CAPITULO 22

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Alonso.

-Isabella... Isabella... Isabella...

Estuve repitiendo su nombre mientras veía por cada ventana de cada salón hasta que la encontré en la clase de deportes. Decidí esperar a que todas entraran y salieran de los vestidores. Normalmente ella siempre se quedaba hasta el final, ya que se secaba el cabello y cosas así. Cuando fue así y vi salir a su mejor amiga, entre con cuidado de que nadie más me viera. La encontré aun en toalla sentada en una banca pasando sus manos sobre sus piernas. Se puso de pie y cuando estuvo a punto de desnudarse por completo se lo impedí.

-Creo que antes de que hagas cualquier cosa debes cerciorarte de que nadie te este mirando.

Su piel se torno pálida y su mirada delataba el miedo que me tenía.

-¿Qué estás haciendo aquí?

-Has sido una mala niña.

Vi como trago duro al oír mi tono de voz. Quería dar por seguro de que fue ella quien le dijo a Navarro lo de mi relación con Sam antes de abrir la boca, pero al ver su nerviosismo me di cuenta de que no me equivocaba.

-Isabella-me acerque y luego de golpe la tome por el cuello, la pegue fuerte a un casillero y me acerque lo suficiente para que mis labios tocaran su oreja-. Me vas a decir exactamente lo que le dijiste a Alan Navarro-apreté más mi agarre y ella empezó a jadear-.

-No... Puedo... respirar...

-Habla...

-Me estas... ahor-cando.

-Dame una razón para no hacerlo maldita perra.

-De acuerdo-solté un poco mi agarre-, yo se lo dije pero... pero no le dije nada que no supiera... todo mundo ya sospechaba que Sam y tú se entienden.

-¿Por qué sospechan eso? Solo somos dos chicos que se llevan bien, hasta donde tú sabes.

-Ya déjame...

-¿Por qué lo haría? En todo caso me debes un favor-bese su cuello-.

-No, no, Alonso, por favor no...

-Tranquila... shh...

-T-te juro q-que me alejare de ustedes pero por favor no me...

-¿No-te...qué?

-No me toques...

-¿Qué no te toque?-me acerque a sus labios-. Me falla la memoria o eso es lo que querías... que te tocara-baje mi mano de su cuello a su pierna-.

-No, no, no, no, eso era antes...

-Isabella, Isabella-puse mí otra mano en el casillero, acorralándola-... no puedes venir, seducir a un hombre y después largarte sin darle nada-apreté mi cuerpo contra el suyo-... no esperes que te deje en paz... cuídate la espalda, nena-hice un camino de besos desde sus labios hacia su mejilla, cuello y luego mordisquee el lóbulo de su oreja-... te estaré vigilando...

Golpee el casillero con mi puño y me retire dejándola ahí con una clara advertencia que por su bien espero que sirva de algo. Llegue a la cafetería. Mire a Jos y a Samanta besándose sentados en una mesa cerca de la ventana. Mierda esto cada vez va de mal en peor. Me senté con Aranza que estaba con Fátima. Atrape sus labios de manera brusca, sabía que solo había que pulir un poco a esta chica para moldearla a mí manera.

-¿Y Sam?-dije fingiendo que no sabía que estaba casi follando con Jos al final de la cafetería-.

-Por allá... ¿estás bien?

-¿Por qué?

-Te noto... molesto.

-Nah., estoy bien, no es nada.

-¿Hablaste con Isabella?

Abrí los ojos lo más que pude. Cielos, Fátima no pudiste gritar que me acosté con Samanta, hubiera sido menos incomodo.

-¿Para que hablarías con ella?

-Amm... no, por nada... tuve un problema con ella ayer y tenía que hablarle sobre eso.

-¿Qué problema?

-Bueno, preguntas demasiadas cosas ¿no?

-Estas demasiado alterado para que no sea nada.

-¿Sabes qué? me voy. Adiós.

-¿A dónde vas?

-A otra parte, que no sea aquí.

Me levante y camine hacia la salida. Fui a mí lugar habitual para fumar. Me senté en un pequeño tronco que había colocado ahí y saque un cigarro. Lo fume en unos segundos y saque otro. Luego del tercer cigarrillo escuche que alguien venia así que lo apague y guarde en la cajetilla para ponerme de pie y dar la espalda a quien sea que se acercara. Normalmente cuando me ven aquí no se detienen a ver qué me pasa.

-Vaya, hasta que te encuentro.

Era Samanta. Me miraba alterada y con las mejillas un poco sonrojadas. Parecía que acababa de correr demasiado. Quizá buscándome.

-Me vine corriendo para que Jos no me siguiera.

-No te pregunte-le di la espalda de nuevo-.

-¿Qué tienes?

-Nada... discutí con Isabella en los vestidores.

-¿Te metiste a los vestidores?

-¿Tengo que repetirlo?

-No... Está bien que estés molesto pero yo no tuve la culpa.

-Ese es el problema, tú tuviste la culpa de todo lo que me ha pasado hasta ahora. Estoy harto de tener que verte en brazos de Jos cuando tus ojos y tus pensamientos me dicen, me gritan que quieres estar conmigo... o al menos eso es lo que pienso, eso es lo que quiero pensar que esta en tu mente cuando te quedas como una tonta viendo hacia el vacio o simplemente viéndome a mí...

-¿Quieres pensar que estoy enamorada de ti?

-la tome por las mejillas y puse mi frente contra la suya-. Quiero pensar que soy el único... que no necesitas de Jos para ser feliz.

-Sigo sin entender entonces...

-Ven aquí.

La cargue y puse contra la pared para luego atrapar sus labios. Me abrazo fuertemente por el cuello atrayéndome más a ella. Lleve mis manos a sus muslos y la acaricie ahí. Empecé a besar su cuello mientras ella tiraba delicadamente de mi cabello, hundía sus dedos en él y lo jalaba hacia afuera.

-¿Alonso? ¿Estás aquí?

La baje inmediatamente y le di la espalda para así poder limpiar el brillo labial que haya dejado en mis labios. Ella se cubrió el cuello con su cabello, no había dejado marcas esta vez pero supongo que se precavió ahora.

-Hombre te estaba buscando... ¿Sam...?

-Amm... lo vi salir molesto de la cafetería, solo quería saber si estaba todo en orden con Aranza.

Si claro. Pensé. Por eso me besaste y casi tenemos sexo al aire libre.

-Todo bien, solo que estoy un poco estresado.

-Creo que te hace falta sexo, amigo.

-Sí, eso creo-mire a Sam-... bueno Aranza no tarda en desestresarme.

-Oye... tampoco quiero que la vayas a lastimar.

-Tranquila, seré cuidadoso... siempre lo soy. Los veo luego, tengo clase.

La vi tensarse cuando pase por su lado. Jos no se dio cuenta, ¿en serio es tan despistado como para no darse cuenta de que no es él quien enloquece a su mujercita?

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