Narra Tauro
De nuevo vuelvo al mismo momento que viví hace unos meses.
Bajo del tren, encontrándome directamente con la luz del sol, la cual me ciega en segundos. Parpadeo rápidamente, mientras que bajo la mirada hacia el suelo. Cuando mis ojos se acostumbran al sol, elevo la mirada al frente y sonrío. Ajusto mis nuevas gafas, las cuales ahora son permanentes y me dispongo a caminar de nuevo, hacia el hotel Altaria.
Debo reconocer que han pasado dos semanas, pero para mi, a sido como dos meses. Por mucho que diga a veces que no aguanto la hiperactividad de Acuario, los programas de Sagitario, o la perversión de Aries, entonces es que en realidad, no me he dado de cuenta que es extrañarlos.
Sonrío amargamente ante el hecho de que, no he dejado ni un misero mensaje, diciéndoles que volvería en unos días. Seguramente me están odiando en estos momentos o puede, que ya me hayan olvidado.
Es verdad que le comenté a Acuario y a Aries que tardaría unos días en volver, pensando que así irían mejor las cosas. Pero me siento mal por no haberlo dicho públicamente. Aun que, bueno, es una tontería en verdad. O eso pienso yo.
Miro el suelo, fijándome en las rayas de la acera junto con alguna que otra piedra que se cruza en mi camino.
Necesitaba volver a casa. Necesitaba volver y decirles que estaba bien, pero en persona. He extrañado mucho a mi familia el tiempo que llevo en el hotel y pues, necesitaba ir a verles.
Por eso digo que es una tontería.
...
El autobús me deja en una nueva parada, donde justamente, fue la primera vez que vi a Sagitario. El recuerdo vuelve a mí rápidamente, haciéndome reír.
Camino unos cuantos pasos antes de fijarme en una sombra, la cual está detrás de un carrito de helados. Mi corazón se acelera, al pensar que puede ser Sagitario. Camino o mejor dicho, corro hasta su posición y cuando estoy lo suficiente cerca, mi sonrisa aumenta al ver a Sagitario con ese traje y con el carrito de helados.
Mi mirada hace contacto con la suya y en segundos siento algo diferente en él. Frunzo el ceño, provocando que las gafas se muevan levemente hacia delante. Las ajusto.
Tauro: ¿Sagitario?- pregunto. Él gira la mirada hacia su carrito. Extrañada, me acerco hasta poder observarle mejor.- Hey, Sagitario. Soy yo.- continuó.
Sagitario frunce el ceño, antes de elevar la mirada y dirigirme palabras duras.
Sagitario: Ya sé que eres tú, Tauro.- dice la última palabra con ira, entonando cada letra.
El miedo atraviesa mi espalda, hasta a travesar la neurona más remota de mi cabeza, provocándome confusión.
"¿Desde cuando Sagitario es así?" pienso preocupada.
Tauro: ¿Qué ocurre?- pregunto.
Él suspira antes de volver a hablar. Observo como en sus ojos oscuros el atisbo a decepción y tristeza se le acumula. Algo se me clava en el pecho, como una estaca, y aflojo mi expresión.
Sagitario: ¿No sería mejor que me explicarás por que te has ido sin decir nada?- Sagitario me mira serio, con los brazos cruzados sobre su pecho. Giro la mirada hacia una esquina del carrito, dudando en como decírselo sin que suene idiota.- ¿Tauro?- pregunta entonando mi nombre, con una pizca de ira.
Unos segundos después, estoy decidida a decirlo sin importar lo idiota que parezca.
Tauro: Te vas a reír.- advierto.
Sagitario no mueve ni un musculo de su cara, lo que me incomoda notablemente. Es extraño que alguien se quede tanto tiempo mirándome.
Sagitario: Desembucha.- pide.
Trago con dificultad antes de soltar una frase, todo lo rápido que puedo. Lo que me deja sin aliento al segundo.
Tauro: Una de las razones por las que me fui es por que empece a perder más visión, y como me daba vergüenza deciros que me iba por que me iban a poner gafas, en plan Harry Potter, pues no dije nada.- Sagitario abre los ojos como dos platos, lo que me incomoda aun más.- La otra razón supongo que es más obvia, pero, necesitaba ver a mi familia. Les extrañaba mucho.- le miro directamente a los ojos.
Sagitario: Me tenias preocupado.- dice.
Me sorprendo ante su comentario. Vuelvo a mirar hacia otro lado, en signo de vergüenza. Mis mejillas se tornan rojas y me doy de cuenta que parezco idiota. Carraspeo, adoptando una pose más dura.
Tauro: Lo siento, no pensé que iba a tardar tanto.- explico. Él asiente con la cabeza, para luego volver a sus helados. Pero, algo me resulta extraño en su comportamiento, y es que, no cambia su expresión a su habitual sonrisa. Me preocupa.- ¿Ocurre algo, Sagitario?- pregunto.
Él tarda unos minutos en mirarme, ya que está atendiendo a un niño pequeño y a su antojo de "más sirope de chocolate".
Sagitario: No.- contesta serio.
Me preocupo ante su comentario, por lo que, opto por seguir insistiendo. Algo que se me da bastante bien, según Escorpio y Acuario.
Tauro: Vamos, Sagitario. No me engañas diciendo que no te ocurre nada.- digo cruzándome de brazos.
Oigo como suspira pesadamente antes de volver a dirigirme la mirada.
Sagitario: Estoy bien...- le interrumpo.
Tauro: Mentira, tus ojos no dicen eso.- contesto.
Sagitario se sorprende.
Soy bastante dura en cuanto a las mentiras, las detesto. Por eso, tengo ese don de saber cuando alguien me está mintiendo y cuando no. A parte de que, odio aun más el hecho de que me escondan algo, aunque solo sea por que saben que me sentará mal.
Es verdad que yo he ocultado la verdad al irme así, de repente. Pero bueno, eso no cambia el hecho de que odie las mentiras.
Sagitario: Tauro, ahora no tengo ganas de hablar de eso.- comenta relajando su expresión facial.
Siento como sus ojos caen cansados hasta el suelo. Relajo mi rostro al mismo tiempo que mis brazos, pero aun con la curiosidad a flor de piel. Y yo no me quedo tranquila hasta que sepa la verdad.
Tauro: Luego quiero hablar contigo.- digo.
Sagitario me mira por unos segundos, antes de asentir y volver su rostro hacia el suelo. Mi voz suena dura, pero en realidad, me duele verle así.
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El hotel de los Signos
CasualeEl hotel Altaria fue, en su momento, un gran icono para esta amplia y famosa ciudad. Sin embargo, ahora, luego de 34 años, se ha ido deteriorando hasta convertirse en una antigualla y con ella, perder toda su fama. Es así, como un joven Aries al ver...