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A YoonGi le costaba dejar que NamJoon se fuera a su casa.

JiMin una vez comentó, de broma, que YoonGi era como un perro al que le daba ansiedad la separación de su amo, comentario por el que, por supuesto, se ganó una buena colleja.

No era a YoonGi a quien le daba miedo la separación. Tampoco a NamJoon.

Lo que preocupaba a YoonGi era que NamJoon estuviera solo en aquella casa tan grande y fría.

Cuando vivía con sus padres, los recuerdos de YoonGi era de llegar a casa y sentir el olor de la comida que preparaba su madre, el saludo de su padre al llegar de la pescadería, las constantes discusiones por cualquier tontería, y también las risas alrededor de un puchero.

Según NamJoon le había dicho, él nunca había tenido eso. Sus padres siempre estaban muy ocupados cuando era pequeño, y cuando fue mayor, ya prácticamente ni los veía pese a que, supuestamente vivían juntos.

A YoonGi le gustaba vivir solo y le gustaba tener su independencia porque había vivido en familia y sabía lo que era no tener ni un momento de intimidad. Pero NamJoon no había podido elegir y siempre había sido obligado a vivir en soledad.

Era por eso que YoonGi quería evitarle estar solo todo lo que pudiera.

Y NamJoon a veces se dejaba, porque le gustaba que YoonGi fuese atento con él y lo mimase a su manera, pero a veces también lo rechazaba, porque estaba tan acostumbrado a su soledad que en ocasiones le costaba dejar entrar a nadie, pero también había veces que invitaba a YoonGi a compartir su espacio en aquella casa tan vacía. 

Don't you (forget about me) | NamGi |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora