capítulo 21

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Sábado. Si sábado, un cumpleaños que tengo que realizar sin Lisa.
El día de ayer no bino, ni lo hará hoy ni mañana. Su resfriado cada vez esta peor.

Llego ala casa de la familia Perez, donde se hará la fiesta de cumpleaños de su hija de nueve años, quien quiere que sea con castillos, unicornios, princesas, que tenga una mesa grande con dulces y un pastel color rosa.

Me pongo a arreglar a las chicas que harán de princesas, luego a ver que los "unicornios" estén listos.

La fiesta va muy bien y tranquilo, así que decido irme y dejo a cargo al remplazo de Lisa, quien es un chico que acaba de ingresar a la empresa en el sector infantil.

Lo bueno de los sábados y domingos es que salgo a la hora que quiero. Llego a mi departamento y encuentro a la señora Cameron con Pilar sentadas en el suelo de mi sala mirando revistas.

- Tiana ¿ que paso ? - pregunta Pilar.

- ¿ nada ? - digo sin entender por que la pregunta.

- ¿ y qué haces aquí ? - dice Pilar mirándome muy atenta.

- es mi departamento - digo algo obvia.

- me refiero a que es temprano y tu llegas más tarde.

- oh si, solo que los sábados y domingos salgo más temprana.

- oh que bien. Entonces podemos ir hoy a ver mi vestido - dice Pilar muy contenta.

- creo que mejor lo dejemos para otro día. Tengo hambre - dijo

- vamos Tiana. Ya voy a tener una semana acá y no he visto nada - dice Pilar cruzando sus brazos.

- yo te fui muy clara con respecto a eso. Te dije que trabajo y no tengo tiempo, además tienes a la señora Cameron para que te ayude.

- si la tengo, pero yo lo quiero hacer con mi hermana.

Me siento la villana esta vez. Pilar no siempre es mala, existen momentos donde ella es buena conmigo y yo la trato mal, como en estos momentos.

- esta bien - digo sin tanta emoción - pero primero iré a comer algo.

Me voy hasta la cocina y me preparo tortilla de arroz y me sirvo un vaso de jugo de pera. Una vez terminado me voy solo con Pilar en busca de su vestido de novia.
La señora Cameron no nos acompañó, ya que dijo que hoy vendría de viaje su hijastro.

Llegamos hasta la casa de la novia donde nos atendió una joven que se encontraba bien vestida; tenia un vestido corto apegado color blanco, que resaltaba su figura y unos tacos puntas blancos y el cabello suelto en hondas; se presento como Támara.
Nos llevo a una parte de la tienda donde nos hizo sentar en un sofá de media luna, hay Pilar y ella empezaron hablar de como seria el vestido que se buscaba. Pilar le enseño las revistas de vestido que ella había escogido.
Támara se retira y luego de un momento regresa con una variedad de vestidos de novia. Pilar da un grito de felicidad y se para de inmediato a escoger su vestido.
Se prueba uno y otro y siempre tiene un " pero ". Ya sea por el color, por el corte, por el encaje, por el largo, hasta por una simple insignificante perla pequeña.
Luego de muchas horas Pilar ya tiene elegido unos cinco vestidos. Los mira y remira, una y otra vez, se vuelve a probar las cinco vestidos y luego de un rato escoge un vestido estilo princesa con un escote en corazón, no tiene ninguna perla ni brillo en el vestido, tiene un lazo que va amarrado en la cintura. Su velo es largo y tiene bordados de flores con hilo plateado. Es un vestido realmente hermoso, es simple pero grandioso, nunca imagine que Pilar escogería un vestido así. Me imagine un vestido mas llamativo, con brillo y perlas, hasta imagine que sería uno apegado, no uno princesa.
Le harían unos retoques finales al vestido, lo ajustarían el corcel, ya que le queda un poco suelto y en una semana nos lo enviarían el vestido a mi departamento.

Al salir ya eran las ocho de la noche y de mi departamento salimos a las tres de la tarde. Pensaba ir a la casa de Lisa para ver como seguía pero Pilar quería ver mas tiendas.

Entramos a una joyería y cada una se fue por su lado a ver las joyas. Luego de un rato Pilar me llama para irnos. Subimos a un taxi ya que Pilar dijo que no pensaba viajar en microbus.
Miro por la ventana las tiendas, las personas y las luces de los postes.

- ¿ recuerdas la pulsera que los abuelos nos dieron ? - pregunta Pilar. Me giro la veo.

Como no recordarlo. Cuando cumplimos cada una 10 años nuestros abuelos paternos nos dieron a cada una una pulsera con un dije de corazón, cada año en nuestro cumpleaños nos regalaban un dije de un corazón diferente. Pilar siempre me gano por dos, ya que es mayor que yo.
Mi abuelo murió cuando yo tenia 14 años y mi abuela dos años después. Luego de eso mi padre fue el que siguió dándonos los dijes. Eran 10 dijes de corazón, tanto como Pilar y yo teníamos al final los mismos dijes. Cuando cumplimos los 20 años (Pilar dos años antes) mi padre nos dio una pulsera nueva, pero esta vez no tenia nada de dijes, el me dijo que a partir de ahora yo buscaría sola esos dijes. Que ellos lo avían echo hace diez años ya que a un era indefensa pero ahora empezaba una nueva etapa de mi vida donde recorrería el mundo en busca de algo nuevo. Y así fue. Cuando viajaba siempre compraba un dije para poner.
Cuando me fui de Chicago a los Ángeles, me olvide una maleta de mano en el taxi, donde se encontraba la pulsera que me dieron mis abuelos. Llore el día que saque todas mis cosas y no encontré la pulsera. Desde ese día no ando con la pulsera que me dio mi padre, cuando viajo compro mi dije y al llegar a casa lo pongo y lo vuelvo a guardar en mi joyero.

- si lo recuerdo. No podría olvidarlo - respondo.

- se te perdió - dice Pilar

- si..... y hasta hora me siento mal por eso

Ambas nos quedamos en silencio mirando al frente.

- ten - Pilar me da una bolsa de regalo color morado. La acepto algo dudosa.

- abre lo. No es nada malo - dice Pilar con una pequeña sonrisa.

Abro la bolsa y me encuentro con una caja color rosa pastel, con un lazo blanco. Miro a Pilar en busca de una respuesta.

- sigue, abre la caja - dice Pilar a un con una pequeña sonrisa.

Desato el lazo y abro la pequeña caja. Me sorprendo al ver lo que es.

- pensé en que no los tendría en mi boda y me dolió, pero al menos los tendría en mi mano - dice Pilar alzando su muñeca y enseñándome su pulsera que nos dieron nuestros abuelos- pero mas me dolió fue que tu no los tendrías a tu lado de ni una u otra forma.

- ¿ como la conseguiste ? - pregunto algo sorprendida y sin poder creerlo.
- al día siguiente que estuve aquí, Giha me acompañó a la joyería y pedí que me hicieran una pulsera igual a la mía.

- es idéntica, parece que fuera la verdadera.

- si, hicieron buen trabajo - dice pilar con una alegría y satisfacción - pontelo

Me lo pongo y siento una alegría inmensa y que mis abuelos otra vez están conmigo.

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