Capítulo 50

3.6K 319 5
                                    

Despierto por causa de la incomodidad de la luz. Abro los ojos despacio acostumbrándome a la luz que entra por la ventana. Me levando y paso mi mano por mi cabello. Bajo mis pies y me paro, saliendo de mi cuarto.

Escucho sonidos en la cocina y al entrar puedo ver a Harry preparando algo.

- ¿a qué hora me dormí? – pregunto poniéndome a su lado y viendo que está friendo huevo.

- no me percate – dice el volteando los huevos.

Me alejo de él para ir hacia el refrigerador. Me sirvo un vaso de jugo de manzana y luego me siento en uno de los asientos de la mesa de la cocina.

Harry pone frente a mí un plato con huevo frito y tostada; él se sienta y me sonríe. Miro mi plato y pincho con un tenedor la yema del huevo y de este sale el líquido medio amarillento, lo muevo de un lado a otro sin dejar de mirar mi plato.

- come – me dice llevando un poco de tostada a su boca.

- es huevo – digo despacio

- sí, es huevo – dice pronunciando despacio cada palabra – viene de la gallina y si lo hubieran dejado con su madre puede que se haya convertido en un pollo.

- sé de donde proviene

- ¿y por qué dices es hubo?

- porque no me gusta el huevo – digo

- ¿Qué? – dice Harry mirándome con los ojos bien abiertos.

- sí, pues.....así como a ti no te gusta la mantequilla a mí no me gusta el huevo frito.

- ¿solo huevo frito o todo lo que contenga huevo?

- solo huevo frito

- ¿Por qué?

- me da asco, así que no comeré esto – digo dejando el tenedor a un lado del plato.

- el huevo tiene muchos nutrientes.

- al igual que la mantequilla.

- pues ambos tenemos lo nuestro – dice con una sonrisa

Coge mi plato y vierte el huevo de mi plato a su plato y luego me lo regresa solo con la tostada.

Terminamos de desayunar y Harry se ofrece a lavar todo mientras yo me alisto para ir al trabajo. Una vez que termino salgo y Harry está parado en medio de mi sala escribiendo algo en su celular.

- ¿nos vamos? – digo acomodando mi cartera en mi hombro.

- ¿adónde iras? – dice mirándome de pies a cabeza.

- a trabajar – digo obvia.

- ¿así?

- ¿me veo mal? – digo mirándome yo misma.

- no, pero si vas así todos te miraran.

- he usado esto otras veces – digo recordando las veces que me lo he puesto.

- pero antes no estabas conmigo.

- me lo puse la vez que me quede en tu departamento.

- claro que no.

- si – digo recordando ese día – solo que tienes memoria de pollito. Mejor vayámonos, ya es tarde.

- ¿memoria de pollito? – dice saliendo detrás de mí de mi departamento.

- sí, ósea que se te olvida con facilidad las cosas.

- eso significa memoria de pollito.

- no puede ser. Para que dije eso

Agencia De EspososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora