Capítulo 10.

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-Todo era perfecto hasta que tu apareciste.- decía Alya furiosa, aun sin percatarse que su amiga había desaparecido hace rato.

-yo lo tengo nada que ver en eso.- dijo y trató de buscar la mira de la azabache pero no la encontró, no estaba!.- Marinette?- pregunto angustiada y volteó hacia los lados esperando verla.

Alya dejó su pelea de lado y preocupada por su amiga la comenzó a buscar.

-Le hiciste algo cierto?-la acusó sin prueba alguna.

-No tengo tiempo para esto.- dijo la rubia ignorando a la morena quien la veía furiosa.

-No huyas.- dijo deteniendole.

-No lo hago.- dijo la chica mirando con desagrado a su contraria.- así que arreglemos esto otro día, ahora estoy más... quiero ver que esa niña no sea haya lastimado.- dijo corrigiendo sus palabras.-te diría que buscaras a tu amiga también pero al parecer tu la perdiste hace tiempo no?- dijo recordándole las palabras que la misma morena dijo... o dio a entender.

Alya sólo se quedo viendo como Chloe caminaba en dirección contraria, apretó sus puños y sintió sus ojos picar, quería llorar, tal vez sólo tal vez Marinette se había ido por las palabras que ella había dicho...  y no por que Chloe le hubiera hecho algo malo.

Deseaba estar equivocada.

Por otro lado una chica corría por las calles de París, se sentía triste, y las lagrimas que recorrían sus mejillas lo revelaban.

Quería recordar, quería hacerlo.

Todos los días luchaba por recordar lo que ella era, lo que ella fue... lo que ella quería ser.

Los álbum de fotos eran de gran ayuda pero no recordaba nada, no recordaba los sentimientos que experimentó esos días, ni como actuaba con las personas.

Su diario le daba una pequeña y vana idea de como era ella, de su personalidad y de como veía a las personas, pero ahora se veía como una completa desconocida para todos.

No era como Marinette. La Marinette que todos conocen era alegre, ingeniosa, generosa, amable, servicial, algo torpe, una buena chica. La Marinette que es ahora era totalmente diferente.

Tenía miedo, era antisocial, egoísta, reservada, retraida, lo torpe se le quedo al menos pero no servía de nada.

"No eres ella"

Era lo que se repetía una y otra vez.

Quería recuerdos... y no sus pesadillas llenas de sangre y miedo, quería recuerdos con su familia y no personas con objetos quirúrgicos en mano.

Deseaba no sentir el dolor en su garganta.

Tal vez debió prestar atención en su camino, pues tropezó con una piedra de el lugar, perfecto se decía mentalmente, lo último que nesecitaba era ser la torpe niña de siempre.

Las lagrimas no se detenían, sus manos comenzaron a arder debió a la caída. Era débil, una inútil niña que no entendía la situación.

-Ma-Marinette?- una débil y suave voz sonó llamando la atención de la Franco-china.-¡Oh por Dios! ¡¿Marinette te en-encuentras bien?!- un chico peli rojo se acercó con rapidez y fue rechazado por la azabache con miedo.

Marinette movía su cabeza de lado a lado, negando repetidas veces, no conocía al chico, no sabía que le haría.

-Calma... estoy aqui, sólo soy yo, Nathaniel...- dijo el chico tratando de acercarse a su amiga.

"Alejate... Alejate, ¡Alejate!"- decia una y otra vez la chica en su mente, cerró los ojos por reacción, habia entrado en panico.

Nathaniel decidió no acercarse, lo último que deseaba era asustar más a la chica, miro a sus lados y notó las miradas curiosas de las personas, algunas miraban con desagrado, otros con pena y unos más con burla. Pero nadie se acercaba a ayudar.

Lo que te quiero decir....|Yuri|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora