58

2.2K 400 130
                                    

La casa de YoonGi era ya de por si fría en invierno, pero una ola de frío que azotó Corea a principios de diciembre la convirtió en un congelador gigante. YoonGi no tenía calefactor y tampoco tenía mucho dinero para comprar uno o para pagar el aumento del gasto de electricidad.

Se ponía ropa extra y dormía con tres mantas, pero al tercer día de aguantar aquello, terminó resfriándose y teniendo que faltar al trabajo por primera vez en dos años.

NamJoon fue a visitarle, pero al poner un pie dentro de la casa y notar aquel frío en el interior casi peor que en la calle, lo obligó a vestirse, a preparar un par de mudas de ropa y lo metió en un taxi para llevarlo a su casa, donde la temperatura era optima y YoonGi podría recuperarse del resfriado.

YoonGi durmió allí durante las dos semanas que duró la ola de frío y prácticamente no pasó por su casa salvo para ir a ver a JungKook.

Los padres de NamJoon estaban de viaje en Estados Unidos desde noviembre y no iban a volver hasta después de navidad, de modo que no tenía de qué preocuparse.

Vivir juntos fue una experiencia nueva para ellos, pero no fue del todo desagradable. Había muchas peleas por cosas insignificantes, porque la convivencia al principio nunca era fácil para ninguna pareja. YoonGi se veía cada día teniendo que arreglar lo que NamJoon rompía, recogiendo lo que él dejaba tirado, tenía que cocinar para que no se murieran de hambre o se vieran obligados a pedir comida a domicilio porque NamJoon era un absoluto desastre.

Pero la rutina también era agradable, durmiendo en la misma cama, despertándose viendo el rostro del otro, compartiendo el espacio sin hacer nada, viendo la televisión abrazados, saliendo juntos por la mañana y regresando juntos por la noche.

Eran como una pareja de recién casados, sólo que seguían sin hacer el amor.

Ninguno se atrevía a dar el paso, pero el más frustrado era NamJoon, porque todo en YoonGi lo provocaba. Verlo cada día usando su ropa, que le quedaba extra grande y le hacía parecer adorable, lo hacía morir de desesperación, porque no hacía más que pensar en quitársela.

NamJoon había tardado varios días en darse cuenta de que en ningún momento había visto a YoonGi sin ropa. NamJoon se cambiaba sin pudor en la habitación, pero cuando se percataba, YoonGi se había encerrado en el cuarto de baño para vestirse o ponerse el pijama. Cuando reparó en ello se obsesionó un poco más.

YoonGi notó que NamJoon se ponía más pegajoso que de costumbre. Cada vez que tenía oportunidad, tenía sus manos metidas debajo de su jersey, acariciando su vientre o su espalda. De repente, NamJoon había empezado a hacerle marcas en el cuello de forma obsesiva y YoonGi tenía que apartarlo con brusquedad para detenerlo, porque si lo dejaba, YoonGi sentía que se lo comía.

Una noche YoonGi lo vio venir a tiempo. Estaba tumbado en la cama chateando con HoSeok, mientras NamJoon parecía estar componiendo algo en su ordenador con los auriculares puestos, pero en un momento dado, se los quitó, se levantó y se subió a la cama, gateando por ella hasta YoonGi como un depredador acechando a su presa.

YoonGi detuvo su avance, presionando uno de sus hombros con su pie descalzo, impidiendo que siguiera acercándose a él, marcando las distancias.

— Vale, se acabó — sentenció, incorporándose un poco, pero sin quitar su pie para que NamJoon no se acercara ni un centímetro — Estoy harto de esto. ¿Qué narices te pasa? — NamJoon se mordió los labios, mirándolo sin entender — De unos días para acá, te has vuelto una maldita sanguijuela — YoonGi tiró hacia abajo del cuello de su jersey para enseñarle las marcas amoratadas en la blanca piel de su garganta y sus clavículas. Marcas que el mismo NamJoon había hecho — Jin las ha visto, ¿sabes? Me ha obligado a tener una conversación muy repugnante con él durante una hora, así que me gustaría solucionar tu problema para evitarme tener que repetirlo.

Don't you (forget about me) | NamGi |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora