¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dicen que la vida tiene predestinado a nuestro verdadero amor, en mi caso conocí al amor de mi vida mientras esta no me hacia caso, viviendo enamorada de la persona equivocada la cual le había destrozado por completo, logrando dañarnos. Pero aqui me encuentro; esperando la señal de Jos para entrar a aquel lugar y hacer acto de presencia ante la pelinegra, la cual no esperaba para nada mi aparición esa noche; lo que ella pensaba era solo el charlar con Jos de lo sucedido en su matrimonio. –¡Largo Canela!– exclamo la chica, fingiendo molestia. –Lo haría pero... –Jos, te he dicho que pares de hacer ese tipo de bromas– intervino la castaña, lanzándole una mirada acusatoria al pelinegro. –Deberias hacerle caso a una mujer embarazada – le reto Effy. –Effy, te he dicho que no hagas sentir mal al idiota de Jos– fue mi entrada triunfal al pedirle eso, dejando boquiabierta a la chica.– ¿Tienes una hija mía y te atreverás a ignorarme?- añadí, llamando la atención de la pelinegra.- ¡Ven aquí y darme un abrazo, tonta!- exclamé, logrando que esta corriera hasta mi y se aferrara a mi pecho; soltándose a llorar. Pero creo que esa historia ya la ha contado ella por lo que es mi turno de contar lo que sucedió después; nos casamos y vivimos felices por siempre. Le he pillado, no ocurrió aquello, lo que pasó después de aquel momento fue que la chica que amaba al final resultó ser mía, no me lo dejo muy fácil al poner de pretexto que le hice sufrir y que era el peor hombre de la historia, lo cual cambio con el paso del tiempo, haciéndome el hombre perfecto para la pelinegra con la cual me encargaba de cuidar arduamente a los pequeños clones de Jos y a la pequeña Columba la cual con el tiempo iba pareciéndose más a su madre y menos a lo que presumían había sacado de su padre Alonso. Lo que me lleva a decir que tenia razón en cuanto a lo que había dicho, la pequeña sin duda me amaba de la misma manera en la que yo le amaba. A pesar de sufrir por la chica que amaba al final del día sabia que no había otra como ella. Y, eso le hacia aún más especial y perfecta para mí. La historia detrás de un corazón roto termina con la unión de los restos de otro corazón igualmente roto que transformaron uno solo que latía cada vez con más intensidad el uno por el otro y eso era algo de lo mejor que me había sucedido.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
