tempus . tobirama senju

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CAPÍTULO
UNO 
 

TIEMPO.

¿Qué es el tiempo realmente? 

Según la ciencia, es una magnitud física con la que medimos la duración y separación de los acontecimientos. 

Sin embargo, ¿qué tan posible es romper la barrera del tiempo y juntar a dos personas separadas por la muerte?

[...]

— ¿Quién es?

— Por su chakra, es descendiente directo del clan Uzumaki. Sin embargo, no hay registros de ella.

— ¿Y si lo que dice es cierto y ha viajado en el tiempo?

— Imposible.

[...]

— Señor, hemos finalizado el interrogatorio por medio de la hipnosis.

— ¿Y bien?

— Ningún indicio que advierta peligro... salvo por el hecho de que, todo indica que sí viene del futuro. ¿Pasamos al siguiente nivel de la investigación?

— No. Del resto me encargaré yo.

[...]

La rubia observaba con detenimiento la taza humeante que sostenía con firmeza. Ignoraba por completo el ardor de sus dedos. Esperaba encontrar la respuesta de sus problemas ahogada en la bebida. Claro, como si un estúpido té pudiera viajar en el tiempo o algo parecido.

Soltó un bufido y alzó su mirada a la ventana frente a ella. 

Amanecía. 

Adoraba ver el cielo de Konoha pintado en lindos colores cítricos.

Desde que apareció en el bosque, se la pasó de un lado a otro con el escuadrón de investigación de esa época. Todos creían que ella significaba un peligro para la aldea, especialmente él. Tal cosa no era cierta. Ella amaba esa villa. Era una jōnin de Konoha e hija del Cuarto Hokage.

Sopló y dio un sorbo. 

En realidad, su estomago estaba hecho un lío. Pero, no pudo ser descortés con la muchacha que le ofreció la bebida.

Tiró del extremo de su media que le cubría hasta el muslo y exhaló.

— ¡Nami-san! —una voz masculina rompió el silencio.

Nami. Diminutivo de Namikaze. Ya que según el portador de la voz varonil, Phoenix era muy complicado. En efecto, no era un nombre para nada común en aquella época.

— Buenos días, Kagami-kun.

— ¿Está todo bien?

— Dímelo tú. Eres subordinado de Tobirama.

«Se volvió un ser despiadado desde la muerte de su hermano. Siempre ha sido un sujeto frío y calculador. Sin embargo, todo empeoró tras la muerte de Hashirama-sama». Aquellas palabras, socavaban en el interior de la Uzumaki.

No volvió a verlo desde el encuentro en el bosque. Y no, no deseaba enfrentarlo. De tan solo imaginar tenerlo frente a ella, su garganta se trancaba y le costaba respirar. No era una chica dócil, ni mucho menos sumisa. No obstante, debía tener cuidado. Después de todo, estar en su hogar no significaba nada, si se encontraba en el pasado. ¿Cuantas generaciones se había saltado? Estaba segura de que sus padres no habían sido procreados.