-¿Caín? -lo buscaba por toda la casa, sin encontrar una respuesta de su parte. ¡menos mal que no vivo en un palacio- ¡Niño! -he dormido todo un día entero, y ahora mismo no tengo idea de quién soy. Estoy empanada- Madre mía... -mi boca llegó al suelo del asombro. Mi habitación ha cambiado completamente de aspecto. ¡Estoy alucinando! El telón que cubre mi cama, que andaba siempre recogido, está echado. El suelo acompaña la escena, cubierto de velas por aquí y allá. Música relajante resuena por mi habitación. ¿Y esto? En un rincón junto al diván, hay fotos colgando del techo, cada una tiene una pequeña nota.
-Quiero que lo pasemos bien -aparece en escena, tremendamente guapo, como siempre. Intento explicarle con palabras lo que siento al ver todo esto, pero no me deja-. Tengo algo para ti. Te espera en el baño -arquero una ceja divertida. Caín me guiña un ojo, y me da un tortazo en el culo. Sonrío. ¿Qué será? Voy corriendo al baño para averiguarlo. Cuando entro, veo algo asombroso. También están decorado como mi habitación. Pétalos de rosa y velas. ¡madre mía! Encima del lavabo, hay un conjunto de lencería, con una nota: "Aunque fue increíble, siento lo de ayer, me pudieron las ganas nena. Ahora, déjame hacértelo como te mereces. Hoy estoy solo para ti y tus deseos. Tienes todo el tiempo que necesites. Te espero con ansias."
¡Me lo como a besos! Sonrío como una boba, al ver un camisón sexy de color blanco. Esta es la segunda opción, por si me avergüenzo. Piensa mucho en mí, sabe cómo soy. Pero quiero impresionarle, así que me decanto por el rojo.Corriendo más que puedo me pongo a tono. Entre mis actividades, está la depilación y una ducha ligera. Me echo crema, pensando en lo que a continuación viene. Se exactamente lo que haremos, pero no tengo idea de cómo. Mentiría si digo que no me subo por las paredes. Remuevo mi pelo para darle arte. Y ahora, lista del todo, salgo del baño decidida. Cuando me ve, sonríe de una forma tan suya, que quiere decir: "Te voy a destrozar." Mi cuerpo se tensa al instante. El corazón se me acelera. Estoy lista.
-¿Me dejas vendarte los ojos? -accedo. Suena bastante tentador. Se separa de mí unos pasos. Ahora lo observó con detenimiento. Se acerca a mi cómoda, y coge una venda. Al instante, viene hacía mí con expresión sería. Sonrío al verlo tan concentrado. En este instante, estoy perpleja ante sus encantos. Sus facciones son perfectas. Y qué cuerpo tiene. Es increíble- ¿Preparada? -asiento. Él, ata con cuidado la venda. Toma mis manos, y me lleva a lo que creo que es mi cama. Escucho sus pasos alejándose de mí. Espero unos largos segundos, impaciente, hasta que vuelve a por mí. El leve sonido del roce de su camiseta es música para mis oídos- Vamos a ir despacio -a buenas horas lo dice. ¡Será hijo de su madre! El pulso se me pone a mil, con solo sentir su pecho a milímetros de mí. Coloca mis manos sobre él-. Estoy para ti -dice en un susurro. Mis manos, ansiosas de él, danzan por su cuerpo. Acaricio cada centímetro de él. Su piel suave me eriza los vellos. Siento un nudo tan grande de emociones, que me será imposible controlarme. Aún con los ojos vendados, hago un leve recorrido de nuevo. Ansiosa, me paro en sus abdominales. En ellos, vuelco mi deseo, y les plantó miles de besos. Cuánto le deseo. Por el leve suspiro que se escapa de sus labios, noto que sonríe. Le encanta esta sensación tanto como a mí.
Inesperadamente, me tumba sobre la cama. Mi cuerpo cae como si fuese una pluma. Los pétalos de rosa acunan mi cuerpo, el olor me embriaga. Mi tranquilidad pega un salto, cuando Caín se tumba a mi lado. Le siento, le huelo. Toma mis pechos, y deja uno al descubierto. Lo besa con cariño, preparándome para lo mejor. Succiona mi pezón. Lo devora. Se está tomando su tiempo, decidido a hacerme estallar de mil formas. ¡Madre mía! Siento mi clítoris hinchado, pidiendo más. Apaga mi inesperado gemido con sus besos. Con intensidad, brusquedad, ganas, deseo, pasión. Devora mis labios. Arquero mis caderas contra su erección. Ríe.
-Caín, por favor -suplico. Retira la venda de mis ojos. Me excito mucho más al verlo. Él, con picardía, empieza a desnudarse. Quiero pedirle que lo haga rápido porque me pueden las ganas. Pero espero pacientemente mientras veo lo que tiene para mí. Se que esto va a ser increíble. Se acerca a mí, con los bóxer puestos. Sin pensarlo, ante su cara de sorpresa, meto mis manos en la única prenda que le queda. Caín, echa la cabeza hacia atrás satisfecho. Ahora me toca a mí devolverle del favor. Nos miramos, nos tentamos. Hunde dos dedos en mí. Jadeo. Me acerco a él con desesperación, y le besó. Quiero más. Ya no puedo esperar. Bajo sus boxers. Beso con ganas su tentadora erección. Necesito más. Caín sonríe y me tumba de nuevo en la cama, manteniendo la calma que yo ya he perdido. Se hunde en mí con avidez. Miles de sensaciones recorren mi cuerpo de pies a cabeza. No puedo evitar arañarle la espalda. Mis gemidos, le excitan más que nada. Me embiste una y otra vez con fuerza. Siento que voy a estallar.
-Aún no, nena -susurra en mí oído. ¡Joder! Juro que no puedo más. Caín se separa al instante. De repente, todo mi gozo en un pozo por unas milésimas de segundo. Besa mis labios con brusquedad, y baja directamente a mi sexo. Lo miro perpleja y muda. Ante esto, no pienso rechistar nunca-. Qué bien sabes cielo -mis caderas se arquean como si se tratase de un mecanismo. Echo la cabeza hacia atrás, sin parar de gemir.
-No pares -le dejo claro, que estoy a punto de estallar. Hunde sus dedos en mí sin parar de devastar mi clítoris. Estallo en su boca. Una sensación de calambre recorre mi cuerpo. Me rompo en mil pedazos de placer. Caín me da la vuelta al instante. Y teniendo mis nalgas ante él, se hunde en mí. Con desesperación y deseo lo hace. En segundos encuentra lo que tanto necesitaba. Se pega a mi cuerpo mientras el placer le consume. Caímos a la cama, agotados y deseosos de más. Ahora seré yo quién lleve las riendas.
Convencida de que esto no ha terminado, me siento encima de él. Recivo una sonrisa de su parte. Definitivamente, este niño me tiene loca. Acaricio su cuerpo con dulzura.
-Relájate -desciendo besando su torso increíblemente perfecto. Me lo tomo con tanta calma, que incluso me paro a admirarle. Todos mis sentidos se agudizan aún más. Me siento increíblemente bien. Más de lo normal.
Con toda la seguridad que desconocía tener, meto lo que más ansío dentro de mí. Contoneo mis caderas pausadamente, sin prisa. Caín sonríe. Verlo así hace que vibre. Qué todo mi cuerpo vibre del placer. Desde mi altura, lo veo vulnerable. Como si pudiese hacer lo que quisiera con él. En busca de más. Caín agarra mis caderas. Aparto sus manos, y se las paso por encima de la cabeza. Ahora soy yo la que manda. Beso sus labios con desesperación. Voy a estallar.
-No pares de besarme -suplica cuando me aparto de él. Mis movimientos se vuelven muchos más intensos. Me acerco a él, para darle lo que me pidió. Sonrío a mitad del beso, al escuchar de sus labios un "Eres increíblemente preciosa, nena". Él es increíble. Hace que me sienta única y especial. Me quiero, y le quiero a él.
El romanticismo nos rodea en este instante. Dejo que nos consuma. La pasión que ahora sentimos nos lleva. Presiono mi sexo contra su pelvis, en busca de más contacto. Entre nuestros cuerpos, no cabe el más mínimo hilo de aire. Me acelero. El calor que siento en mí sexo me invade. Caín me incita a seguir con más fuerza. Se aferra a mis caderas. Me echo sobre él, pegandome más a su cuerpo. Gemimos y nos dejamos llevar. Caín me pide más, y yo se lo doy encantada. Ahogamos nuestros orgasmos en un beso. Definitivamente, le necesitaba.
- Te quiero. No sabes cuánto -me da un cándido beso en los labios. Todo a nuestro alrededor se desvanece. Le beso, y le sigo besando. No me cansaré de hacerlo. Quiero que sepa lo mucho que significa para mí.
Deciros, que me ha ENCANTADO escribir este capítulo. Y espero que a vosotr@s os encante tanto como a mí!!

ESTÁS LEYENDO
La Esclava
VampirgeschichtenYo creía en los cuentos de hadas y en las historias bonitas. Creía en la vida, en las casualidades. Pero ahora mismo puedo afirmar que nada es lo que parece, así que aférrate a lo que puedas, como yo hice. Cuando de verdad te encuentres solo, estará...