-Estoy muy harta hoy, en serio. No volvería a pisar esta discoteca en mi vida. -solo podía quejarme con la única persona que sabía que iba a escucharme, Claudia.
-Tranquila, solo nos queda ese grupito de la despedida de soltero. -dijo señalando a un grupo de chicos.
Nosotras estábamos detrás de la barra sirviendo copas desde las once de la noche, y ya eran las seis de la mañana, iba a volverme loca.
Los riñones y los pies me estaban matando, y seguro que tenía el maquillaje fatal. Necesitaba una duchita fría y descansar.
Estaba apoyada en la barra cuando la voz de alguien a mi espalda hizo que me sobresaltara.-¡¡Éire!!
Me volví para ver quien era, y al instante me maldije por haberlo hecho.
Allí estaba, mi peor pesadilla.
Se trababa ni más ni menos que de la prima de mi ex. No era para nada casualidad que siempre que me tocaba a mi el turno apareciera por allí. Es peor que un grano en el culo.Mientras yo divagaba por mis pensamientos. Ella estaba allí. Frente a mi, con los brazos de par en par y una grandiosa sonrisa, esperando a que le diera un gran abrazo.
Fui hacia ella para corresponderla.-¿Cómo te va todo? -sus ojos brillaban más que nunca mientras no paraba de observarme.
-Pues ya ves... Voy tirando. -la verdad era que no tenía ninguna gana de hablar con ella. Siempre le he tenido ese asco. No sé por qué.
-Bueno. Yo vine de pasada para verte. He traído a un amigo -después de hablar se echó a un lado.
De su espalda apareció un tío increíble.
Estuvo allí todo el tiempo. Pero no le eché cuenta. Ya que mi único pensamiento era llegar a casa.
Estaba muy bien la verdad, todo hay que decirlo. Muy alto, rubio, fuerte, ojos azules... Y después estaba esa mandíbula cuadrada de hombre.
Parecía una obra de arte. No podía parar de mirarlo.-Encantado, soy Adam -su gran mano me sacó del embobamiento tan grande que tenía.
-Igualmente. Éire. -le estreché la mano con fuerza y firmeza. De pronto, la mirada de Adam se posó en Claudia. Que estaba totalmente embobada mirándolo, como si no existiera nadie más. Parecía que estaba hechizada.
-¡Guapas! Nosotros nos vamos ya.
Todos nos giramos para observar al grupito que estaba de despedida.
Hablaban con la lengua trabada y andaban dando tumbos.-Daros prisa, que dentro de poco empieza "Dora la exploradora", -todos se rieron a carcajadas ante mi comentario. Yo por mi parte sonreí orgullosa.
-Bueno, pues vámonos ya. Hoy se encargan de recoger aquellos dos. -dijo Claudia señalando a nuestros dos compañeros, Marcos y Santiago.
¡Qué alegría, por fin a casa!
Todos salimos del local en fila india, yo iba la penúltima, seguida por el increíble Adam. Y eso me ponía muy nerviosa.Justo antes de cruzar la entrada una mano me detuvo. Supuse que sería la de él, así que intenté calmarme antes de girarme.
-Si quieres te acerco a tu casa, Sofía me ha comentado que esta zona es muy peligrosa a estas horas. -su grandes ojos se clavaban en los míos, a la espera de una respuesta rápida.
-¿Y qué zona a esta hora no lo es? -siempre he odiado y odiaré que me vean como a una niña frágil.
Mi ceño fruncido lo decía todo, no me había gustado para nada esa pregunta. Siempre he sido muy independiente -Puedes estar tranquilo, se defensa personal. Si quiero ser policía tendré que ir aprendiendo. -dije muy orgullosa de mi misma.-Me parece muy bien, pero te llevo yo. -su voz ahora era autoritaria, y en su rostro se dibujó una leve sonrisa. Algo pícara para mi gusto. Pero que en sus labios era lo más morboso que había visto nunca. Todo hay que decirlo.
Como no supe qué contestar solo asentí con la cabeza mientras caminábamos hacia el aparcamiento.
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La Esclava
VampireYo creía en los cuentos de hadas y en las historias bonitas. Creía en la vida, en las casualidades. Pero ahora mismo puedo afirmar que nada es lo que parece, así que aférrate a lo que puedas, como yo hice. Cuando de verdad te encuentres solo, estará...