CAPITULO 13

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Sam.

No me arrepiento de lo que hicimos. Pero no dejo de pensar en la reacción de Jos si se llegara a enterar.

Me levante y tome mi ropa. Me vestí en tiempo record. No quería que Alonso volviera a verme desnuda. Pase mi mano por mi cuello y sentí una punzada en él. Recordé sus besos pasar por mi cuello, mordí mi labio al recordarlo.

La puerta del baño se abrió. Mire a Alonso con el cabello alborotado. Me miro y bajo la mirada para luego ir a sentarse a la cama.

-Sam...

Mi piel se erizo al escucharlo. Me gire lentamente a verlo. Ahí estaba sentado en su cama mirándome de manera culposa. Desviaba su mirada de mí mientras lamia su labio. Abrió la boca para decir algo y note que esta temblaba.

-¿Qué vamos a hacer?-dije de manera preocupada. Él solo me miro y bajo la mirada-. ¿Alonso...?

-No tenemos porque hacer algo.

-¿Qué? o sea... quieres decir que tuvimos sexo y... ¿vamos a ignorar que esto paso?

-¡¿Tienes otra alternativa?!-se puso de pie y se acerco a mí. Retrocedí hasta topar con la puerta-. ¡Sí la tienes quiero oírla!

-Obvio mis ideas no te interesan. Debí alejarme de ti desde el momento en que te conocí-lo empuje, pero él no se movió ni un milímetro-.

-¡¿Entonces por qué no lo hiciste?!

¿Por qué no lo hice? Ni yo misma lo sé.

-Tal vez porque... porque eras el primer chico que me hablo y... encontré en ti un amigo.

-Aja. Un amigo. No soy ingenuo Samanta, te quedaste a mí lado por miedo a la soledad. Porque si no era conmigo no sería con nadie. Te quedaste conmigo porque no había nadie más que te tratara como yo lo hacía.

-¡No te creas tan importante en mi vida; puedo alejarme de ti cuando yo quiera...! ¡¡El único problema es que no quiero hacerlo!!

-¿No quieres hacerlo? ¿Por qué no quieres hacerlo? No soy un buen amigo, un buen novio mucho menos... ¿Por qué si hay más cosas por las cuales alejarse, no te vas? No tienes una lista en la que tengas anotadas todas las cosas buenas que he hecho porque esa lista estaría vacía. No sé que carajo te atrae de mí si no soy...

Atrape sus labios nuevamente. Él tenía que entender que sus imperfecciones fueron las que me hacen quedarme. Debe entender que no hay nadie que quiera más que a él. Jos puede ser el chico más tierno del mundo pero hay algo que nunca sería... nunca sería él.

-me aleje de él. Me miraba de una manera distinta. La culpa se había ido-. No eres muchas cosas Alonso Villalpando... nadie es perfecto y no busques serlo para atraer la atención de una chica... no necesitas hacerte el rudo cuando no lo eres...

-me tomo por las muñecas alejándome de él-. No entiendes ¿cierto?

-¿Qué tengo que entender? ¿Qué te riges por reglas estúpidas que dicen que nunca debes sentir nada por alguien con quien te has acostado?

-Lo que no entiendes es que Jos te ama. En ningún momento de esta noche llegaste a pensar en que Jos está en este instante pensando en ti como la chica perfecta cuando tú estás revolcándote con su mejor amigo. No, claro que no lo pensaste ¿Sabes porque? Porque no te interesa.

-¡¡A ti tampoco te interesa, en esto participamos ambos, no quieras culparme solo a mí!!

Estaba harta. Esto era todo. No es posible que solo me vea a mí como la peor perra del universo. Él también engaño a Jos. Es su mejor amigo y estuvo conmigo. Aunque por lo que veo se ha arrepentido.

-Vete.

-¿Qué?

-¿Estás sorda, o que? ¡Quiero que te vayas!

-¡Alonso son las tres de la mañana!

No era capaz de mandarme a la calle a esta hora... ¿o sí?

-T-te prometo-tome su brazo-que a la primera hora del día me voy... ¿Okey?-me miro sin decir nada. Estaba molesto, se notaba aun entre las tinieblas de la oscuridad-. Sé que esto es algo que... no debió haber pasado pero nadie va a enterarse... tú eres bueno para disimular... y yo, bueno ya aprenderé.

Se soltó de mi agarre en cuanto escucho la risa de su hermana en la planta baja. Me miro con una dura mirada que si fueran espadas me habrían partido en mil.

-De acuerdo. Pero a las seis de la mañana ya no te quiero aquí.

Se sentó en el sofá que tenía en la habitación y se quedo mirando hacia la nada. Me acuclille a su lado y me quede viéndolo.

-Deja de verme...

-No puedo...

-Tan difícil es apartar la mira...

Tome sus mejillas y lo bese. Se giro en mi dirección y me hizo recostarme sobre la alfombra. Junto su lengua con la mía haciendo que el deseo subiera al máximo nivel. Aparto sus labios de los míos y me observo. Podía ver la pasión arder en sus ojos. Se veían oscuros. Sus labios habían tomado un tono más rojo a causa de los besos. Mordió su labio y se levanto, tendió su mano para levantarme a mí. La tome sin dudar y nos quedamos de pie viéndonos. Me tomo por las mejillas mientras que su pulgar pasaba por mi labio inferior.

-Okey...

Me dejo y fue a recostarse a la cama. Me miro y sonrió cálidamente. Sabía que quería que me acostara a su lado. Gatee desde la orilla hasta llegar a su lado. Me recosté en su regazo mientras él me abrazaba y frotaba mi espalda con su mano. Sentí sus labios en mi cabeza, dejando un firme beso para luego recargar su mejilla en ella.

-No tienes remedio-dijo haciendo círculos con su dedo en un costado de mi espalda, por debajo de la blusa-... lo sabes.

Me limite a abrazarlo más fuerte hacia mí.

Esto era una tontería. Lo sé. Pero ¿Qué otra cosa podía hacer? huir de la realidad. No puedes huir de lo que pasa en tu vida. Te limitas a aceptar que es lo que debería pasar en tu vida para que todo esté bien. Quizás esto tenía que pasar para que la felicidad llegara la vida de ambos. No digo que nuestra felicidad llegara a costas de las lágrimas de Jos pero... eso no importa ahora. En lo que realmente me concentrare es en el hombre que me tiene en sus brazos en este momento. El hombre que me calma; aquel que hace que mis días se hagan menos pesados y quiera que cada día llegue más rápido. Es él el que detiene mi reloj del tiempo. Es Alonso el que hace que mis días valgan la pena.

***

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