— Pinkie Pie — YoonGi lo llamó, agitando el café como reclamo para que el chico se levantara a por él.
El gigante de pelo rosa se había acostumbrado a los motes que YoonGi le ponía. Nunca había rechistado, pero ya se le hacía hasta natural. YoonGi siempre hacía referencias a su pelo rosa, a su cabeza hueca o a su torpeza en ellos, pero él nunca se lo tomaba a mal, porque sabía que el camarero no lo hacía para molestarlo.
TaeHyung le había contado el problema que YoonGi tenía con los nombres y el pobre ya había asumido que nunca se aprendería el suyo. Ya ni si quiera se molestaba en recordárselo al final de cada pedido.
Pinkie Pie se levantó sonriente, con su móvil y los auriculares en la mano. Se apoyó en la barra y probó su café solo especiado. Delicioso, como siempre.
No volvió a sentarse. Se quedó allí, desenredó el lío que se había hecho en el cable de los auriculares y le dio uno de ellos a YoonGi.
YoonGi lo aceptó, expectante y ansioso, deseando que pusiera la música.
Prácticamente cada semana, el gigante de rosa le traía una canción nueva para que la escuchara de ese rapero de voz rota y rimas incisivas. YoonGi se encontraba ansiando que llegara con su móvil en la mano para mostrársela. Pero para desgracia, o suerte, de YoonGi, el chico no era nada constante y a veces la espera era de solo unos días y otras veces, debía aguardar mucho más.
Y YoonGi era demasiado orgulloso como para pedir que le mostrara más.
Ésta vez, sin mediar palabra, el chico dio play al reproductor y la música comenzó a sonar. YoonGi cerró los ojos y se le puso la piel de gallina con las primeras palabras. El ritmo era lento, la voz le susurraba al oído. YoonGi se sintió acalorado al percatarse de lo que hablaba la canción.
Sexo. Atracción física. Puro choque de cuerpos hecho canción.
Cuando terminó la música, YoonGi se dio cuenta de que estaba ligeramente excitado, que su corazón latía a mil por hora y que tenía las mejillas completamente coloradas.
Cuando abrió los ojos, dejo escapar un suspiro, tratando de ser disimulado, que el chico no pudiera notar su algarabía interna. Evitó mirarlo a los ojos.
— ¿Qué te pareció, Suga-hyung?
YoonGi no contestó de inmediato.
De repente tenía ganas de dibujar. De subirse a la azotea de su apartamento y gritar como un loco para dejar escapar la frustración. De hacer el amor hasta que se quedara sin fuerzas.
YoonGi se tomó su tiempo para tratar de calmar esos deseos, y cuando se sintió listo, respondió:
— Ese rapero es un maldito genio...
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Don't you (forget about me) | NamGi |
FanfictionYoonGi no es capaz de recordar un nombre, no importa cuanto lo intente. Aunque en realidad no lo intenta. Si al menos lo hiciera, habría sabido desde el principio que ese desastre andante que siempre rondaba por la cafetería en la que trabaj...