~ Capítulo 36 ~

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En el capítulo anterior

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Una tormenta de verano se desata en el ciudad del hotel Altaria, provocando una gran revuelta entre los inquilinos del hotel y entre sus sentimientos arraigados hacia una persona en concreto, produciendo encuentros tiernos y miradas llenas de amor.

Dentro de esta tormenta, nuestras parejas se dicen con miradas o palabras sin sentido, lo que la otra persona provoca en ellos.

Piscis se aferra a Aries con fuerza, demostrando que no quiere separarse de él ni por el lote más grande de helado del mundo.

Cancer deja pasar a Sagitario hasta demostrar su compasión y amor hacia él por medio de abrazos. Él solo quiere permanecer a salvo en sus brazos.

Virgo y Capricornio se dedican tiernas caricias hasta acabar completamente unidos, lo que sigue demostrando un fuerte amor entre ambos.

Leo se encuentra en la paradoja de si abrazar a Libra, o no, pero ella tira del carro para eso ocurra, produciendo sentimientos escondidos entre ambos.

Acuario, junto con el gato negro, permanecen en la habitación de Géminis, quien tiembla al tenerla tan cerca. El corazón de Acuario se ablanda al verle, lo que hace que ambos se fundan en un beso tan tierno como lleno de pasión.

Tauro acude a la habitación de Escorpio, cansada de discutir y demasiado asustada por la soledad de su habitación. Escorpio deja que ella duerma a su lado, lo que ocurre al poco tiempo, y con ello, él se confiesa a la chica con tiernas palabras, las cuales ella escucha.

Aun así, nos concentraremos en una pareja en especial, la cual no sabe muy bien como reaccionar ante lo que ha ocurrido esa madrugada.

¿Acuario y Géminis serán la próxima pareja, o simplemente volverán a ser amigos?

Narrador omnisciente:

El sol despierta entre las primeras horas de luz que él mismo produce, lo que provocará nuevas historias en las vidas de los pequeños habitantes del hotel Altaria, al igual que de la gente que está a su alrededor. Es decir, todo es importante, hasta el más mínimo detalle podría cambiar la historia de nuestros habitantes.

Nos asentamos en la habitación de Géminis, quien se despierta perezoso. Sus ojos claros se quedan fijos en el techo, mientras que su vista se habitúa a los rayos del sol naciente. Una corriente de frío le atraviesa el cuerpo, lo que produce que rápidamente introduzca las manos bajo el edredón, tapándose con él hasta la nariz.

Siente el calor de la cama, palpando algo que no parece ser el colchón. Con su mano lo coge, dándose de cuenta que es una mano en igual temperatura que la suya. Por un momento, se extraña, ya que nuestro chico es olvidadizo.

El hotel de los SignosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora