Capítulo 2.

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Había pasado exactamente una semana desde que Marinette había entrado a la escuela y ahora comprendía el porque que Alya le decía que no se acercará a Chloé, ella era demasiado presumida y egoísta, y no dudaba en humillar a cualquiera que estuviera frente a ella.

También habia conocido más de sus amigos y había entablado una pequeña amistad con otras personas y aunque algunos de sus compañeros la tratarán de manera especial por el hecho de no hablar, ella parecía ya no incomodarle tanto.

Pero hoy Marinette no iría a la escuela, el día anterior había atrapado un pequeño resfriado, y pues amaneció siendo una fuerte fiebre. Ahora estaba en cama y aburrida, su cuarto estaba en el cobertizo, ella le gustaba la privacidad, pero en este momento odio haber pedido que su madre le hiciera caso.

Tomó su celular, eran la 11:00 am, Alya seguía en clases así que la opción de hablar con ella por mensajería no podría ser, así que se puso a escuchar música, era lo único que podía hacer ahora, no le gustaba estar en casa, y menos ahora que ya se había acostumbrado a ir a la escuela, puede sonar extraño pero Marinette amaba ir a la escuela, le era divertido y siempre encontraba algo nuevo en interesante para querer ir al día siguiente.

Pero no podían culparla para ella todo era nuevo, su curiosidad era igual que la de un pequeño niño, de hecho cuando entro a la biblioteca de la escuela estaba tan emocionada que literalmente estaba saltando de un lado a otro tomando diferentes libros. Eso era divertido para Alya y Nino que estaban con ella dándole un pequeño tour por el colegio. De hecho ese día también pudo sacar su credencial de la biblioteca y pudo sacar prestado uno de los tantos libros que quería.

Oh, cierto tenía el libro, la chica se levanto de la cama, algo mareada, pero logró acercarse a su mochila y tomó aquel libro que habia traido a casa, era un interesante, y aunque tenía 3 días con el ya había leído más de la mitad, ¿que podía decir? le encantaba la lectura. Regreso a la cama y comenzó a leer.

En verdad que no podía dejar de leer, le era imposible, el simple hecho de imaginarse ella siendo la protagonista la hacia emocionarse, aunque otras veces le molestaban las decisiones que estas tomaban, pero ahí no podía hacer ya nada debido a que hacía lo había puesto la escritora o escritor, por algo lo hizo no. En dado momento la chica de pelo azabache se queda dormida debido a la medicina que habia tomado momentos antes, además de que la fiebre no ayudó mucho a mantenerse despierta.

Pero mientras Marinette dormía cómodamente en su casa, una chica de pelo castaño oscuro no paraba de pelear con una rubia de ojos azules.

-Mira que ya me tienes harta Chloé.- dijo la chica con anteojos, mientras la apuntaba con su dedo.

-Para lo que me importa.- contesto con arrogancia la rubia.- Yo solo opine respecto a tu tonto artículo en el periódico.- dijo como si no fuera importante.

-¿Opinar?- preguntó con incredulidad la morena.- ¡No fue lo que hiciste! ¡Lo denigaste! ¡Le dijiste basura! ¡y lo publicaste en tus redes sociales!- grito furiosa mientras Nino la sujetaba de la cintura, lo menos que quería el chico era que expulsaran a su amiga por una pelea que no ganaría.

-Vamos Alya, no vale la pena.- susurro Lila mientras la tomaba del brazo para que se retirarán.

-Yo no hice eso, solo comparti mi opinión a todos, no es mi culpa que  lo escribes sea tan malo.- escupió Chloé con intención de molestarla.

-Basta Chloé. - dijo Adrien con seriedad.

Chloé vio a su amigo, su único amigo, y suspiro, sabía que si seguía el se enojaria más con ella, y eso quería evitarlo, aún asi no se disculparia por lo que hizo ni mucho menos.

-Sabrina, vamonos.- ordeno la rubia y la peliroja asintió.

Ambas chicas se alejaron.

-Ya sueltame Nino.- Dijo Alya obviamente irritada.

-Si, solo no vayas tras ella, ya sabes que no le podrás hacer nada, recuerda quien es su padre. - dijo su amigo soltandola.

-Si.- dijo de mala gana.- por eso la odio más.

-No eres la única, la mitad de la escuela lo hace.- dijo Lila mirando en dirección en donde la rubia se habia marchado.

-No es su culpa chicos.- Trato de calmarlos Adrien, pero recibió una mirada fulminante de Alya.-Vamos lo siento.- se disculpo en lugar de su amiga.

-Aun no entiendo por que eres su amigo.- dijo Alya claramente molesta.

-La conozco desde niños, igual que tu con Marinette.-explicó el rubio.- Ella paso por mucho de pequeña, no es su culpa.- dijo con cierta tristeza.

-Esa no es excusa.- dijo Alya sabiendo a que se refería pero no queriendo entrar en ese tema el cual era delicado.

-Mejor pasemos la pagina.- dijo Nino obviamente incómodo ante la situación.-¿Iremos a ver a Marinette después de la escuela?- preguntó tratando de eliminar el ambiente hostil.

-Yo iré, no se ustedes.- dijo Alya.

-Yo también quiero ir. - dijo Lila sonriendo.

-yo no puedo, tengo una sesión de fotos al terminar las clases.- dijo Adrien.

-Bueno mandaremos saludos de tu parte.-Dijo Lila.

-Bueno, creo que sere el único hombre en el lugar.- dijo Nino con una sonrisa, no podía sentirse más afortunado.

-Ni creas que te llevare.- dijo Alya.- tampoco creo que la mamá de Marinette te deje entrar, tal vez crea que te quieres aprovechar de su pequeña.- dijo jugando.

-Oh si, me encanta ir a las casas de mis compañeras enfermas para aprovecharme de ellas.- siguió el juego.

Todos comenzaron a reir, era típico en ellos hacer roles así debes en cuando, los cuales dejaron de lado cuando Marinette entró a su grupo de amigos, ella era demasiado inocente que creía que lo que decían era enserio. De hecho en una ocasión todos los chicos bromearon de que los viernes tenían que venir con un traje de super héroes para la clases de deporte, ellos pensaron que la joven había captado la mentira, pero el día siguiente que era viernes se dieron cuenta que no, al verla disfrazada, bastaron varias disculpas para que la azabache dejará de sentirse estúpida, desde ese momento prometieron no hacer bromas ni pequeñas mentiras. Aunque haya sido gracioso.

-Bueno, pues esta decidido, las dos veremos a Marinette mientras que Nino se queda fuera de la casa.- Dijo en broma la italiana.

-Yo estoy de acuerdo.- siguió la morena.

-Yo no.- dijo Nino riendo.

-Jaja vamos.- dijo Adrien mientras reía.- entremos al salón,  no falta mucho para que comience la ultima clase.- dijo y todos asintieron.

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Me quede dormida.- pensó la pequeña chica mientras frotaba sus ojos.

Miro la hora ya habían salido sus amigos, sonrío y tomó su celular, ahora podría mensajear con Alya libremente, pero antes de poder escribirle a su amiga se dio cuenta de que tenia un correo de ella.

^Vamos a tu casa, espero que te sientas mejor, o que al menos estés presentable.      Alya.^

Marinette se sorprendió al leer el mensaje, y más cuando ahí decía que vendría más gente con ella. Rápidamente miro alrededor de ella, tenia que asegurarse que su cuarto estuviera presentable, ojala lo hubiera estado.

Había ropa tirada por todos lados, y uno que otro pedazo de papel arrugado por todo el suelo, ella realmente no era amantes de la limpieza ni mucho menos era ordenada, y ahora mismo odiaba no serlo, como pudo se levanto, levanto toda sus cosas iba a limpiar... o al menos eso quería hasta que escucho el timbre de la puerta sonar, ellos estaban aquí.
















Aquí está el segundo capítulo de esta nueva historia, espero que les este gustando.

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Lo que te quiero decir....|Yuri|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora