Capítulo 8

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-¿Cómo va a ser el entrenamiento? -preguntaba al ver sus caras. Ya no eran las mismas de antes. Ahora estaban muy serios.

-Primero te haremos algunas pruebas. Y puede que te resulten dolorosas -contestó Carlos. Podía ver su espalda tensarse por segundos. Y eso me estaba poniendo muy nerviosa.

-¿En serio? -pregunté asustada.

-Esperemos que te duela lo menos posible. Intentaremos parar al instante -explicó Adam intentando tranquilizarme. Y la verdad era, que con solo ver su pequeña sonrisa ya estaba más calmada.

Carlos asintió ante su contestación.

Entramos en la gran sala de pruebas. Donde había estado rato antes con Adam.

-Antes de nada -dijo Carlos llamando mi atención -. Las pruebas de ADN -prosiguió feliz.

-Venga, que quiero verlas -dije ansiosa.

Por una parte deseaba no ser "especial", por llamarlo de alguna manera. Ya que eso retrasaría mis planes de buscar a Claudia. Sin contar con que tendría que irme, que a saber con quién. Pero por otra parte, lo deseaba. Ya que tendría unas cualidades que no poseen otros. Y eso me da muchos puntos. Y además, Carlos me contó que el entrenamiento con un líder es solo poco tiempo. Eso significa, que estaría a sus servicios siempre. Pero que pasado el tiempo de entrenamiento, podría vivir mi vida.

-Los resultados son increíbles -dijo Carlos con una gran sonrisa -. Es increíble la manera en la que tus células humanas conviven con las vampíricas. Nunca he visto nada así -prosiguió alucinado.

-¿Nunca? -pregunté entusiasmada.

-En tu caso -prosiguió explicando -. Es normal que hayas mantenido tu humanidad. Tus sentimientos. Se nota -habló con los ojos como platos - ¿Pero tu sangre! ¡Nunca e visto nada igual! -no sé quién estaba más alucinado de los dos, él o yo.

-¿Y eso es bueno? -pregunté con curiosidad. Ya que lógicamente, si iban a hacer experimentos conmigo por eso, ya no me gustaría ser así.

-Es increíble -dijo Adam fascinado. Aquí todo el mundo estaba loco menos yo. ¿Qué les pasa a estos dos?

-Es todo, Éire. En todos los casos, incluso yo, las células de los vampiros dominan a las humanas y a todo sus sistema. El cuerpo no es el mismo que era antes, y por lo tanto, no funciona igual -si seguía estando así se le saldrán los ojos de las órbitas.

-Siéntate aquí -interrumpió Adam. Indicando la camilla donde me senté la última vez -. Tienes que quedarte quieta. Y si te duele grita.

-No. Si quieres voy a bailar por bulerías -contesté riendo. Él soltó una gran carcajada. La primera vez que lo veía así. Y me resultó muy bonito la verdad. ¡Estaba para comérselo!

Se dirigió a un gran armario. Y de él sacó un gran cuchillo y un lanzallamas.
No sé qué cosa me daba más miedo.

-No pretendas que me quede quieta al ver eso -dije señalando los dos artilugios.

-Ya me lo esperaba -contestó. Y en ese instante escuché un "clíck".

-Te voy a matar -dije al mirarme las muñecas y los tobillos. Los tenía atados a la gran camilla. Incluso había una correa que pasaba por mi estómago y presionaba mi cuerpo aún más. Estaba totalmente inmovilizada y aterrada.

-Tranquila -dijo Carlos junto a la puerta.

-Estoy súper tranquila aquí. Con mister buenorro y sus cachivaches -dije irónica. Carlos sonrió de lado. Y Adam rio.

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