El sábado, YoonGi despertó a NamJoon con un mensaje en el que le pedía que fuese al Whalien 52 a hacerle compañía. Lo que NamJoon no sabía era que lo YoonGi pretendía era sacarle de casa durante la tarde para que HoSeok pudiera organizarle la fiesta sorpresa.
Lo único que YoonGi tenía que hacer era retenerle allí durante todo su turno, una tarea no muy complicada teniendo en cuenta que NamJoon había hecho eso mismo por voluntad propia durante gran parte del verano, y después sólo tendría que asegurarse que se iría directo a casa para que pudiera caer de lleno en la sorpresa.
YoonGi no tenía ningún plan específico para conseguirlo, pero estaba seguro que NamJoon no sería muy difícil de manipular.
Cuando YoonGi cerró, a las 8:00 pm, y se despidió de SeokJin y TaeHyung, NamJoon comenzó a caminar a su lado, como si pretendiese acompañarlo a su casa. YoonGi improvisó, tratando de llevar las cosas a su terreno.
— Es temprano... — comentó, deteniéndose para impedir que NamJoon siguiera caminando en dirección contraria a la que quería llevarlo — ¿Por qué no vemos una película?
— ¿Quieres ir al cine?
— No, prefiero pedir una pizza y cenar mientras la vemos...
— Podríamos ver las de Indiana Jones — a NamJoon le brillaron los ojos de repente ante la expectativa de hacer una maratón de cine, con una de su saga de películas favorita y con Suga — ¿Quieres venir a mi casa?
YoonGi levantó un puño mentalmente, congratulándose por su victoria. Pensaba que tendría que esforzarse un poco más para intentar que NamJoon lo invitara a su casa, pero en realidad había sido él quien hizo todo el trabajo. Había sido demasiado fácil.
Se montaron en el metro. YoonGi recordó cómo NamJoon había dicho en alguna ocasión que no vivía lejos de la universidad, y por tanto, de Whalien 52, pero tras bajarse en una estación del distrito de Gangnam y darse cuenta, YoonGi no pudo evitar comentar en voz alta que se acordaba de la mentira.
Se notaba que la familia de NamJoon tenía dinero. Su edificio era lujoso, vivía en uno de los pisos superiores y la opulencia se notaba ya al entrar en los pasillos de las viviendas.
Cuando NamJoon abrió la puerta, casi se cayó encima de YoonGi, quien caminaba detrás de él, al ser recibido con el grito de «SORPRESA». Les tiraron encima confeti y les salpicaron con champan.
El piso era muy grande, pero estaba lleno de chicos y chicas jóvenes. YoonGi reconoció de inmediato a HoSeok, y también pudo apreciar a los cinco chavales que conoció en la última fiesta a la que fue con NamJoon un par de semanas atrás.
YoonGi hubiera deseado que JungKook y JiMin estuvieran allí, pero haberlos invitado podría haber levantado las sospechas de NamJoon.
En cuanto ellos entraron, la fiesta dio comienzo. La música, la comida y el alcohol estaban por todas partes. De inmediato, NamJoon se vio arrastrado por todos sus amigos y conocidos, le pusieron un gorro de cumpleaños y lo absorbieron, haciendo que se olvidara de YoonGi sin querer.
HoSeok se acercó a agradecerle su ayuda y le puso un vaso de cerveza en la mano, convidándolo a que disfrutara de la fiesta.
Sin embargo, YoonGi no era un buen fiestero, no se relacionaba con la gente y no le gustaba hablar con nadie, solo disfrutaba si estaba rodeado de su círculo de confianza, y cómo al único que conocía se había olvidado de su presencia, YoonGi se aburrió de inmediato.
Algunas chicas intentaron acercarse a hablar con él, pero al ver el poco interés que YoonGi tenía en establecer una conversación, se marchaban en seguida.
YoonGi sólo comió y se bebió algunas cervezas, esperando que NamJoon quedara libre, pero al ver que eso no sucedía y que estaba completamente aburrido, decidió que se iría pronto.
La casa era enorme, con decoración moderna, cara y minimalista. YoonGi, quien contaba cada won que se gastaba, sabía que no podría tener nunca una vivienda como aquella. Decidió que ya que estaba tan aburrido, iba a cotillear.
Intentó buscar la habitación de NamJoon, pero cuando abrió una puerta y se encontró con una pareja en medio acto, decidió que lo mejor para su cordura sería dejarlo para otro momento.
En su lugar, encontró la puerta a una terraza, la puerta de escape perfecta para ese momento. La terraza era casi tan grande como el apartamento en sí. Tenía iluminación propia, unos cómodos sofás de exterior y varios parterres de cuidadas plantas. Pero lo que atrajo a YoonGi fueron las vistas. Desde allí se veía la actividad nocturna de Gangnam, el río Han, el puente Banpo...
A YoonGi no le gustaba el lujo, y adoraba su pequeño apartamento de un solo espacio, pero lo habría cambiado por tener aquellas vistas tan impresionantes.
Se terminó la cerveza, fascinado por el paisaje, pero de repente no quería irse, ni regresar a la fiesta. Prefería quedarse allí un poco más, pero al escuchar la puerta corredera abrirse y la música llegar a él con más claridad por un momento, supo que sería interrumpido. Lo que no esperaba es que fuera NamJoon.
— Te estaba buscando... Llevaba un rato sin verte. — NamJoon caminó hasta situarse a su lado, apoyándose en la barandilla, de espaldas a las vistas. Traía en su mano un cubo de Rubik, con todos los colores desordenados — ¿Sabias lo de la fiesta o ha sido casualidad?
— HoSeok me pidió que te entretuviera. Creo que ya lo tenía planeado cuando me pidió el número el otro día...
— ¿Sabes? Me parece muy injusto que ya te sepas el nombre de HoSeok cuando tardaste meses en aprenderte el mío.
— Tú apareciste de la nada, él traía buenas referencias, es totalmente distinto...
NamJoon rió con desgana, subiéndose las gafas por el puente de la nariz. Era cierto que NamJoon había hablado maravillas de HoSeok a YoonGi desde mucho antes de que lo conociera, pero no por ello se sentía un poco menos herido al respecto.
— Mira lo que me han regalado — le enseñó su juguete nuevo a YoonGi, girando un par de veces sus caras. A la tercera se quedó con un trozo en la mano. — Oh... — NamJoon miró las dos partes sin entender cómo se había roto, si a penas había usado fuerza al moverlo.
— El Dios de la Destrucción hizo su aparición — Se burló YoonGi — Anda, trae —se lo arrebató de las manos para encajar las piezas. No estaba roto, sólo se había desensamblado una parte, sin embargo, no sabía cómo NamJoon había conseguido desmontarlo tan fácilmente con solo un par de movimientos. En pocos segundos se lo devolvió arreglado — Yo no te he comprado ningún regalo...
— No hace falta que me compres nada...
— ¿Qué podría regalarte yo de todas formas? — se preguntó YoonGi, mirando hacia la ciudad, sintiendo una brisa fresca agitándole el cabello — Debes tenerlo todo ya... Cualquier cosa que pudiera comprarte no tendría ningún valor para ti.
— Hay algo... No tendrías que pagar por ello... Y tendría mucho valor para mí... — YoonGi lo miró, interesado — Tu nombre... El verdadero...
YoonGi sonrió y desvió la mirada hacia el lado contrario, avergonzado. NamJoon podía ser de lo más cursi cuando quería. Pero era verdad que nunca había utilizado su nombre real frente a NamJoon. De hecho, ni si quiera se había presentado. Simplemente, NamJoon leyó su apodo en la chapa de su delantal y había empezado a usarlo sin permiso.
— Min YoonGi.
— YoonGi — repitió NamJoon, pagado de sí mismo. Se había olvidado del honorifico, ya nunca lo usaba. — ¡Ah! Hay otra cosa que quiero por mi cumpleaños...
— ¿Qué cosa?
— El lunes... El lunes es mi cumpleaños. J-Hope y yo vamos a grabar algunas pistas. Me gustaría que vinieras.
— Ahí estaré...
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Don't you (forget about me) | NamGi |
FanficYoonGi no es capaz de recordar un nombre, no importa cuanto lo intente. Aunque en realidad no lo intenta. Si al menos lo hiciera, habría sabido desde el principio que ese desastre andante que siempre rondaba por la cafetería en la que trabaj...