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YoonGi llegó con treinta y cinco minutos de retraso cuando había quedado con NamJoon a las 0:00 en la entrada del metro de Sinsa.

Se había quedado dormido al intentar echarse una siesta después del trabajo y la jugada le había salido mal al hacer esperar a NamJoon por más de media hora a media noche y en pleno octubre cuando las temperaturas se habían reducido y corría un viento otoñal que calaba hasta los huesos.

Cuando llegó y lo vio esperando, con un abrigo de camuflaje subido hasta arriba sintió lástima por no haber podido avisar con tiempo y dejar que se congelara allí.

NamJoon sin embargo, no estaba enfadado y saludó a YoonGi con una gran sonrisa y con las manos bien metidos en los bolsillos para evitar darle un abrazo buscando su calor.

El lugar que YoonGi había elegido estaba un poco a la vista, por eso había elegido una hora tan tarde para evitar ser vistos. Si tenían cuidado y no hacían mucho ruido no tenía por qué suceder nada.

YoonGi dejó la bolsa de deporte en el suelo y se preparó para pintar. No se quitó la chaqueta de cuero que llevaba para no perder el calor corporal. Más tarde era muy posible que empezara a sudar, y necesitase deshacerse de ella, pero por el momento, la necesitaba.

El snapback dado la vuelta sobre su cabeza le servía para mantener su cabello fuera de sus ojos y a la vez para ocultar el llamativo color turquesa.

Antes de empezar a pintar, se colocó una mascarilla para cubrir su nariz y su boca y evitar aspirar los humos del spray.

NamJoon se apoyó en la pared de enfrente de la no muy ancha calle, observando en todo momento lo que YoonGi hacía.

De vez en cuando le hacía alguna pregunta o comentario, pero la mayor parte del tiempo se mantuvo en silencio, dejando a YoonGi espacio para trabajar.

YoonGi estaba un pelín nervioso, sintiendo la mirada de NamJoon clavada en su cogote. Sentirse observado hacía que se equivocase en los trazos con el spray y tuviera que estar cada dos por tres corrigiendo.

Inseguro, se preguntaba si NamJoon se estaría aburriendo, y por qué le habría pedido con tantas ganas que le dejara acompañarle si iba a estar tan lejos y no iba a tratar de hablar con él. Aunque no sabía de qué se quejaba si JungKook hacía exactamente lo mismo cuando iba con él, y en ningún momento le había molestado, de hecho, agradecía la compañía.

De haber estado en otro lugar, probablemente le había pedido a NamJoon que cantara, pero en ese barrio y en esa calle tan estrecha, a tan altas horas de la noche y rodeados de viviendas, YoonGi sabía que no era una buena opción pues serían fácilmente descubiertos.

En una ocasión, YoonGi miró hacia atrás para ver qué hacía NamJoon. Le pilló mirando hacia abajo y YoonGi se sintió bloqueado al percatarse que seguramente había estado mirándole el culo.

— ¿Qué haces? — le preguntó, demasiado cortante cuando no lo había pretendido, consiguiendo intimidar a NamJoon.

— N-nada... Estaba descansando la vista...

No había forma de que lo creyera.

Por un momento, YoonGi le echó una mirada desafiante a NamJoon, y al darse la vuelta estiró los brazos hacia arriba para darle una rápida vista de su trasero sin que la chaqueta interfiriera.

YoonGi también podía ser provocativo cuando quería.

Consiguió relajarse y centrarse un poco después de eso, pero YoonGi seguía estando muy alerta. Fue gracias a eso que, después de un rato, y a penas por el rabillo del ojo, distinguió un reflejo de luces azules y rojas.

Don't you (forget about me) | NamGi |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora