••|Capítulo 31|••

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Como ya lo había mencionado, Jos recibió sólo una parte de la custodia, la cual consistía en tener que manejar cada fin de semana para dejarle a los niños, mientras yo "tenía tiempo libre" aprovechándome de este para lograr escribir algo de lo muc...

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Como ya lo había mencionado, Jos recibió sólo una parte de la custodia, la cual consistía en tener que manejar cada fin de semana para dejarle a los niños, mientras yo "tenía tiempo libre" aprovechándome de este para lograr escribir algo de lo mucho que tenía por escribir, pues mi editor en jefe me había exigido durante meses y meses el que terminara con lo que fuera que estaba demorándome en finalizar.
-Creo que sabes que hacer ¿cierto?- cuestione asegurándome de que los pequeños estuviaran en buenas manos
-Sabré cuidarles bien, no te preocupes- respondió, sonriendo de lado.
-Vendré el Lunes por la mañana a por ellos- informé; acercándome a los pequeños para depositar un beso sobre sus cabezas y salir de allí. Si era bastante duro el alejarme del padre de mis hijos, era aún más duro el tener que decir adiós a las razones de mi felicidad, aunque solo fuera por dos días.
Los fines de semana solían convertirse en algo aburrido para mí, puesto que a pesar de que podría escribir un poco, siempre deseaba estar con los pequeños ya que creía que no había nada mejor que estar al lado de aquellos dos hermosos y adorables bebés, los cuales se habían de hacer mi vida un poco menos miserable. Creí que aquel día sería como todos los fines de semana, sin nada fuera de lo común, si tan solo aquel deseo también se hubiese cumplido...
-¡Esthepanya, querida!- exclamó la señora Mcarthy del otro lado de la línea
Recibir la llamada de mi antigua vecina era sumamente extraño, puesto que desde que Jos y yo nos casamos jamás habíamos estado en su antigua casa de "soltero" o como el solía llamarlo cuando quería salir de la rutina.
-Señora Mcarthy es un gusto escuchar de usted- imite su acción
-Te he dicho que me llames Linda, querida. Y solo quería cerciorarme de que fueras la mujer con la que tu esposo se encuentra en este momento- informó, cambiando el tono de su voz, por uno que denotaba confusión
-Temo decirle que Jos y yo no estamos más juntos- confesé, evitando soltarme a llorar
-¡Oh querida!- exclamo la mujer desilusionada.- ¿Recuerdas aquella vez que presencie aquella escena que mantenían tú y tu esposo?- cuestiono, cambiando abruptamente de tema.
-Cómo olvidarlo, aquella vez olvidamos cerrar las cortinas- respondí, encontrando imposible no reír ante el recuerdo de aquella vez
-Te he llamado para hacerte saber que en este preciso momento está ocurriendo lo mismo, sin embargo es con una mujer que no logro reconocer - confesó
El escuchar aquello, fue como si hubiesen derramado sobre mí un balde lleno de agua helada, sabía que no por el hecho de que Jos no pudiera darme el divorcio porque el juez había sentenciado que al hacerlo el chico se quedaría sin nada de la custodia sobre los pequeños. Él al final podría hacer y salir con quién deseara; jamás creí que haría lo que una vez hizo cuando estábamos juntos, llegando a lastimarme aún más de lo que estaba sufriendo.
-Cariño ¿Me has escuchado?- dijo Linda, llamando mi atención, haciéndome volver a la realidad
-Disculpe, no he logrado escucharle- me disculpe.
-Te he dicho que eso no es lo peor, lo que le hace bastante malo es que a pocos pasos de distancia se encuentran los pequeños y por lo que logró apreciar uno de ellos está llorando, tratando de llamar la atención de ambos, creo que lo mejor es que vinieras- confesó la mujer preocupada.
Al escuchar aquello, sentí tantas cosas a la vez, dolor, desilusión, enojo, ira y la peor de todas era la impotencia, al no lograr alejar a Jos de mis hijos y de mi vida para siempre.
-Voy en camino, gracias por mantenerme informada, Linda- finalice la llamada.
Cogi las llaves del auto y Sali de casa rumbo adonde se encontraban mis hijos.

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Love me or leave me •Joѕ Cαɴelα•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora