Capítulo 30

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Las esperanzas de que Caín volviese pronto, se fueron a la porra. Ya ha pasado un mes desde que se marchó, y aunque hablamos cada rato, echo de menos su presencia. Caín y yo, hablábamos de muchas cosas. Nuestro pasatiempo favorito, era quejarnos. Quejarnos por tener hambre, por tener sed, estornudar, no poder dormir.... Por todo y nada a la vez. Y aunque, eso nos alegra bastante, aún me siento vacía. Necesito oír sus pasos desesperados por la casa, y que se meta conmigo. Necesito que vuelva a ser el de antes. Esperaré lo que haga falta.

Por otra parte. No quise saber muchos detalles del entierro. Lo único que se, es que Adam descansa en el panteón familiar de Ester. Carlos me contó, que ambos no se acercaron al ataúd. No tuvieron valor para hacerlo. Sentí mucho dolor por ellos. Pero creo que despedirse de él, aunque fuese en la distancia, es lo mejor que han podido hacer. Carlos solo estuvo fuera el día del entierro, para despedirse de Adam, y mostrarle sus condolencias a Ester. Yo quise dejarle el día a la familia. Ya me había despedido de Adam, y no era un buen momento para conocer a Ester. No en estas circunstancias. Prefiero esperar al momento adecuado, y sobretodo, que no se moleste conmigo por no haber ido. Siento que ya hice lo que pude, y que ahora solo queda dejarlo marchar. Y desde aquel día, Carlos, está centrado en hacer esto lo más llevadero posible, al igual que Caín desde la distancia. Adoro y admiro, la fortaleza que ambos tienen. A la vista está, lo que me sucedió a mí. Esto de que los sentimientos se magnifiquen, no lo llevo bien.

Carlos me adornaba los días con películas y paseos por la ciudad. Mientras yo, me encargaba siempre de inventar juegos y hacer estupideces para hacerle reír. Y con Caín, intentaba lo mismo, aunque estuviésemos conectados mediante el teléfono. Vivir aquí es un paraíso. Con solo ver las vistas, te dan ganas de sonreír. Por no nombrar el precioso lago, que hay justo detrás de la casa. Es algo mágico. Una sensación especial que te recorre el cuerpo, llenándolo de calor. Dentro de poco volverán los hijos de Carlos. Y él quiere que pasemos el mayor tiempo juntos posible. Según él, sus hijos son lo peor, no le dejan
solo ni a sol ni a sombra.

Carlos y yo, estábamos sentados en nuestro banco de piedra. En un parque, que se convirtió en nuestro lugar preferido. Era una gran plaza, llena de árboles y quioscos. Me recordaba mucho a mi tierra. El caminar de la gente, hacía que se detuviese el tiempo. Mientras, familias y parejas, adornaban el lugar con sus risas y bromas. Nos pasábamos horas en aquel parque, entre charlas y meriendas improvisadas. Era una sensación maravillosa. Poder sentir el sol y tranquilidad, después de tanto tiempo, en compañía de una gran persona. Estábamos observando las vistas, cuando sonó el móvil de Carlos. Reconocí la voz de Caín al instante. Quiere vernos y hablar con nosotros. Su vuelo llegará en unas horas. ¡Por fin viene!

***

Cuando escuché el timbre. Salí escopeteada hacia la puerta. Y, en cuestión de milésimas de segundos, ya estaba enganchada a Caín como un mono. No iba a separarme nunca
más de él. Agarrada a su torso, como una garrapata, alcé la cabeza para mirarle. Y encontré su rostro, a centímetros del mio. Tan cerca, que su respiración chocaba con
mis labios. Me puse de puntillas, y besé su mejilla. Caín sonrió tan plenamente, que dejó relucir sus preciosos colmillos. La felicidad que sentía, no se puede comparar con la que siento ahora mismo.

-Tengo muchas cosas que contaros -habló cuando Carlos llegó a nosotros. Me separé de él, para dejar que se saludasen. Y me dirigí a la cocina para preparar café-. En estas semanas, he tenido mucho tiempo para pensar. Y con ayuda de Ester, he llegado a una conclusión -Carlos y yo, ya estábamos sentados frente a él. En la gran mesa del comedor-. Yo y Ester estamos de acuerdo contigo, Éire. Adam tuvo que ser atacado por alguna razón en especial. Y Ester me la explicó. Pero lo importante ahora, sois vosotros -su tono de formalidad, me está poniendo nerviosa. ¿Qué sucede?- Tenemos que tener mucho cuidado, porque estamos en peligro. Somos las personas más cercanas a Adam. Y nadie nos asegura, que su muerte no fuera una advertencia -mi piel se puso de gallina. ¿Vendrán por nosotros? ¿Por qué razón? - Y la solución, es ponernos a salvo. Yo viviré con Ester, hasta que todo se calme -comprendí, que ahora debíamos tener mucho cuidado, pero no quiero separarme de ninguno de ellos-. Carlos -llamó su atención-. Tú y yo sabemos, que puedes con todo lo que te echen -Carlos sonrió ante el alago-. Y tú, eres mi cabo suelto -se dirigió a mí con cariño. Sonreí de lado-. Hace unos días, hablé con un chico por teléfono, y consideré su propuesta. Habló conmigo, porque sabe que te conozco muy bien, y quiere que sea yo, quien te lo diga, antes de comunicarle una respuesta. Tienes que tener en cuenta, que esto será temporal -ya voy entendiendo por dónde van los tiros-. Quiere entrenarte, para que trabajes para él. Y está dispuesto a darte todo lo que necesites. Tendrás tu espacio, y podrás irte cuando quieras -¿irme? ¿a qué se refiere con eso? Mi cara fue tal, que entendió que me había perdido-. Necesita que vivas con él. Y no te preocupes, es totalmente de fiar. Trabaja para Ester -me tranquilizó que Ester lo conociese. Es una mujer con un alto cargo, y no se anda con tonterías. Doy por echo, que quiere a los mejores a su lado. Pero es demasiado. ¿Cómo voy a irme a vivir con él? ¿Y a dónde?-. Te proporcionará la protección que necesitas mientras trabajas para él. Seguro que te viene bien un cambio de aires -se que quiere protegerme, y mirar por mí. Pero pienso que es demasiado, y que va todo muy rápido. Por una parte, me gustaría quedarme con Carlos, aunque supondría darle más trabajo. Y por otra, no entiendo cómo voy a estar a salvo con alguien que no conozco. Necesitaré un poco de tiempo para pensármelo y ver si me compensa. Porque no quiero irme a la ligera, pero tampoco ser una carga. Pero lo peor de todo, es que no quiero estar sola. Aunque me las apañaria tranquilamente, pero estar con buenas personas siempre ayuda.

-¿Cómo me va a proteger si tengo que trabajar para él? ¿Y si los asesinos me conocen? -tengo muchas preguntas por hacer. Todo esto me sobrepasa.

-Te protegerá con su vida si es necesario, porque así se lo ha encomendado Ester. Y aún no empezarás con nada. Primero necesitas entrenamiento. Que sabes, que te vendrá bien -en eso tiene mucha razón. Tengo mucho coraje, pero estoy más que oxidada-. Y, en cuanto al peligro. Siempre tendrás vigilancia por si ocurre cualquier cosa. Y con el entrenamiento adecuado, y un cambio de imagen, no tendrás problemas para trabajar -¿cambio de imagen? ¿Que soy ahora, catwoman? Esto me parece más que artificial. Y mira que he tenido tiempo para creerme todo esto de los vampiros, pero aún me cuesta. Y más aún, cuando las cosas se complican y se salen de mi lógica.

-¿Puedo pensármelo? -Caín analizó mi rostro, y asintió. Sabe que es algo difícil de digerir. Carlos, mientras tanto, había permanecido en un segundo plano. Sin participar en la conversación, pero entendiendo cada palabra que salía de Caín.

-Mañana salgo temprano, para volver con Ester -arrugué el ceño. No quiero que se vaya tan pronto. No lleva una hora aquí, y ya piensa marcharse. Aunque, entendí su postura. Tanto él, como yo y Carlos, necesitamos ponernos a salvo y olvidarnos un poco de todo. Pero no pensé que sería separados. Y no quiero estar sola de nuevo-. Nos volveremos a ver pronto -agarró mi mano y la de Carlos con fuerza. Nos miramos, y sonreímos. Estamos dispuestos a soportarlo.

-Dile que hablaré con él -quise hacerles entender, que haré todo lo necesario para volver a verles. Caín y Carlos sonrieron. No voy a perder el tiempo en pensármelo, porque será para nada. Lo único que puedo hacer, es aceptar y marcharme, aunque me cueste. Es lo mejor. Y con suerte, no será para tanto.

-Pues, ya que nos vamos a separar temporalmente. ¡Tengamos una buena despedida! -Carlos hizo acto de presencia. Caín y yo chocamos los cinco. Teníamos ganas de salir por ahí. Y yo deseaba enseñarle esta hermosa ciudad a Caín, y hacerle sentir las emociones que yo siento al verla. Seguro que va a ser una gran noche.

Carlos nos llevó a un restaurante muy famoso de la zona. Donde va todos los domingos con sus hijos, y siempre que puede. Al ver el lugar, entendí por qué. El restaurante tenía una entrada preciosa, con un jardín de rosas, que rodeaba una grandiosa fuente. Donde destaca la figura de una mujer joven. Carlos me contó, que se trataba de una vampira mayor. Ella era la hija más pequeña de cuatro hermanos. Todos optaban por tener el poder del pueblo en sus manos para derrocharlo a su antojo. Pero ella, era diferente. Se lanzaba a las calles, vestidas con los mismos harapos que llevaban los pueblerinos, y se codeaba con ellos. Nunca le importó el poder o el estatus social de su familia, porque su alma siempre estaba ansiosa por ayudar a los demás. La familia iba de ciudad en ciudad, y de pueblo en pueblo. Gracias a sus grandes contactos y a sus poderes vampíricos, tenían mansiones en todas partes del mundo. Y con cada desplazamiento de la familia, nacía una estatua en agradecimiento. Porque en aquellas ciudades y pueblos, se corrió la voz, de que esa muchacha era la viva imagen de la esperanza. Ya que, solo ella, era capaz de hacer que su padre cambiase de opinión en muchos aspectos. Y eso para el pueblo, ya era un milagro. Gracias a ella, la frialdad del patriarca de la familia, se fue desvaneciendo. Hasta que conocieron al verdadero hombre, que quedaba derrocado por su hermosa e ingeniosa hija pequeña, y que se escondía detrás de esa apariencia macabra. Me quedé impactada con la historia. Quise hacerle preguntas a Carlos, porque quería saber más. Pero la hambre me pudo. Y antes de entrar en el bello restaurante, me quedé observando la gran estatua por minutos. Si sigue viva, me encantaría conocerla algún día.

Pasamos una velada fantástica, hasta que nos fuimos a casa. Mi cara caía al suelo de la tristeza, al igual que mis pocas ganas de dormir. Así que, me quedé tumbada en la cama, sin saber qué hacer. Comencé a pensar en todo lo trascurrido en el día, y llegue a la conclusión, de que todo pasa por algo. Y que a día de hoy, a pesar de todo, estoy contenta con mi vida. Porque cada día que pasa, estoy más cerca de alcanzar mis objetivos. Y cuento con lo más importante para mí. La familia que he ganado gracias a esto. Que aunque seamos poquitos, somos muy fuertes. ¡Los quiero a rabiar!

¿¿Vosotr@s también los adoráis??
Yo me los comería LITERALMENTE
*Espero que os encanten estos nuevos capítulos.
*Pasaros por la cuenta de instagram para darle un poquito de amor, que está muy solita!! elrinconcito_demaki
*Y MUCHAS GRACIAS por seguir mi historia.
PD: Sois de Éidam (Éire y Adam) o de Éica (Caín y Éire)

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