CAPITULO 8

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Alonso.

Empecé a abrir los ojos lentamente y aspire el aroma del cabello de Sam.

-Me pregunto si-sacudí mi cabeza-... ¿Qué te pasa Villalpando? No pienses estupideces.

En eso Sam empezó a abrir los ojos. Me miro y sonrió, se enderezo y pude ver su cabello despeinado.

-Hola.

-Buenos días-dije riéndome de su cabello-.

-¿Qué hora es?

-Amm-busque mi celular entre las cobijas-... las doce de la tarde.

-Creo que tengo que irme.

-Mm... ¿Qué te parece si nos duchamos, por separado-rio sonrojándose-, y luego te llevo a tu casa?

-Está bien.

-Bueno, te buscare ropa de mi hermana, ahora vengo.

Salí de ahí y baje al segundo piso, entre al cuarto de Vanessa sin avisar y abrí su armario.

-¿Qué carajo haces?

-Buscando ropa.

-¿Qué? ¿Ya decidiste a que sexo perteneces?

-No molestes, es para Sam.

-Oh, la noviecita en puerta.

-Ya te dije que no es mi novia, pero tal parece que el tinte de tu cabello ya te afecto el sentido del oído.

Saque solo un pantalón de mezclilla y salí de ahí, subí de nuevo a mí habitación y le entregue el pantalón a Sam.

-Toma, ponte esto, yo te presto una camisa.

-Está bien.

-Dúchate aquí, yo lo haré abajo.

Solo sonrió y yo salí para ducharme en el baño de la sala. Cuando regrese, Sam aun no salía así que me cambie en la habitación. Me había puesto apenas el pantalón cuando la puerta del baño se abrió.

-Ay lo siento-dijo volteándose y sonrojándose-.

-Tranquila-tome la primera camisa que vi y me la puse-. Listo.

-Okey.

Ella solo traía una camiseta sin mangas del día anterior. Saque una camisa que ya casi no me quedaba y se la di, ella se la puso dejándola desabrochada.

-¿Me pones el collar?

-Claro.

Me dio la espalda y le coloque el collar. Cuando se giro, quedo pegada a mí, nuestros labios casi se rozaban. Miraba mis labios mordiendo el suyo, paso sus manos por mi pecho hasta mis hombros y de un salto atrapo mis labios. Abrí mis ojos de golpe pero luego los cerré, sujete su cintura pegándola más a mí, se echó para atrás haciendo que avanzara con ella y la pegue contra la puerta del baño, puse mi mano en esta mientras la otra seguía en su cintura. Movía mi cuerpo hacia el suyo. Dios, esto era un beso perfecto. Luego de quedarnos sin aliento se alejo.

-Ah... lo lamento... y-yo no sé en que estaba pensando-dijo con la respiración alterada-...

-No, tranquila, no pasa nada.

-Ay Dios, perdóname...

-Vamos, te llevare a tu casa y... hey-dije tomándola por las manos-, todo está bien.

Asintió y salimos de casa. La lleve a la suya sumidos en un incomodo silencio. Llegamos y antes de que bajara sujete su mano.

-¿Qué pasa?

-¿Estás bien?

-Es que... no debí...

-Oye, tranquila, solo fue un beso y si nadie se entera no pasa nada.

-Está bien... te veo el lunes.

-Claro, cuídate.

Bajo del auto y entro rápidamente a la casa. Di marcha atrás y me retire a la mía.

***

Sam.

-Dios, me siento culpable, necesito hablar con alguien... ay vamos, Sam deja de dar vueltas como idiota y llama a alguien-dije pensando-. Fátima.

Saque mi celular y marque el número de Fátima.

-Hola Fátima.

-¿Qué pasa, enana?

-¿Puedes venir a mí casa? tenemos que hablar.

-¿Paso algo en tu cita con Jos?

-No, con Jos no paso nada... pero si con Alonso.

-Voy corriendo-colgó-.

Deje el celular en mi cama y seguí dando vueltas por toda mi habitación. Luego de 10 minutos Fátima llego corriendo a mí cuarto.

-Hola, más te vale que sea bueno-dijo agitada-.

-¿Viniste a pie?

-Prácticamente, vine corriendo.

-Estás loca

-Me vale, anda cuéntame.

-... Bese a Alonso.

Me miro con los ojos súper abierto y se dejo caer en lo que supuso era la cama, lo digo porque cayó directamente en el piso.

-¡Au, mi trasero!

-Lo peor es que tu trasero no amortiguo el golpe.

-Eres una estúpida-me jalo de la mano haciéndome caer de rodillas-. ¿Cómo que besaste a Alonso? ¡¿Qué carajo te pasa?! ¡¿Sabes lo que pasara si Aranza se entera que besaste al hombre de sus sueños?!

-¡No necesitas recordármelo, además no quise hacerlo, lo tenía en frente y se me hizo fácil!

-A ver-se acomodo sentándose-, ¿Cómo fue? ¿Qué hizo él?

-Él... él me tomo por la cintura haciendo que pegáramos más nuestros cuerpos...

-Aguarda... ¿lo excitaste?-dijo sonriendo pícaramente-.

-Ay, yo que sé, cállate.

-¿Qué sentiste? Debiste haber sentido algo.

-Fátima...

-¿Qué? Alonso se excita muy fácilmente, créeme.

-A ver, basta-dije acostándome en sus piernas-, esto es horrible, no sé que hacer.

-¿Qué te dijo él?

-Que no importaba, que mientras nadie más supiera todo estaba bien.

-Ahí esta ¿Qué te preocupa? Solo no hables de eso y actúa como si nada hubiera pasado.

-No puedo Fátima, es difícil, ni siquiera pude verlo a los ojos luego de eso.

-Sam, escucha, es solo un beso, mientras no vuelva a pasar olvídalo, además tú más que nadie te has dado cuenta de que Alonso no es de una chica, no te conviene, es tu mejor amigo, esos labios son intocables por ti, y ese cuerpo que...

-También lo vi desnudo.

-Y la pequeña niña inocente se está rebelando-se puso de pie empujándome-. ¿Qué está pasando contigo?

-No lo sé... la cercanía con él me hace querer aventurarme en aguas peligrosas.

***

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