CAPITULO 35

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Sam.

Jos me sujetaba las muñecas contra la cama, mientras embestía con más fuerza que antes. Esto se está volviendo monótono, por dos semanas ha sido lo mismo. Vernos en la escuela, no hablarnos en clases, salir de la escuela, ir a su casa y tener sexo; moverse violentamente dentro de mí hasta que le llegue el orgasmo, levantarse de la cama, irse a bañar y sentarse a mí lado sin decir nada. Hoy estábamos en la etapa en que se estaba bañando. Yo estaba sentada cubriendo mi cuerpo con las cobijas mientras abrazaba una almohada contra mi pecho. No he hablado con Alonso desde su accidente. Ni siquiera nos dirigimos la mirada. Ese día Jos se molesto mucho porque fui al hospital, sigo sin saber porque, Fátima insiste en que solo esta celoso de lo que pasa, de que yo este, o estaba demasiado cerca de Alonso que Jos empezó a sentir celos. Si supiera.

Salió del baño vestido con un pantalón de vestir negro y una camisa de botones blanca. Me miro y bajo la vista. Tomo el cepillo del mueble del espejo y empezó a cepillar su cabello hacia un lado.

-¿Vas a salir?-dije con voz baja-.

-Saldremos-dijo viéndome-. Es el cumpleaños de la hermana de Alonso y sus papás van a hacer una fiesta en un salón, y Alonso me invito.

-asentí-. Te invito solo a ti.

-Pero mi novia va a acompañarme-saco una bolsa color morada-. Para ti.

-¿Qué es?

-No es nada. Alonso me ayudo a pagarlo.

-Ay Jos-tome la bolsa y saque un hermoso vestido color rosa pálido-.

-¿Te gusta?

-Dios es hermoso Jos... P-pero, te debió haber costado mucho.

-Ya te dije que Alonso me ayudo a pagarlo. Anda, date una ducha y póntelo-beso mi frente-. Te espero abajo.

Por un momento... por un momento creí que todo se iba a ir al carajo pero no, Jos aun me quiere o lo aparenta muy bien.

Luego de ducharme me vestí, fuera de la ducha encontré unas zapatillas blancas de tacón alto. Me los coloque. Deje que mi cabello cayera libre sobre mis hombros no sin antes haberlo secado con la secadora. Baje lentamente las escaleras y mire a Jos comiéndose una manzana.

-Estoy lista-volteo a verme y dejo caer la manzana-. Okey-dije riendo-.

-Te ves hermosa-se acerco y tomo mis manos-.

-Gracias. ¿Nos vamos?

-Claro que sí, ya quiero presumirte.

Llegamos a la fiesta en 15 minutos. El salón estaba realmente hermoso, había luces de colores y cosas así, no conozco a la hermana de Alonso así que como quien dice soy una completa desconocida en la fiesta.

-¿Jos?-escuchamos a nuestras espaldas-. ¡Jos, hermano, eres tú!

-¡Diego, los del manicomio te soltaron!

-Que idiota eres, es un internado nada más. Tú debes ser Sam.

-¿Cómo sabes mi nombre?

-La mejor amiga de mi hermano. Me hablo de ti cuando llegue-me tendió una mano-. Mucho gusto.

-Ah, al contrario-estreche su mano-. El gusto es mío.

Estuvimos ahí sin movernos durante una hora más o menos, cuando por accidente dirigí mi vista hacia la barra donde estaba Alonso con Aranza, traía una copa en su mano y... Dios, se veía guapísimo.

-Jos, iré a hablar con Aranza, ya vuelvo.

-De acuerdo.

Camine hacia él, me noto rápidamente y le dijo algo a Aranza en el oído, la vi asentir y se alejo de ella sonriéndome de lado. Mire hacia Jos pero no estaba. Camine en la dirección que se fue Alonso. Salí por la puerta trasera y no lo mire por ningún lado.

-¿Buscabas algo?-me sobresalte al escuchar su voz, me gire y lo mire mientras cerraba la puerta con una mano-.

-Emm...

-Te ves hermosa-se cruzo de brazos-. Sabía que ese color te iría bien.

-Sí, ya Jos me dijo que le ayudaste a pagarlo.

-Mejor dicho que lo pague todo.

-Como sea. Me encanto... gracias.

-No fue nada-se acerco a mí y acomodo mi cabello detrás de mi oreja-... ¿Cómo has estado?

-Dentro de lo que cabe... bien. ¿Tú?

-Pues... bien, nada del otro mundo desde el accidente.

-Te quedo marca-tendí mi mano para acariciar su frente pero me arrepentí y aleje de él-.

-¿Todo bien?

-¿Cómo decírtelo?-se acerco y me tomo por las mejillas, junto su frente y su nariz conmigo-. Nunca debí haberte conocido.

-¿Así que te arrepientes?

-lo mire a los ojos-... Eso nunca. Alonso yo...

Sentí sus labios rozar los míos, como que quería besarme pero no se atrevía.

-Jos debe estar buscándote.

-Al carajo Jos.

Lo tome por la nuca y lo bese. Me tomo por la cintura y me acerco más a él; podía sentir todo su cuerpo contra el mío, esto me hacia desearlo más, tenerlo y ser suya una y otra vez. El sonido de la puerta nos hizo separarnos. Parecía como si la hubieran abierto y cerrado.

-¿Qué fue eso?-dije-.

-Seguramente el viento-me acerque a besarlo de nuevo pero se alejo-. No puedo. No aquí. Te veo en el estacionamiento en 20 minutos. Hay que hacer que Jos se vaya.

-¿Cómo haré eso?

-Dile que quieres irte, moléstate con él por cualquier cosa, no sé, inventa algo-me volvió a besar-, pero hazlo, ya quiero tenerte.

-¿Sam?-se escucho del otro lado de la puerta-.

-Ve.

Asentí y me aleje, él se quedo ahí, detrás de la puerta mientras yo entraba de nuevo al salón.

-¿Qué hacías?

-Tomando aire.

-¿Has visto a Alonso?

-Pff, no. ¿Por qué habría de haberlo visto?

-Porque te la vives pegada a él-se alejo de mí, creo que esto de pelearnos va a ser más fácil de lo que pensé-.

-¿Y eso que tiene de malo? ¿Te molesta?

-Claro que me molesta Sam, eres mi novia.

-Y el es mi mejor amigo, Jos no puedes ponerte así.

-Yo me pongo como yo quiera Sam, eres mi novia y te la pasas más con él que conmigo.

-¿Qué te pasa José? ¡Si me la paso de Sol a sombra contigo, todo el tiempo estás encima o dentro de mí, parece que nuestra relación se basa en el sexo no en el amor!

-Vamos, tú no me amas, no sé porque aceptaste estar conmigo.

-Pues entonces si no te amo ¡¿Por qué dejo que me acaricies y me folles como se te pega la gana?!-teníamos todas las miradas sobre nosotros, incluso la de Alonso-. ¿Sabes que? Déjame en paz. Me voy.

-Espera, te llevo.

-¡¡No, no me toques, no me sigas, aléjate de mí!!

-Sam...

-Ya dijiste lo que tenías que decir, ahora déjame en paz.

Me di la vuelta y salí del salón.

***

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