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NamJoon regresó a casa con sus padres durante las dos semanas que le quedaban en Seúl, mientras que YoonGi se trasladaba al piso de abajo con JungKook, ya que el casero quería empezar a enseñar el apartamento a posibles inquilinos.

Ese par de semanas fue de lo más estresante para YoonGi, pues había tenido que despedirse de todo el mundo definitivamente. No quería que nadie fuese a despedirle a la estación de autobuses desde donde partirían. Las despedidas ya eran lo suficientemente difíciles y no quería que sus amigos le vieran marcharse, porque ya bastante duro estaba siendo para él la separación.

La mañana del uno de septiembre, YoonGi se despertó antes que JungKook y se enfrascó en preparar un desayuno tradicional, con sopa de algas para celebrar el cumpleaños número veinte de JungKook. Bastante triste le parecía tener que marcharse justo el día de su cumpleaños, por eso le había pedido a HoSeok que fuera a visitarle más tarde, cuando YoonGi ya no estuviera, para que no se sintiera solo.

A las diez en punto, media hora antes de que saliera el autobús, YoonGi estaba en la estación. NamJoon también estaba allí, despidiéndose de sus padres. YoonGi se acercó por cortesía y también se despidió de sus suegros con un apretón de manos y sonrisas cordiales.

NamJoon y él se alejaron de ellos tomados de las manos. Necesitaban unos momentos a solas antes de tener que separarse.

No iban a hacer la instrucción juntos, tampoco tendrían la suerte de entrar en el mismo cuerpo militar. Se suponía que ya se habían hecho a la idea de que los próximos dos años separados iban a pasar volando y que podrían hacer que funcionase pese a todo, pero a la hora de la verdad, cuando estaban a punto de despedirse, ya no estaban tan seguros y les corroía el miedo.

Se besaron en la estación, ocultos en las escaleras de emergencia, donde nadie pudiera verlos. Debían esconderse para que ningún posible compañero los viera e hiciera de su existencia un infierno en la milicia. Era todo tan triste que YoonGi apenas podía respirar del nudo que tenía en la garganta.

No quería decir adiós.

— YoonGi...

YoonGi levantó la mirada y fijó sus ojos en los de NamJoon. NamJoon se veía sereno y sonreía, mostrándole aquellos hoyuelos que tanto le gustaban a YoonGi.

— Dime...

— Prométeme que no te vas a olvidar de mi nombre...

YoonGi rió, a medio camino de la histeria y el llanto.

— Te lo prometo.

— No me olvides, YoonGi...

— No lo haré...

Se volvieron a besar por última vez, un beso amargo por la despedida, pero lleno de promesas y esperanzas.

Cuando atravesaron las puertas de embarque, ni siquiera se tocaron, ni se miraron. Se separaron en silencio, como dos desconocidos, a penas rozándose las mariposas de sus manos mientras emprendían direcciones distintas, uno al norte, otro al sur, tan lejos físicamente, pero con sus corazones tan unidos como el primer día.

Don't you (forget about me) | NamGi |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora