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JiMin tuvo la suerte, o la desgracia, de presenciar su primera pelea de pareja. Y sin comerlo ni beberlo, se encontró en medio de la disputa.


JiMin era muy consciente de que hacía que NamJoon se incomodara cuando ponía en evidencia que YoonGi le gustaba. JiMin no sabía nada de sus avances, por lo que no dejó de hacerlo en ningún momento.

El bailarín era un encanto y un cielo la mayor parte del tiempo, pero cuando tenía a NamJoon cerca y veía cómo parecía besar el suelo por el que YoonGi pisaba, no podía evitar que saliera su vena malvada y desease meterse con él.

Pero desde que esos dos empezaron a salir a sus espaldas, JiMin había notado que la incomodidad de NamJoon se veía reducida ante sus bromas, lo que hizo que llegara un poco más lejos cada vez y sus comentarios comenzaran a ser más agresivos.

JiMin llegó demasiado lejos cuando, una tarde, se propuso poner celoso a NamJoon. Se la pasó abrazando a YoonGi, acariciándole el pelo, haciéndole cosquillas... Y YoonGi no hacía demasiado por resistirse aunque NamJoon estuviera delante.

Al principio NamJoon le rio la gracia, pero empezó a enfadarse cuando se dio cuenta de que JiMin no paraba y, de hecho, iba a más.

NamJoon explotó como un volcán cuando JiMin fue a darle un beso en la mejilla a YoonGi y éste movió la cabeza sin querer y sus bocas se encontraron accidentalmente.

Al verlo, NamJoon se puso de pie y tiró el taburete en el que estaba sentado en el proceso. Estaba más serio que nunca y sus ojos chispeaban con furia. JiMin incluso dio un paso atrás y se escondió tras YoonGi, asustado, pues parecía que NamJoon estaba a punto de saltar sobre él. Si las miradas matasen, JiMin habría caído fulminado de inmediato.

— Ha sido un accidente — cuando YoonGi lo defendió, estalló la guerra.

Comenzaron a discutir, el fuerte y dominante carácter de ambos colisionando con la fuerza de dos titanes. Ninguno de los dos se había visto nunca tan enfadado y por eso no supieron detenerse a tiempo.

SeokJin salió a la sala, alarmado por los gritos. Los pocos clientes que había miraban la discusión de los dos chicos, tratando de engancharse al drama.

— ¡Creí que habías dicho que querías ser mi novio! — acusó NamJoon — Para mí eso significa...

— ¡¡QUÉ!! — interrumpió JiMin con un grito agudo, mirando a su compañero — ¿Dijiste eso, Suga?

YoonGi cerró los ojos y se cubrió la cara con las manos, tratando de controlarse para no estrangular a JiMin, porque las cosas ya estaban bastante mal sin que él intercediera.

— Ah, que ni si quiera se lo has dicho... — NamJoon se veía realmente dolido — ¿Se lo has dicho a JungKook, tanto que dices que es como tu hermano? ¿Se lo has dicho a alguien acaso? ¿Piensas tenerme escondido toda la vida? Claro, como soy tonto y te dejo hacer lo que quieras conmigo, te crees que me voy a conformar con las migajas que me des, ¿no?

NamJoon no uso palabras, pero YoonGi sintió que estaba a punto de dejarle en ese mismo momento, delante de JiMin, de SeokJin y de todos los espectadores improvisados, y el miedo le corroyó hasta los huesos.

YoonGi no pensó ni en lo que hacía, NamJoon se dio la vuelta para marcharse, y saltó por encima de la barra y corrió detrás de él, alcanzándolo en las escaleras donde tuvieron un poco más de privacidad, pese a que JiMin y SeokJin se asomaron discretamente para evitar que corriera la sangre. O para enterarse de cómo terminaba el culebrón.

NamJoon estaba muy enfadado y dolido. JiMin se había pasado con su juego, pero la culpa había sido de YoonGi por dejar que llegara tan lejos, por no tener en cuenta cómo debía sentirse NamJoon al verlo, por haber mantenido lo suyo en secreto. Pero YoonGi estaba dispuesto a arreglarlo y a arrastrarse por todo el piso si hacía falta para evitar que NamJoon lo dejara.

Le pidió perdón mil veces en susurros, lo agarró de la ropa con desesperación y le suplicó con una mirada completamente arrepentida que no se marchara. Hasta que no sintió que el enfado de NamJoon disminuía y se apaciguaba no trató de dialogar con él. Se disculpó de nuevo, le explicó que sabía que JiMin sólo estaba jugando y que no se había dado cuenta de que le estaba molestando tanto. Le prometió que no volvería a suceder y que en adelante intentaría ser más atento.

Cuando finalmente NamJoon lo perdonó, YoonGi a penas se tuvo que levantar para besarlo, aprovechando que estaba un escalón más alto.

Acto seguido, miró a lo alto de la escalera y señaló a JiMin amenazadoramente.

— Ahora, tú te vas a enterar.

YoonGi castigó a JiMin obligándolo a hacer veinticinco flexiones con el mayor sentado sobre su espalda, a invitar a todos los clientes a café con el dinero de su sueldo por las molestias causadas, y a trabajar por él durante un fin de semana entero.

JiMin lloró muy fuerte y juró que nunca más volvería aportarse mal con su hyung.    

Don't you (forget about me) | NamGi |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora