CAPITULO 31

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Alonso.

La luz del Sol empezó a molestarme en los ojos. Los abrí y me di cuenta de que Sam ya no estaba, frote mis ojos y me levante.

-¿Sam?-nadie contesto-. Carajo-baje a la planta baja y me tope con mis padres almorzando en el comedor. Eso si era raro, papá nunca está aquí-. Vaya-me senté en una de las sillas sobrantes-. Parece que si tengo papá, ¿Quién lo diría?

-Alonso-dejo la taza de café en su lugar-, quiero desayunar a gusto.

-¿Y que? ¿Te molesto? Pues lo siento porque esta es más mi casa que la tuya.

-Alonso, por favor-dijo mi mamá-.

-Bien-me levante-. Provecho.

Fui arriba a ducharme y cambiarme de ropa para así poder salirme de ese nido de víboras. Me puse un pantalón blanco con una camisa roja a cuadros y tome mi chaqueta color marrón.

-Alonso, tu papá quiere hablar contigo. Está en el despacho.

-Que bien-abrí la puerta de salida-.

-Alonso, por favor, han pasado casi 5 años desde...

-No quiero hablar de eso.

-Pues él quiere hablar contigo, específicamente de eso. En el despacho.

Rodee mis ojos y entre al despacho. Mi papá estaba tras su escritorio mirando unos papeles. Me miro y me indico que cerrara la puerta y lo hice.

-¿Qué quieres? Que sea rápido porque tengo que salir.

-¿A dónde?

-Eso no te interesa, así que habla rápido.

-Alonso, sé que me odias...

-Yo no te odio-lo interrumpí y por un segundo note que sus ojos brillaron-. Eso es un sentimiento y yo no siento absolutamente nada por ti.

-asintió-. Hable con la madre de Melissa, hace unos días. ¿Qué demonios estabas haciendo en el cementerio, Alonso?

-Es mi problema. No puedes decidir a que lugar voy y a cual no.

-Ella no te quiere ahí, entiéndelo.

-Ella no me quiere ahí por culpa tuya.

-Alonso...

-De no ser por ti, nada de esto estaría pasando.

-¿Cuándo entenderás que lo hice por tu bien?

-¿Por mi bien? ¿O por el tuyo? Es que ¿si te das cuenta de lo que hiciste? La obligaste. Me hiciste mucho daño.

-Era...

-Ya se. Era una deshonra. Pero era mía. ¡Era mi novia, papá y tú la mataste!

-Alonso-dijo mi mamá entrando por la puerta-. Tu padre no hizo tal cosa. Solo le pidió a esa niña que se fuera de la ciudad y le dio el dinero suficiente para que lo hiciera. Lo que hizo fue decisión suya.

-negué-. No sé cuanto más les tengo que repetir esto. Te odio-le dije a mí papá-, y a ti también-me dirigí a la puerta-.

-Hijo-me detuve-... nosotros te queremos. Y sabemos que cometimos errores de los que nos hemos arrepentido, lo de Melissa no es uno de ellos, pero... debes entender, esa niña se embarazo de ti solo por tu dinero, no hicimos más que...

-Proteger nuestras inversiones.

-Inversiones que serán tuyas, Alonso.

-Lo siento-lo mire-, pero si por culpa de ese maldito dinero perdí a Melissa no quiero nada.

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