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Habían decidido de forma unánime que todos tendrían vacaciones, pero que Whalien 52 no cerraría durante el verano.

Los primeros en marcharse fueron SeokJin y TaeHyung. Tendrían una semana entera de vacaciones en la que harían una escapada romántica a Busan.

Mientras que ellos estuvieran ausentes, la pastelería quedaría cerrada y sólo venderían aperitivos básicos que JiMin y YoonGi pudieran preparar en el momento.

Además, los dos camareros repartirían equitativamente sus jornadas. Como JiMin ya no tenía clases, sólo ensayos esporádicos para presentaciones después del verano, tenía mucho más tiempo, por lo que ambos podían trabajar perfectamente la mitad del horario en el que Whalien estaría abierto.

Cuando la parejita volviera de su viaje, sería el turno de descansar de JiMin, siendo sustituido por TaeHyung durante el turno de tarde. Para la última semana de agosto le tocaba a YoonGi.

Habían discutido mucho al respecto, pues YoonGi trabajaba demasiadas horas y había hecho turnos dobles durante gran parte del mes de junio, pero YoonGi insistía que no estaba tan cansado y eran ellos los que más necesitaban las vacaciones.

En gran parte lo había organizado así por sus amigos, pero también estaba siendo un poco egoísta en la decisión. YoonGi no quería demasiado tiempo libre en el quebrarse la cabeza con pensamientos que no quería.

Y también quería retrasar lo máximo posible el tener que tomar la decisión de si debía gastar las vacaciones en ir a Daegu a visitar a su familia o no. No los había visto en tres años, hablaba con sus padres por teléfono todas las semanas, pero aun no estaba seguro de estar preparado para volver.

Era el sábado previo a que SeokJin y TaeHyung se marcharan. YoonGi tenía el turno de tarde y se encontraba completamente solo en la cafetería porque la pareja estaba ocupada haciendo el equipaje.

«Y siendo asquerosamente empalagosos», YoonGi estaba seguro de ello.

Los zapatazos de NamJoon en la escalera hicieron que YoonGi escondiera el bloc de dibujo antes de que el chico entrara y fuera capaz de ver en lo que YoonGi trabajaba.

Para sorpresa de YoonGi, NamJoon no entró a trompicones, como solía hacer, si no que fue cuidadoso, asomando la cabeza primero, asegurando el perímetro, y cuando consideró que no había peligró, entró felizmente hasta el mostrador.

— ¿Te estás escondiendo de alguien? — no pudo evitar preguntar YoonGi, divertido porque se imaginaba la respuesta.

— Me aseguraba que JiMin no te estaba haciendo una visita. Ese chico me intimida...

— Es la primera vez que escucho que JiMin intimida a alguien más que yo.

— Tu también me intimidas, Suga-hyung, pero de forma diferente...

Ni YoonGi ni NamJoon quisieron ahondar en la conversación y decidieron ignorar el último comentario, cada uno por motivos distintos.

NamJoon parecía más ansioso de lo normal y YoonGi se imaginó que se traía algo entre manos. Fue por eso que esperó, en silencio, a que el menor se decidiese.

A YoonGi le hizo gracia cómo NamJoon había cubierto su recién estrenado cabello rubio con una gorra de baseball vuelta hacia atrás. Las orejas le sobresalían, haciéndole parecerse a Dumbo. Su horrible camiseta rosa y el pantalón pirata de camuflaje era la combinación más horrenda que YoonGi había visto en su vida.

NamJoon carraspeó, haciendo que YoonGi dejara de auto torturarse mirando su atuendo para fijarse en sus ojos tras las gafas de pasta. NamJoon trasteaba en su teléfono de una forma que no le había visto hacer delante de él desde el primer día que piso Whalien y canturreó su pedido.

Don't you (forget about me) | NamGi |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora