1. El Historiador Cautivo

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AVISO DE LA AUTORA:

HOLA A TODOS!!

Como ya saben en mi última novela dejé varias opciones para la próxima historia y ustedes votaron por sus favoritas, la primera ronda fue de 8 opciones y en la segunda quedaron los 4 más votados, finalmente la votación terminó el 25 de mayo y el resultado fue el siguiente:

Primer lugar: EL PRÍNCIPE Y EL ESCLAVO

Segundo lugar: MI ANGELITO INMORTAL 2

Tercer lugar: MI NOVIO SOBRENATURAL

Por lo que aqui tenemos al ganador de y la historia de este año, no se preocupen que las otras que no ganaron saldrán próximamente, incluyendo los fanfics de Shingeki no Kyojin. Ahora, antes de comenzar quiero agradecer a todos los que votaron y dieron su opinión; muchas gracias a @Sandritha1, @Cleudis30, +ᴀʟᴇxɪs (ɴᴀᴛᴄᴀᴘ sᴇɴᴘᴀɪ), +A Nana, +lili alv, +diana rocio ramirez, +Yuli Mudry, +lalygamer 09 y a @YoriSama quienes votaron y dieron su apoyo. Ahora si, les dejo el primer capítulo de la historia ganadora.

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—¡Papi mira! ¡Hay una ciudad en el Deserto!

Miré a mi hija de 5 años, Anelis mientras contemplaba las murallas del Reino de Oluwa, un país árabe en medio de uno de los más peligrosos desiertos del mundo

—Atención equipo, cuando lleguemos no se separen. Si no nos detiene la aduana por mucho tiempo, estaremos en el hotel esta noche.

Mi jefe de investigación, el señor Jhon Walter nos habló desde la cabina de la avioneta. En total éramos diez investigadores listos para descubrir los misterios de la Gran Ciudad.

—Oye Marcos ¿No crees que debiste dejar a tu hija?— me preguntó uno de mis compañeros.—Podría aburrirse mucho y aquí hay muchos secuestradores ¿Por qué no la mandas en un vuelo de regreso y que su madre la espere en el aeropuerto?

—¡Oye!—lo tiró hasta su asiento la hija del jefe, Lin Walter.— ¿Es que no te enteras de nada? Su esposa falleció hace unos años y no tiene más familia.

—¡Oh! Lo lamento no debí...

—No te preocupes Pedro.—le dije tratando de no darle importancia.— Además a Anelis le gusta venir a aquí ¿Cierto nena?

—¡SI!—exclamó saltando en su asiento mientras sus mejillas sonrojadas resaltaban sus ojos cafés, iguales a los míos.—¡Voy a ser hitoradora como papi!

Sonreí divertido mientras la abrazaba; mi hija era lo único que me mantenía vivo luego de que mi esposa Sophie falleciera durante el parto, por lo que juré que viviría sólo para ella y nada más y ya que no tenía más familia no podía dejarla sola. Mi trabajo como historiador de campo apenas comenzaba, luego de casi cuatro años de solo ser guía de turistas o ayudar a restaurar figuras al fin iba a experimentar en carne propia un trabajo de campo y lo mejor es que iba a ser en un país árabe que hasta hace 50 años estuvo aislado del mundo, lo mejor fue que el señor Walter entendió mi situación y dejó que trajera a Anelis conmigo, después de todo pasa más tiempo en el museo que en nuestro departamento.

Mientras la avioneta descendía le hice un pequeño moño en sus cabellos color chocolate con pequeños rizos naturales mientras ella contemplaba el aeropuerto, es curioso pero ambos teníamos el mismo color de ojos, piel y cabello, casi no se parecía a su madre, excepto por su carácter y sueño pesado, sonreí divertido al recordar a Sophie.

Bajamos de la avioneta y mientras íbamos a la entrada el horrible calor hizo que sudara a chorros, suerte que le puse a Anelis protector solar, le ajusté su gorrita a la cabeza y nos tomamos de la mano, tendremos que acostumbrarnos a este clima porque seguramente pasaremos una larga temporada en el desierto.

El Príncipe y el EsclavoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora