CAPITULO 29

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Alonso.

Flashback.

-¿Alonso...?-escuche débilmente del otro lado de la línea-.

-¿Melissa? ¿Eres tú?

-Lo lamento... lamento haber aparecido en tu vida.

-¿Qué?

-Te juro que no volverás a verme más.

-Melissa...

-Te amo-luego de eso se escucho la línea muerta-.

-Mel... ¡Melissa!

Fin del flashback.

Limpie una solitaria lágrima que salió de mi ojo derecho. Seguí viendo el techo mientras escuchaba música, la lista de reproducción favorita de ella. Siempre le gusto Green Day y ese tipo de música. Escuchar me recuerda a ella. Es mejor que recordar lo que he hecho con Sam.

¿Por qué soy tan débil en esto? Sam no tiene nada que las demás no tengan y aun así me está atrapando. Sus labios, su cuerpo, sus manos... toda ella es... aggh, realmente no tiene nada de interesante, solo es una chica normal que... desde un principio supe que era diferente, al verla así con Alan pensé que sería como todas pero no, la vi forcejear, vi su rostro de frustración tratando de alejarlo y ahí, ahí supe que ella era única, pero... ¿Qué es lo que me atrae a caer siempre? Tiene que haber algo en ella que me cause este inmenso deseo de correr a su casa cada que la pienso y hacerla mía miles de veces más.

-Joder, estas pensando en ella de nuevo-me levante y camine hacia la ventana-. Deja de pensarla, Alonso, solo es una aventura, solo te estás acostando con ella, pronto el deseo pasara y todo esto acabara, solo no la mires como otra cosa, solo somos mejores amigos con un secreto en común.

-¡Alonso, te buscan!

-¿A esta hora?-salí del cuarto y baje las escaleras para toparme con Aranza de pie en la sala-. Aranza ¿Qué haces aquí? son más de las 10:30-mire mi reloj-.

-Vine en la tarde a buscarte pero no estabas... ¿Dónde andabas?

-Estaba en casa de Jos, jugando x-box ¿Por qué?

-Ya te dije, vine a verte y no te encontré. Además te llame-saco su celular y lo miro-siete veces y tampoco contestaste.

-¿Eh?

-Quería verte. No fuiste a la escuela.

-Sí fui pero me salí temprano. ¿Algo más?

-¿Estabas con Sam?

-¿Sam?

-¡¿Estabas o no con ella?!-me empujo-.

-¡Oye cálmate-la tome por el brazo y la saque de la casa-, vete de aquí y háblame cuando tus malditos celos se calmen porque yo no soy de los que aguantan escenas de celos por nada!

-No, espera, Alonso...

-¡¡Lárgate, no estoy de humor para andar aguantando estas cosas, Aranza, por eso es que siempre estoy solo y si no quieres ser una de las olvidadas hazme el favor de irte ahora!!

Se dio la vuelta y camino hacia la calle, paro el primer taxi que paso y se fue. ¿Qué carajos le pasa?

***

Sam.

-¿A qué hora pasara Jos por ti?-dijo Fátima acostada sobre un enorme oso que Alonso me regalo muchos días atrás. Se veía algo deprimida.

-Por nosotras, Fátima, tú también irás.

-Sí, pero cabe la casualidad que Alonso y Aranza también y no quiero ser la chica que se queda sentada emborrachándose en la barra mientras mis amigos follan en las habitaciones de arriba.

-No haremos eso. Alonso me conto que el chico con el que topaste ayer en el intermall es amigo de él y también irá.

-¿Qué?

-El que te embarro el helado ¿lo recuerdas?

-Sí, sí, claro que lo recuerdo-se puso de pie-, ¿Irá?

-Eso me dijo. De hecho la idea de la fiesta fue de él, porque quería verte.

-Que mentirosa eres, Samanta Montgomery.

-No es mentira-solté mi cabello y lo empecé a cepillar-. Es la verdad.

-Oye... ¿Cómo le harán tú y Alonso para disimular ese deseo que se tienen? Porque se nota a leguas de distancia.

-¿En serio?-me senté arrodillada en la cama-. Es que bueno... es imposible esconder algo que... no sé.

-Sam... No pueden seguir así.

-¿Así como?

-Deseándose tanto y no teniéndose... ¿Sabes el daño que le harás a Jos cuando se entere? ¿Cuándo piensas decírselo?

-No pienso hacerlo, Fátima. Jos no debe saberlo ¿Okey?

-Sam... ¿Amas a Jos?

-Lo quiero.

-Te pregunte si lo amas-negué-. ¿Y a Alonso?

-No quiero hablar de eso. Amar a Alonso es como... es como el Estocolmo, es prohibido, peligroso y te lastima-el claxon de un auto nos interrumpió, me asome por la ventana y vi a Jos con el auto de Alonso-. Es Jos, vámonos.

Se levanto de mala gana y salimos al encuentro de Jos. Él me recibió con un beso en los labios y un "estas preciosa", no sé, solo me limite a sonreír para luego subirnos al auto e irnos a casa de Jos.

*

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