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Creí que verla todos los días -a pesar de que no estuviera cerca de mi- me agradaría y es que se trataba de nada más y nada menos que de la chica que me volvía loco; sin embargo no me sentí nada para nada como creí que me sentiría, las miradas que Estephanya le lanzaba a Jos se volvieron más constantes al igual que el interés de este aumentaba cada vez que la chica se sentaba a su lado y esta aparentaba que no se percataba de su presencia - si tan sólo supiera las miradas que la chica le lanzaba, serian mucho más feliz y yo más infeliz- por lo cual, agradecía que la chica no fuera nada parecida a las chicas que estaban detrás de Jos. –Deberias disimular un poco más – susurro Alan, logrando que apartara la mirada de la pelinegra. –Disimular ¿qué? – respondí, tratando de evadir el tema. –Puedes engañar a todos excepto a mí– soltó con orgullo– sé que la chica de la que siempre hablas es justo la que se encuentra al lado de Jos y ese idiota se esta interesando en lo que a ti te pertenece– finalizó. –La verdad es que no me pertenece porque ella gusta de ese "idiota" – alegué –Si es para ti, ella llegará sin que tu muevas ni un dedo– me ánimo el moreno. Si tan sólo aquello pudiese llegar a sanar aunque sea el desgarre que ha obtenido no corazón, quizá todo seria más fácil y mucho mejor. Yo no estaría enamorado de una chica que no me ama y Jos disfrutaría de su amor sin llevar la carga de saber que su "mejor amigo" gusta en secreto de la chica de la cual esta al pendiente. –Ciertamente éstas completamente perdido mi estimado amigo– escupió Alan decepcionado – si yo fuera ella, dejaría a Canela y seria feliz contigo porque eres tan tierno– añadió, imitando un tono de voz dulce. Logrando hacerme sonreír, yo sin Alan estaría en la ruina. Y, él sin mi seguiría siendo tan Alan.
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