CAPITULO 53

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Alonso.

-¿Alonso? ¡Alonso!

-¿Si?

-¿Me escuchaste?

-No, Brau, lo siento-mi hermanito estaba de visita en casa por el fin de semana, el estaba en un internado privado en no sé donde-.

-¿Quién es Sam?

-¿Sam? ¿Quién te contó de ella?

-Leí tus e-mails.

-¡Oye, eso no se vale enano!-le lance un cojín del sofá-.

-Es bonita.

-Ya lo sé-lo tome por debajo de los hombros y lo senté en mis piernas-... Es mi novia.

-Pero... He visto fotos de ella con tu mejor amigo, Yos.

-Jos, es Jos, Braulio.

-Es lo mismo.

-reí-. Sí, bueno, son cosas que aún no puedes entender.

-Entiendo que es su novia y al mismo tiempo tuya. Eso tiene un nombre de cuatro letras.

-¡Braulio!-grito mi mamá desde la cocina-.

-Perdón.

-Son cosas complicadas, enano... No lo entenderías.

-¿La amas?

-Mucho.

-¿Y Jos?-desvíe la mirada-. No soy tan tonto Alonso, si yo estuviera en tu lugar la raptaría y me la llevaría lejos de aquí.

-¿Llevarmela?

-Deja de darle ideas a tu hermano. No es tan inteligente.

-¡Oye! Joder-baje a mi hermano-. Aquí solo me insultan. Ya le voy.

-Vas con Sam-dijo en forma de cartilla. Maduramente le saque la lengua y salí de la casa.

Decidí caminar a casa de Sam y Fatima. Aunque fue antes de llegar a esta que mire a Sam, caminando con la mirada perdida hacia donde yo estaba.

-Hey-me miro y sonrió. Me acerque tomando su barbilla haciendo que me viera-. ¿A dónde vas?

-Discutí con Fatima.

-¿Por?

-Tonterías. Hable con Alan...

-¿Qué?

-No es nada... Solo hablamos de él. ¿Por qué no me dijiste que antes de acostarte con ella, ella salía con Alan?

-Yo no lo sabía... Hasta ese día que Alan entro y nos miro.

-Por eso te odia.

-Lo sospechaba. ¿Por eso discutieron? Es una estupidez.

-¿Podemos ir a un lugar menos peligroso? Donde no nos vaya a ver Jos.

-Okey...

Caminamos lejos de ahí, hasta llegar al lugar de nuestra ultima discusión. Hay siempre estaba sólo, a excepción de algunas parejas que iban a besuquearse entre los pastizales.

Nos sentamos ahí viéndonos de reojo. Ella sonreía y se mordía el labio inferior de manera nerviosa. “¿La amas?". La pregunta de Braulio me invadió de repente.

-¿Sam?

-¿Mm?

Me acerque a ella tomando su nuca y besando sus labios. Su mano encontró la mía y la entrelazó. Me acerque más a ella recostándola en el pasto. Bese su cuello y pase mi mano por su cuerpo hasta su pierna. Alce la vista y la encontré con los ojos cerrados ligeramente y los labios entreabiertos.

Volví a sus labios y los mordí con delicadeza haciendo que ella soltará un leve gemido.

-Te amo-susurre en sus labios. Sentí como sonreía sobre mis labios y los besaba de nuevo-. Okey, dime-me aleje y senté en el pasto.

-¿Qué?-me imitó.

-Oh, vamos, no me pediste venir a un lugar más sólo porque sí... ¿Qué quieres decirme?-se limitó a verme sin decir nada-. No puedes engañarme, Sam...

-Quiero dejar a Jos.

-¿Qué?

-Ya no quiero seguir así-se acercó y me beso tiernamente-. Te amo y quiero estar solo para ti. Al carajo Jos y lo que pueda pasar.

-Samanta Montgomery te desconozco-solo sonrió tímidamente-. Como quieras, princesa, yo te apoyaré en todo y cuando quieras hacerlo.

-Eres el mejor ¿lo sabías?

-miré al cielo pensando-. Sí.

Río y se abalanzo sobre mi tirándome sobre mi espalda y besando los labios. Rozo su nariz con la mía mientras sonreía.

-¿Sabes? La primera vez que te vi...

-¿Si?

-me miró-. Sentí como si mi corazón fuera a detenerse. Ahí de pie frente a mi y Alan, con tu pose de niño rudo, manos en los bolsillos, flequillo hacia el lado derecho, goma de mascar en la boca, señal de que acababas de fumar... Diciéndole a Alan que me deje en paz, joder, desde ese instante supe que me traerías muchos problemas.

-Pues cuando yo te vi dije... Esa chica debe ser muy buena en la cama.

-¡Eres un idiota!-se levantó pero la tome del brazo haciendo que cayera a mi lado-.

-Y lo eres...

-Te odio-dijo juntando nuestras frentes y me beso-. Pronto solo seremos tú y yo, sin Jos, sin Aranza, sin nadie que moleste... Como si solo existiéramos nosotros.

Bese su cabeza y se recostó en mi pecho mientras veíamos las nubes que invadían el cielo anunciando una fuerte lluvia. Las lluvias en Ohio siempre eran como tormentas.

-Sam...

-¿Si?

-Vámonos.

-Aun es temprano...

-No. Vámonos.

-se enderezó y me miro-. ¿Qué?

-Vámonos. Lejos. Lejos de todo y de todos... Escapate conmigo.

¿AMIGOS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora