█ QUEDATE CONMIGO [KAISOO]█

Capítulo 17

- DO KYUNGSOO -

— Buenos días — murmuró con la voz áspera por el sueño — Soñé contigo. ¿Quieres saber lo que era?

La luz del sol le acariciaba los ojos haciéndolos casi transparentes. Su brazo todavía descansaba sobre mi pecho, su pierna me sujetó al colchón. Sentí la pesadez de su brazo alrededor de mí y el calor de su piel incluso a través de mi camisa. Un rubor se deslizó en mis mejillas y supe que probablemente parecía un tomate maduro.

Grité mientras su brazo se enganchaba alrededor de mi cintura y me acercaba, me deslicé rápidamente y salté de la cama. No quería que oliera mi aliento matutino. Corrí al baño y me miré en el espejo, gemí cuando me di cuenta que mi pelo parecía un nido de pájaros.

Justo cuando estaba secando mi boca con una toalla, Jongin entró.
Su cabello castaño estaba molesto por el sueño, sus ojos brillantes y felices se encontraron con los míos en el espejo. Sus pantalones de chándal estaban bajando en sus caderas mientras levantaba su camisa y rascaba su estómago plano.

Retrocedí un paso cuando se dirigió hacia mí.

— No puedes manejarme por las mañanas ¿verdad? — dijo él con los ojos llenos de travesuras.

Siguió caminando más cerca y seguí retrocediendo hasta que golpeé la pared. Él sonrió.

— ¿Ningun lugar a donde ir? — Su voz era peligrosa como el de un gran lobo malo. Un lobo grande y muy sexy.

Se paró muy cerca y tuve que inclinar la cabeza para mirar su cara. Dios mío, se veía tan bien que este hombre debería ser ilegal.

— ¿Quieres ducharte conmigo? — Susurró de mala gana.Tragué, sacudí la cabeza. Mi voz parecía haberme dejado — ¿Es eso un no? —  Asentí y sacudí la cabeza.

¿Qué demonios es lo que me pasa?

Se acercó y bajó la cabeza para que sus labios tocaran mi oreja.

— ¿Qué quieres hacer conmigo entonces? — Susurró y me estremecí. 
¿Kyungsoo? —  Lo sentí respirar hondo, su nariz acariciando el lado de mi cuello — ¿Quieres?

Asentí con la cabeza débilmente. Quería. Realmente lo quería. Jadeé cuando sus manos se unieron alrededor de mis caderas, acercándome más para que nuestros cuerpos se tocaran. Mis ojos se agrandaron cuando sentí la dureza debajo de sus caderas.

Santo cielo. Es eso...

— ¿No te he besado todavía y ya estás temblando?

Mis rodillas se sentían débiles y elásticos. Tuve que poner mis manos sobre sus hombros para no caer. Su respiración era audible mientras lo tocaba. Se frotó las caderas lentamente, acercándome más para que no hubiera espacio entre nosotros y yo estaba acunando su dureza entre mis piernas. Apreté fuertemente los labios para evitar gemir.

Esas maravillosas manos presionaron la parte más pequeña de mi espalda y luego bajaron hasta mi cuello. Me apretó y me acercó, empujando sus caderas contra las mías.

Cerré los ojos y gemí.

Caliente. Me sentía tan caliente, pero la quemadura se sentía muy bien.

Sus manos viajaron hasta mi cintura, sus pulgares acariciando la piel expuesta justo por encima de mis pantalones cortos. Luego se movieron dentro de mi camisa, acariciando lentamente mis costillas.

Estaba empezando a hiperventilar.

— Mírame — dijo su voz pesada y baja.

Abrí los ojos y noté que él apretaba los dientes, la piel de sus mejillas estaban estiradas. Contuve el aliento mientras mis ojos viajaban hasta los suyos y veía el deseo en ellos.