Capitulo 23: No soy tu banco

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—¡Ya! ¡Bésala, idiota, bésala!—le gritó Kassandra a la televisión, levantándose del sofá.

A su lado estaba Daniel, que se comía las uñas de la emoción. Ni que no supieran como terminaba... que mentes tan frágiles tienen estos dos, que olvidan lo que ya vieron más de cincuenta veces.

Pero no, el chico al que Kassandra le gritaba con tanta insistencia no besó a la chica, así que la chica, después de un largo abrazo, se fue.

—Odio a Wes.

—¡Fue el beso más esperado de toda mi infancia! ¡Y no sucedió!—se lamentó Daniel, fingiendo llorar en el sofá.

Ellos dos se habían conseguido un disco con la temporada completa de Power Rangers Time Force, así que decidieron revivir su infancia ese sábado, aprovechando que no tenían tarea pendiente.

—¿Y ahora qué hacemos?—preguntó Kassandra a Daniel, sentándose a su lado y quitándole el recipiente de palomitas que él tenía en las manos.

El chico se levantó del sofá y se fue a la caja donde guardaba todas sus cintas piratas, luego regreso con Kassandra para elegir junto a ella lo siguiente que verían. Hacían eso hace mucho tiempo ya, se podía decir que desde que tenían uso de memoria, siempre se reunían para pasar largas horas mirando la television.

—Tengo la Justice League, todas las de Harry Potter, Dragon Ball, Super Campeones, aca hay mas de los Power Rangers...—dijo Daniel, revisando los discos.—Zoboomafoo... ¿porque tengo a Zoboomafoo?

—Porque eras un adicto.—contestó Kassandra, sacando discos.—¡Scary Movie!—gritó emocionada.

Daniel negó con la cabeza, cuando su amiga levantó el disco sonriendo victoriosa. Era evidente el miedo que sentía.

—Oh no, no veremos eso de ninguna manera.

—¡Es de chistes!

Pero el miedoso de Daniel no iba a dar su brazo a torcer. El pobre chico había desistido de cualquier película de terror, sus vacaciones lo habían dejado más que traumado.

—No, no quiero.

Y claro, Kassandra tampoco es de las chicas que se rinden sin dar pelea antes. Así que se levantó y fue directo al DVD, para poner el disco de Scary Movie. Daniel la agarró del brazo e intentó regresar su cuerpo al sofá.

—Suéltame.—dijo tranquila Kassandra, volviendo la mirada hacia su amigo.

—¿O qué? ¿Que me harás, Kassy?

Esa fue la chispa que encendió la flama, si algo odiaba Kassandra es que la llamaran de esa forma tan infantil, detestaba con todo su ser que le digan Kassy.

Ella volteó la cara al estilo de la niña del exorcista y miró a Daniel con una sonrisa terrorífica. Al comprender que la había cagado, el chico la soltó y intentó huir, pero Kassandra lo atrapó antes de que saliera de la sala.

—¡CALZÓN CHINO!—grito Kassandra, tirando a su amigo al suelo y subiéndose en su espalda.

—¡MAMÁÁÁÁ!—gritó Daniel, pidiendo ayuda a la mujer que le dió la vida.

Nora, la madre de Daniel, ya estaba acostumbrada a las peleas de ellos dos, así que no acudió en la ayuda de su único hijo (aun cuando escuchó sus gritos desgarradores) y lo dejó morir en manos de Kassandra... bueno no, alguien llegó en ayuda de Daniel y se lanzó encima de la chica.

No todos los perros odiaban a Kassandra. Hércules, el perro de Daniel, estaba en esos momentos encima de la chica y le lamia la cara, esa era su forma de proteger a su amo de morir en las manos de su mejor amiga.

¡La culpa es de Kassandra!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora