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Después de creer que mi matrimonio era perfecto al permanecer juntos por un largo año. He comenzado a cuestionarme sobre lo que hice mal y lo que dejé de hacer al estar al cuidado de Ilay e Ethan, los cuales estaban por cumplir un año, según yo podría presumir que mi casa se había convertido en un hogar, justo él me había hecho creer que era una mujer maravillosa, tanto que me había confesado que era lo que todo hombre buscaba, una mujer que fuera esposa, amante y amiga, según para él lo fui. Y, quizá mi error fue el creer aquello tanto que las consecuencias de aquello era horrible y cruel. Creía que todo estaba bien entre nosotros, tanto que habíamos planeado tener una niña, lo que jamás espere fue lo que ocurrió el día en que descubrí que el plan por quedar embarazados había funcionado. Si la llegada de los gemelos fue impresionante, esta noticia era sin duda solo un poco mejor ya que era lo que habíamos estado esperando por meses. Una de las ventajas de ser escritora es el hecho de que puedes redactar toda tu vida sin que alguien pueda saber que aquello realmente te haya sucedido a ti; sin embargo una de la desventajas es a causa de esta, puesto que al encontrarte redactando tu historia no puede evitar soltarte a llorar como chiquilla por tantos recuerdos hermosos, que no hacían más que destruirte lentamente. Debo confesar que estuve tentada a no escribir nada de lo que ahora me encuentro redactando ya que creía que era tonto y una pérdida de tiempo; ahora entendí que debía hacerlo más por un pasatiempo y como un medio para sacar todo lo que llevaba dentro de mí. La escritura de esto fue lo que me mantuvo viva cuando creía morir. (Sin olvidar, a los pequeños que no hacían más que llenarme de ganas de salir adelante). Lo que he escrito hasta ahora no se compara a lo que viene después. Y, aunque mi deseo no era aquel, al final comprendí que aquel dicho que dice: "Nada dura para siempre" era cierto. Y, en un abrir y cerrar de ojos, yo perdí lo que presumía como mío, percatándome de que estaba tan equivocada. Y, quizá él en realidad jamás fue mio.
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