos cuantos pasos hasta que escuche susurros.

—Eh... ¿Hay alguien? — no se me daba mucho por ser amable con quien estuviera aquí. Si es una trampa iré donde Ashley así no me recuerde y le haré pagar.

—No lo puedo creer— susurró aquella voz que tanto extrañaba, abrí mis ojos como platos al tenerla frente a mí.

No lo dude más y corrí hacia ella, abrace a mi madre.

—No, no, no, esto es un sueño— las lágrimas salieron una tras otra. Mis mejillas se empaparon, me sentía vulnerable- Mamá.

—Tranquilo mi pequeño, ya estoy aquí— me acarició el cabello— Has crecido, eras un pequeño niño ahora eres un hombre apuesto y muy bello.

—Te he extrañado, te he extrañado y tanto—me acurruque en su pecho- Mi vida es una mierda, todos me juzgan sin saber, dejan que era un monstruo.

—¿Es tan mala tu vida?— mama frunció el ceño—Me parece que hay alguien que no te ha juzgado y es aquella muchacha— me señaló a Lydia quien podía verla a través de donde estaba— ¿Es tu novia?

—Sí, ella es una chica maravillosa— la mire con ternura— Ha estado en mis peores momentos.

—Y aun así querías matarla—sonrió.

—¿Me has visto?

—Sí, todo—apretó sus labios. Se la veía tan hermosa radiante y muy alegre— Pero ella se quedó contigo, eres muy afortunado de tenerla. Me di cuenta que no le has abierto todo tu corazón a ella, no seas el Keith para la sociedad, se le Keith que ella merezca conocer. Si en algún momento sientes que la pierdes lucha por ella, tienes que dar todo de ti, las cosas se pondrán duras de aquí en adelante, tal vez no hayan villanos pero por cosas mínimas se puede destruir todo. Tú mismo me dijiste que este mundo es malo y ruin, ella es pura e inocente debes cuidarla y protegerla, también puedes enseñarle a defenderse, es una chica muy fuerte, solo que no sabe cómo aplicar su fuerza

— Lo haré— sonreí—La cuidaré—Lydia busco en una habitación cobijas, luego regresó y me cubrió con ellas en el sillón, se sentó a mi lado me acarició el cabello y me dio un beso en la frente.

—Es muy linda, me hubiera gustado conocerla.

—Le hablaré de ti— tome sus manos— ¿Estás bien aquí?

—Muy bien, no te preocupes. Helena y yo te cuidamos y te observamos para que todo vaya bien, tienes que controlar tus impulsos puedes herir a quien quieres.

—No es cierto— esa voz, gire sobre mis talones era Helena, ya no era la misma niña pequeña—¡Keith!

—Helena pero... ¡Estas hermosa!—la abrace muy fuerte, había crecido y mucho. Tenía una sonrisa radiante en su rostro, sus enorme ojos azules la hacía ver tan pura e inocente—Extraño cuando éramos niños.

—Yo igual— sonrió—Todo era perfecto.

—Podría haber hecho algo aquel día del incendio, podía haberlas salvado...

—No digas eso Keith...— dijo mamá.

—No tienes la culpa de nada, fuiste muy valiente hermano—dijo Helena tocándome un hombro.

—Siempre serás mi pequeño que ayudaba a todos—mamà me abrazo, las lágrimas salían, no quería regresar, quería quedarme así para siempre—se nos concedió un momento para estar contigo, pero tienes que volver...

—No quiero— negué varias veces con la cabeza. 

—Sé que quieres regresar—intervino Helena— La quieres mucho y tienen un largo camino por delante que asumir juntos.

—¿Las volveré a ver?

—Siempre que pienses en nosotras— Sonreí— Trata de cambiar, demuéstrale a todos que no eres el monstruo que todos creen.

—Estarás orgullosa de mí.

—Ya lo estoy—sonrió, tomé la mano de Helena y de mamá para despedirme.

—Las amo demasiado y siempre vivirán en mí.

—Adiós Keith— susurraron al mismo tiempo. Sentí que mi cuerpo se hacía débil, todo se oscurecía, sus sonrisas se desvanecían y esta vez para siempre.

Desperté encontrándome con los ojos verdes de Lydia. No dude ningún segundo en abrazarla, me acosté en el sillón y la coloque encima de mi pecho.

—No te lo he dicho nunca pero quiero que tu y yo tengamos algo muy en serio  —tal vez haya mencionado que era mi novia anteriormente pero nunca se lo he pedido por vergüenza a esas mierdas de amor— ¿Quieres ser mi destrucción?

Tengo que hacerle caso a mi madre, abrir mi corazón a ella así como ella me lo abrió a mí.

Alzó su cabeza con el ceño fruncido, la había tomado por sorpresa—Si, Keith.

***

No fue tan rápido pero prometo, espero les guste♥


Lydia® [LIBRO 1-2] BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora