CAPITULO 36

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Alonso.

-¿Jos? ¿Qué paso?-dije acercándome a él-.

-No sé... yo, debo irme Alonso, lo siento.

-Desconfías de mí ¿cierto?

-No, Alonso pero... hablamos luego, Bro.

-De acuerdo. Cuídate.

Se retiro cabizbajo hacia la salida. Okey, ahora me siento mal pero bueno... las cosas son así. Me acerque a Aranza para decirle que me iría, tengo 5 minutos para ir donde Sam.

-Ari, tengo que irme.

-¿Qué? ¿A dónde? Es la fiesta de tu hermana, Alonso.

-En todo caso a mí no me interesa mi hermana, si quieres quédate, yo ya me voy.

-Sí, me quedo porque me cayó muy bien tu hermana y no quiero que se quede con una mala impresión de mí.

-Como quieres. Te veo el lunes-se acerco a besarme pero desvié el rostro y me aleje de ella. No dijo nada; desde la última escena de celos que me hizo ya no hemos vuelto a pelear, sabe lo que le conviene.

Salí hacia el estacionamiento y mire a Sam sentada en cuclillas recargada en mi auto con las manos cubriendo su rostro. Me acerque a ella y acuclille en un lado, descubrió su rostro y me sonrió.

-¿Estás bien?-asintió-.

-Ahora sí.

-Vámonos-la ayude a levantarse y a subir al auto-.

-¿A dónde vamos?

-A un hotel-arranque y salí del estacionamiento-.

-¿Qué? ya ni siquiera merezco estar contigo en tu casa o...

-Tranquila, ya verás de que hablo. ¿Ya te dije que te ves hermosa con ese vestido?

-Si-dijo sonrojándose-. Ya lo dijiste.

-me detuve en un semáforo y me acerque a ella hasta que alcance el lóbulo de su oreja y lo mordisquee, ella rio levemente-. Te veras mejor sin él-me miro inocentemente-. Te quiero, hermosa.

-¿A qué viene eso?

-Solo quería que lo supieras-devolví mis manos al volante y puse en marcha a uno de los hoteles que mi padre compro. Estacione el auto y baje. Le abrí la puerta a Sam y tome su mano para ayudarle a bajar.

-¿Es en serio?-dijo con sorpresa-. No puedo entrar a ese hotel.

-¿Por?

-Es súper lujoso, Alonso yo...

-Digno de ti-dije abrazándola por la espalda-. Anda, camina-empecé a caminar empujándola hacia el hotel. Entramos y me registre en recepción. La chica de esta me sonrió cuando me entrego la tarjeta llave de la habitación y yo le devolví la sonrisa picara que tengo. Tome la mano de Sam y entramos en el elevador-. ¿Todo bien?

-Ya andas coqueteándole a las demás.

-¿Y?-la tengo-.

-Solo digo que... que si sales con Aranza no debes coquetear con nadie.

-Pero-me acerque y empecé a besar su hombro y la curvatura de su cuello-si puedo acostarme contigo.

-No estoy diciendo que no lo hagas, solo que no es correcto y...

-¿Celosa Samanta?

-Quisieras Villalpando.

-la hice girarse a verme colocándola contra uno de los muros del elevador. Nuestro piso era el último así que teníamos tiempo de sobra ahí-. ¿Sabes cuál es mi fantasía?-bese su cuello-.

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