No sabía hacia a dónde ir. Corría como alma que lleva el diablo. Sin ninguna dirección. Buscando un camino por el que salvar mi vida.
Todos mis instintos estaban alerta. ¿Qué le había pasado a ese chaval?
Supe que mis intentos de huida fueron en vano, cuando algo golpeó con brusquedad mi cabeza. Pero seguí corriendo por aquel bosque. Perdida entre los grandes árboles. Y estaba empezando a escuchar a alguien acercarse. El corazón se iba a salir de mi pecho. Nunca me había sentido así de mal. ¿Qué me estaba pasando?
Los pasos se hacían más cercanos a medida que frenaba mi marcha. No podía continuar más...
-No debiste hacerlo -escuché la voz de Adam susurrar en mi oído.
Mi cuerpo helado y tenso quedó estático.
En ese instante, lo que para mi fue verdad, se convirtió en una gran mentira. Lo que sentía, se pudrió a medida que escuchaba esas palabras. Siendo pronunciadas por esa voz que tanto adoraba. Y lo que tanto pasé, fue para nada. Para que al final jugara conmigo, y me utilizara a su antojo.
-Adam -susurré con lágrimas en los ojos antes de que mis fuerzas me abandonaran por completo.
***
Oí gotas de agua caer al suelo. Pero el sonido era distante. Probablemente provenía de muy lejos. O yo estaba sin conocimiento...
¿Qué me está pasando? ¿Por qué Adam me hace esto? ¿Cómo podré escapar? ¿Carlos está involucrado?
Ladeaba la cabeza a la par que mi cerebro formulaba aquellas preguntas. Y cuando el sonido del agua al caer se intensificó. Desperté.
Eché una ojeada a lo que había ante mí. Pero como siempre. No encontré nada que pudiera darme alguna pista.
-¿Por qué mierda me haces esto! -pregunté enfurecida al lugar vacío. Ansiosa por conseguir respuestas. Escuchando un débil sonido que provenía de la oscuridad.
Seguí mirando. Y noté que era otro lugar diferente. Pero muy similar al refugio, ya que solo había una puerta. Y yo estaba de nuevo atada. Pero esta vez, solo por la cintura.
Cómo puede ser que esté atada si no tengo fuerzas ni para correr...
-¡Gilipollas de mierda. Hijo de puta! ¡Te juro que esto no quedará así! -chillé frustrada.
No sabía qué me dolía más... Si todo esto que me estaba pasando. La traición de Adam. Que no volviera a ver a mi familia, y no pudiera salvar a Claudia. O pensar que Carlos podría estar involucrado.
-Cállate ya, pesada -volvió a hablar esa voz conocida. Y me hizo tanto daño que escuché a mi corazón romperse en mil pedazos.
Los busqué con la mirada. Intentando seguir los débiles latidos que transmitía su corazón. Pero no conseguí verlo.
-Eres un cobarde de mierda al atacarme por la espalda. ¿Dónde estás! -hablé mientras seguía buscándolo. Pero como el lugar estaba tan oscuro, no daba con él.
Seguramente, él permanecía en la oscuridad. Callado. Tramando su próximo movimiento.
-No tienes por qué verme -contestó riendo. Eso me puso nerviosa. Y todo dolor se fue desvaneciendo. Y con él, el miedo y la angustia que sentía. Tenía que lograr escapar.
Algo estaba pasando, y debía averiguar de qué se trataba. Estaba segura de que Adam no me haría algo así. Lo hubiera visto venir. Pero entonces, recordé algo...
"Estuve así contigo porque llevaba días sin beber. Y yo no soporto eso. Lo siento mucho si te hice daño. Pero las ansias se apoderaron de mí. Y no pensaba con claridad. No era yo".
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La Esclava
VampireYo creía en los cuentos de hadas y en las historias bonitas. Creía en la vida, en las casualidades. Pero ahora mismo puedo afirmar que nada es lo que parece, así que aférrate a lo que puedas, como yo hice. Cuando de verdad te encuentres solo, estará...