En toda la noche no había podido dormir. Daba vueltas y vueltas en mi camatratando de calmar todas las mariposas que sentía en el estómago, de cierta forma estaba desesperada.
Y así pasé toda la noche, hasta que al fin vi los primeros rayos del sol.
Se supone que mis padres llegarían en 2 horas. O eso es en lo que habíamos quedado.Me levanté y eran aproximadamente las 5:00 am, empezaron a acomodar todo y luego salí para ver si había ya alguien levantado.
Para mi sorpresa, así era. Mi tía ya se encontraban arreglando las cosas para partir, y el desayuno lo estaba poniendo, mi tía.—¡Alaia! Ven tienes que comer algo lo vas a necesitar.
Mientras yo me sentaba a la mesa, ella me acercaba un plato.
—¡Espero que hayas dormido! Aunque a juzgar por esa cara, no lo hiciste o sí?
—La verdad no, la emoción no me dejaba dormir. ¿Y hay noticias de mis papás?
—Tu tío salió hace media hora hacia el aeropuerto. Así que no han de tardar.
Luego despertó Camila, y también se unió al desayuno al igual que mis primos, terminamos todos comiendo, y al terminar le ayudé a mi tía a recoger.
Ya estaban las maletas abajo, solo faltaban mis vestidos. Así que fui por ellos y cuando iba bajando vi que mi tío, ya había llegado.
Pero tenía una cara de preocupación, y supe que algo no andaba bien.—Yasira, solo nos queda esperar, tenemos que decirle a Alaia.— Escuché que mi tío hablaba con mi tía.
—¿Qué es lo que me tienen que decir?
—Bueno, hubo un problema con tus padres en la aduana, algo que tiene que ver con sus pasaportes entonces me pidieron que nos adelantáramos, que ellos llegarían a la casa de los Ginoble.
—¡No es posible! Es... ¿es por la guerra verdad?
—¡Sí! , por eso tenemos que apresurarnos, tenemos que pasar la frontera que esta dividiendo a la ciudad y así podamos llegar con los Ginoble. Algo está pasando que están cerrando las fronteras al parecer.
Esto no presagiaba nada bueno, de pronto sentí cómo se me hacía un hueco en el estómago.
—Esta bien. Pero tío ¿Y si mis papás ...?
—¡Todo estará bien! ¡Ellos llegarán!
Salimos, y un poco triste, alcancé a divisar la frontera, había muchos militares.
Mi tío se acercó y le dio nuestros pasaportes. Luego intercambiaron algunas palabras y algo dijo sobre mí. Solo oí Alaia dicho en un tono sepulcral. Algo hizo que se me parará el corazón.En la casa de los Ginoble.
¡Respira! ¡Respira! Tranquilo.
Alaia no debe de tardar, algo seguramente pasó.
No, ¿qué puede pasar? ¡Son mujeres! ¡Se tardan años en arreglar! Además ¿no es costumbre latina que el novio espere a la novia?—¡Gian! ¡Pero qué guapo novio!— Dijo Zahra.
—¿Se puede saber qué haces aquí? ¡No es lo más prudente! ¡Entiende que me voy a casar!
— Bueno, no me puedo perder... ¡La boda! Aunque si no aparece la novia. Estoy dispuesta a ser yo.
La forma en la que lo había dicho, como si supiera algo. Como si lo estuviera aseverando.
—¡En serio que estas mal!
Zahra se fue, pero algo en su tono de voz, me había dejado intranquilo.
Así que fui con Ignazio y le conté, luego él me tranquilizó!—¡Calma Gian! Debe de estar por llegar.
Mientras yo platicaba con Ignazio en el estudio. Tocaron a la puerta.
Salí esperando que fuera ella. Sin importarme el acuerdo de no vernos hasta que estuviéramos en el altar.Aunque en vez de eso, al salir vi a dos militares.
—Buscamos a Gianluca Ginoble.— Dijo uno de ellos en uniforme militar, mientras leía una hoja con el sello del gobierno libanés.
—Si soy yo. ¿En qué les puedo ayudar?
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Destino
Historical FictionPrimavera 1975 Inicio de la Guerra Civil Libanesa ¿Puede nacer el amor en medio de una guerra?¿Entre dos extraños? ¿Bastaran solo unas cartas para que el amor suceda? ¿ Puedes enamorarte de la misma persona de diferentes formas? Según las costumbre...