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Una de las tantas cosas tontas -además de ser yo el organizador de la primer cita de la pareja más envidiada de la universidad- fue el haberme convertido en el organizador de eventos de Effy y es que después de que estos dos anunciaran su compromiso, el ser testigo de cómo Freddy se molestaba, Bryan llorara cual Magdalena, Alan me mirara con tristeza y Gus golpeara a Jos al final todos decidimos hacer lo que mejor se nos daba que era nada más y nada menos que el fingir que nos alegraba la noticia; haciendo de esto un total caos en mi vida y es que después de que la chica le suplicara tantas veces a Jos que le ayudase con los preparativos de su boda este simplemente se negó rotundamente, orillando a que la ojiazul me suplicara a mi hasta el punto en que no tuve otra opción más que acceder ante su petición. Lo cual quizá fue lo mejor de lo peor, puesto que me hizo conocer el verdadero lado de la chica y el cual no era alejado a la versión que me había creado de ella, si tan sólo se diera cuenta que la verdadera persona que le ama está al lado de ella incluso cuando no le guste pensar en planificar el momento en que esta dejará de ser libre y pasará a ser la Señora Canela aquello simplemente me carcomía vivo y es que nadie en sus cinco sentidos espera ayudar a la mujer que ama en el momento que otro se la lleva sin haber hecho mayor esfuerzo; ni siquiera le interesaba quedarse a cuidar a la chica cuando esta trataba de colocar algo que sin dudar no estaba a su alcance, haciendo que me convirtiera en su sombra. O, como ella lo llama, su mejor amigo. Palabras nobles pero cuando anhelas ser algo más que eso, son las más crueles y dolorosas palabras que jamás alguien te pueda recitar.
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