¿AMIGOS?

CAPÍTULO 54

Sam.

-Buenas noches-dijo Fatima bajando las escaleras-. ¿Sigues enojada?-negué y ella bajo rápidamente a sentarse a no lado-. ¿Pasa algo?

-Alonso me pidió que nos fuéramos.

-¿Irse?-tomo una paleta de la mesa de centro-. ¿A dónde?

-Lejos. Escaparnos.

-río-. ¿Qué? Alonso esta vez si perdió la cabeza. O sea, prefiere huir a enfrentar lo que pasa-me quede callada viéndola-. Obvio le dijiste que no.

-No le he dicho nada... Es que, Fatima quiero terminar esto.

-¿Eh?

-Con Jos. Quiero que solo sea Alonso y nadie más.

-Mjm... ¿Y por qué no lo haces?

-Tengo miedo.

-¿Miedo? Jos es una persona que razona.

-Es que... Algo me dice que no debo dejarlo.

-¿Por fin? Escucha Sam, no puedes quedarte estancada con un hombre que no quieres.

-Yo quiero estar con Alonso...

-Entonces quedate con él, Alonso te quiere, tú lo quieres ¿qué esperas para ser feliz con él?

-No lo sé...

-Eres egoísta, eso es lo que eres, no quieres dejar a Jos por miedo a que él encuentre a alguien más y te olvide rápido. Quieres tenerlo todo en la vida.

-No, eso no es verdad... Yo quiero mucho a Jos, quiero que sea feliz y obvio yo no lo hago feliz...

-Puede ser... Diselo, dile que te enamoraste de Alonso y que quieres estar con él... Sé sincera ahora, Sam.

-Sí, se lo diré, pero aun no.

***

Jos.

Flashback.

Seguí a Alonso hacia el techo. Ha estado actuando más raro de lo normal.

-Vamos Sam-al oír eso abrí lentamente la puerta, lo mire acuclillado frente a Sam-... Mirame princesa...

Ella levanto la vista, su rostro estaba inundado en lágrimas y lo miraba con algo de enojo.

-Somos unos tontos, ¿lo sabes?

-¿Lo somos?

-Ven aquí-se abrazaron-. Te amo, Sam...

¿Qué? Dijo que la ama.

-... Quiero que lo entiendas, que te des cuenta que por ti cambiaría todo, hasta mi forma de ser. No hay nada que no te daría.

-Perdón. Soy una tonta por como te trate ayer, es que...

-No hay nada que perdonar. En serio.

-Eres el mejor.

-Lo sé.

Se acercaron con timidez y vi como sus labios se juntaban. Joder, no, se estaban besando.

Salí para detenerlos pero me arrepentí. Retrocedí y azote la puerta para bajar rápidamente las escaleras.

Fin del flashback.

-Maldita sea, debí intervenir desde la primera vez que los vi, para mí aquella vez fue una tontería, creí haberlo imaginado, que los celos me trataban de cegar, pero ya dos veces es demasiado... Me están viendo la cara...

Flashback.

Salí en busca de Sam, me dijo que iría con Aranza y no estaba. Fui a la salida hacia él jardín y lo que vi.  Vi a Alonso rozando sus labios con los de ella.

-Jos debe estar buscándote-dijo Alonso, alejándose de ella. Pkey, quizá solo es un malentendido.

-Al carajo Jos.

Dijo Sam juntando sus labios con los de él. Cerré la puerta tratando fe no hacer ruido pero me fue imposible.

-¿Qué fue eso?

Corrí alejándome de ahí trate de pensar en otra cosa, quizá no fue nada, fue mi imaginación, si.

Fin del flashback.

-No fue mi imaginación... Mi mejor amigo se acuesta con mi novia.

***

Alonso.

-...Escapate conmigo.

-Que tonterías estaba pensando en ese momento. Le pedí las mas tontas de las tonterías. ¿Escaparnos? ¿En serio, Villalpando?

-¿Se puede?-era mi madre en la entrada-.

-Pasa-me senté colocándome una playera-. ¿Pasa algo?

-No, es solo que me extraño ver la puerta abierta y la luz encendida a esta hora. Normalmente ya estas dormido.

-No tengo sueño... No dejo de pensar en Sam.

-Okey... ¿y qué piensas?

-Tú sabes que ella sale con Jos, estamos en un maldito triangulo amoroso... El problema es que... No quiero dejarlo pero... Conozco a Jos si ella lo deja esto seria un caos.

-Ustedes cometieron el error de iniciar una relación a espaldas de Jos, son los mejores amigos Alonso no sé porque no le cuentas que te enamoraste de su novia y ya... Estoy segura de que entendería.

-No... ¿Sabes? Creo que ya alguien se lo dijo. Actúa muy raro últimamente, es distante y seco con ambos. Tengo miedo de que ya se haya enterado por alguien más.

-Las malas noticias vuelan, Alonso. Si lo supiera ya te habrías enterado.

El timbre interrumpió en ese momento. Mamá se levanto y fue a abrir. Me acosté de nuevo sobre mi espalda y dentro de unos minutos sentí un gran peso sobre mí. Era Jos.

-¿Qué mierda...? ¡Jos!

-Hola-dijo sonriendo.

-¿Qué haces aquí? Es casi media noche.

-Tengo que hablar contigo de algo importante. No podía esperar.