capítulo 1.

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Marinette sabía que la escuela sería un verdadero reto, sabía que no sería fácil, más si no podía comunicarse como todos.

-Puedes sentarte junto a Alya.- le indicó el profesor y ella asistió.

Camino por el salón y le sonrió a todos sus compañeros que veía mientras llegaba a su asiento. Algunos le correspondían la sonrisa, otros simplemente la ignoraban.

*Tal vez la escuela es mas difícil de lo que creí.*- Pensó Marinette.

-Mucho gusto Marinette.- le saludo su compañera de clases Alya.-Me alegra que ver que estas bien.- dijo.

<Hola Alya, me alegro de compartir clases contigo.> dijo Marinette con señas de manos.

Alya y Marinette eran Buenas amigas, más bien las mejores amigas. Alya la conocía de años, al principio Marinette se comunicaba atraves de un cuaderno pues Alya no sabia el lenguaje de señas, pero Alya quería mucho a su amiga, y quería que ella también lo supiera, aprendió a leer las señas y también a hacerlas, fue difícil, pero todo era por alguien a quien quería y no le importo. En el cumpleaños de su amiga la sorprendió realizando aquellas señas, mientras le explico que ahora podían hablar sin la necesidad de un cuaderno.

Desde ese momento fueron aún más unidas que antes, Alya dejo de ser una amiga y se convirtió en una hermana para ella.

-Vamos, te daré un tour por la escuela al terminar la clase.- dijo su amiga.

Marinette sonrío y asintió. La clase era aburrida, las matemáticas no eran lo mejor del mundo para la primera clase del día, los chicos recién despiertos apenas mantenían atención a esta, otros no podían y terminaban cabeziando, pero para la azabache estaba emocionada, era la primera vez que estaba en una clase con más gente, no podía darse el lujo de distraerse.

Por otro lado su amiga sonreía al ver el entusiasmo de la peli-azul, pero también pudo notar las miradas de otra de sus compañeras sobre la azabache y no precisamente de una buena persona, si no de una persona que le gustaba estar sobre todos, pisar a la gente para sentirse mejor con ella misma, o la menos eso creía la morena, y estaba hablando de Chloé Bourgeols, la reina abeja de la escuela y la hija del alcalde.

"No tengo un buen presentimiento de esto."- pensó Alya acomodando sus anteojos, mientras regresaba su vista al pizarrón.

Paso el tiempo y la clase término dejando a los jóvenes libres hasta la siguiente, lo cual aprovecharon algunos para acercarse a la Franco-china.

-Hola, soy Adrian Agreste.- se presentó un rubio de ojos esmeralda con una encantadora sonrisa.

- Yo soy Nino Lahiffe, mucho gusto Marinette.- dijo un moreno de gorra y auriculares.

Marinette levanto la mano en forma de saludo, se sentía feliz de que vinieran algunos de sus compañeros a presentarse, eso la hacia sentirse aceptada.

-Mucho gusto Marinette yo soy Lila Rossi, soy una estudiante transferida de Italia.- se presentó una chica morena de cabello castaño y ojos verdes que se unió segundos después.

Marinette le sonrió en forma de saludo, abrió su mochila, y saco un cuaderno grande, todos la miraron un poco confundidos, menos su amiga Alya que sólo se limitó a reir bajo. Marinette comenzó a escribir algo con un plumón, los tres chicos esperaron pacientes a que la azabache terminará y les mostrará que habia hecho.

《Gracias por hablarme.》fue lo que escribió y mostró a los chicos, los cuales se sorprendieron un poco.

-No tienes que agradecer.- dijo el rubio con una sonrisa.

-Vamos, no porque tenga un pequeño problema la tratarán de manera especial.- dijo una voz con tono de desagrado.- No me importa su incapacidad de hablar, no la trataré diferente a como trato a los demás.- dijo Chloé desde su asiento.

Todos los que estaban la vieron, algunos sorprendidos, otros con desagrado y otros incluso con miedo. Ella era la reina de la escuela, ella podía hacerte pasar un infierno si hacia lo quería, nadie podía tocarla, nadie podía hacerla pagar por sus actos, ella era intocable.

Pero a pesar de que aquellas palabras era para hacer sentir mala a la azabache, ella no pudo sentirse feliz, rápidamente escribió algo en su cuaderno mientras Adrien le decía lo grosera que habia sido, al terminar de escribir se levanto de su lugar y camino hacia la rubia, todos la miraron expectantes, no sabían que haría.

《Lo que más quiero es ser tratada como todos, gracias.》 Fueron lo que le escribo Marinette a Chloé.

La chica rubia se sorprendió, pues no esperaba una reacción por parte de la chica, también se sintió algo alegre, pues todos sus compañeros la veían como un demonio, solo por ser sincera, de una manera cruel y directa, pero al fin y al cabo sincera. Aun así, retomó su papel de diva y hablo.

-No seré nada amable contigo, rarita.- dijo y salio del salón acompañada de una peliroja.

Aun así, Marinette sonreía, camino hacia Alya y le hizo unos cuantas señas que los otros tres chicos no supieron descifrar.

-No.- dijo Alya en respuesta a lo que le dijo Marinette.

-¿Podemos saber que dijo?- preguntó Lila algo confundida.

-Si, Marinette me pregunto cómo hacerse amiga de la Reina del drama.- dijo como si fuera la cosa más horrible del mundo.

-Yo no le veo lo malo.- respondió Adrien.-Chloé no están mal...- no termino de hablar ya que sus compañeros, a excepción de la azabache, lo miraban con una ceja levantada.- ok... tal vez es un poco mala.- dijo y se cruzó de brazos.

<Quiero ser su amiga.> dijo nuevamente a Alya quien fue la única en entenderla.

-Mmm...- Nino hablo.- podrías traducirnos Alya?- preguntó.

-Cómo sea.- dijo Alya algo molesta por lo que traduciría.- "Quiero ser su amiga" eso fue lo que dijo. Y no Marinette, antes sufrirás un infierno en la escuela antes de ser amiga de Chloé.

La ojiazul se cruzó de brazos es hizo un puchero, no estaba acostumbrada a que se le negarán las cosas, también no entendía el porque no podía ser amiga de la chica que le dijo que la trataría como a cualquiera, ella había sido amable con ella. O al menos esos eran los inocentes pensamientos de la chica.

-Olvidemos a Chloé.- dijo Lila.- Hablanos de ti Marinette.- pero al terminar la oración rápidamente tapó su boca.- Lo siento...- se disculpo, no se había dado cuenta de que ese comentario podía ser ofensivo.

-No te preocupes Lila, Marinette no le molesta eso.- dijo Alya en lugar de su amiga que sólo se limitó a sonreír.

Todo estaba tranquilo en ese pequeño grupo, Marinette realizaba señas y Alya las traducía, para hacer más rápida la conversación, era divertido hablar con más personas. O al menos para ella lo era.

Tal vez... Esto no será tan difícil como creí. -pensó la Azabache mientras sonreía ante las historias de sus nuevos amigos.















Espero que les guste el primer capítulo de esta historia.

No olviden comentar y votar, gracias por su apoyo y tiempo para leer mi historia.

Nos vemos después adiós.

Lo que te quiero decir....|Yuri|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora