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19 años, era la edad que tenía cuando conocí a aquel chico de ojos miel, me encantaba observarle mientras él no sabía de aquello. Estábamos cursando el primer año de universidad, aún no tenía muchas amigas, de hecho no tenía ninguna hasta el momento, lo cual me llevaba a esta situación, pasar mi tiempo libre observando detenidamente al chico que se encontraba siempre, justo en medio de aquellos tres chicos, a pesar de ser así el único y primer chico que llamo mi atención fue él; después de varias veces que me pregunté porque me había fijado en él, llegue a la conclusión de que quizá él tuvo culpa en ello, puesto que fue él quien me hizo admirar la forma en la que se mantenía recargado sobre la pared con las manos en los bolsillos, o la manera en la que mordía su labio inferior cuando no sabía que responder a uno de los chicos que se encontraba alrededor de él. Y, no olvidemos su manera tan extraña de demostrarme que éramos tan distintos que jamás me contemplaría como yo lo hacía con él. La atracción llegó primero, no presumía que lo amaba porque no lo hacía. Y, no era por temerles a todas aquellas chicas que decían amarle con locura. Sin embargo ahora estoy segura que fui la primera que conoció al Jos verdadero, haciéndome sentir un poco especial ante aquello; Lo que tuve con Jos, fue atracción a primera vista. Y, lo que lo secundo fue el primer saludo. Aquel que me hizo desear correr para mantenernos alejados. Sin olvidar aclarar que aún no me encontraba enamorada de él, no quiero dar a entender que creo en el amor a primera vista. Esta es mi vida contada en partes del tiempo que pase antes, durante y después de Jos Canela.
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