Cruel

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12. I said something rude;

Vernon le echó de nuevo un vistazo al chico que tenía frente a él. Un enano de cabellos rubios que parecía estar muriéndose de los nervios.

— ¿Así que tu nombre es Jihoon?

El pequeño tragó saliva y asintió, tratando de hacer el menor contacto visual con nosotros. Vernon se había acercado a hablar con él cuando vio que estaba haciendo algo raro en su casillero. Pero, nadie espero que el chico se echará a correr como si su vida dependiera de eso, bueno, yo sí. Al final, terminamos en una persecución que terminó en la segunda planta del instituto cuando al chico desconocido se le acabó el aliento. Vernon le había acorralado contra la pared y yo sólo observaba desde atrás, esto no iba a terminar bien.

¡Vernon iba a noquear a su Julieta cuando supiera la verdad!

— ¿Qué hacías en mi casillero?

El chico llamado "Jihoon", se encogió de hombros, como si estuviese pensando en que responderle a Vernon.

Traté de imaginarlo en mi cabeza, quizá algo como, "sólo te dejaba la carta que yo mismo escribí con amor para ti, nada malo".

— ¿No vas a responderme?

—Lo juro, yo sólo iba a dejarla —murmuró Jihoon.

— ¿Dejar qué?

Oh, por todos los demonios, esto se iba a salir de control.

—La carta.

En un pestañeo, la fría mirada de Vernon se volvió cálida y sus ojos se abrieron bastante grande; su rostro pareció iluminarse como el mismo sol. Entonces, cuando creí que todo iba a salir mal, Vernon acercó más su rostro al chico que parecía rezar por su vida.

Y yo no me la podía creer. ¿No le parecía ni por asomo raro que un chico le anduviera dejando cartas?

— ¿Tú la conoces?... ¿Sabes quién me escribe?

Oh, bueno. Eso tenía más sentido.

El pequeño chico, alzó la vista para mirar perplejo a mi amigo que parecía haber encontrado un tesoro.

— ¿Sí? —contestó el chico.

— ¡¿Es en serio?! ¿Sabes quién es? Es una chica de primer año, ¿verdad? ¿Es linda? ¿Es muy tímida? ¿Es acaso que soy el primer chico que le gusta?

A pesar de que el chico parecía confundido por el montón de preguntas que estaba lanzando Vernon, pareció reaccionar a la última pregunta con bastante burla.

—No lo dudes —dijo, conteniendo las ganas de reírse.

Luego, de todo el disparate que había sucedido, Vernon dejó ir al chico con la condición de que le dijera a su "admiradora" que le gustaban mucho sus cartas y que no dudará en ir a hablarle cuando se sintiera con un poco más de confianza. Me obligó a volver junto con él a los casilleros para recoger la carta que le habían dejado y la llevó abrazada a su pecho durante todo el camino, diciendo tonterías cursis que la verdad no me atrevería a repetir.

En todo el camino de regreso a casa, no dejé de pensar en que ese chico podría ser el admirador de Vernon, pero lucía demasiado indiferente a él como para serlo. Quizá el chico que le escribía las cartas era más listo de lo que yo esperaba, usando a sus amigos como señuelos.

— Vernon me ha contado que conoció a Jihoon.

Jisoo caminaba junto a mí, cargando una enorme pila de libros, al igual que yo. El profesor Eun, se había cruzado con nosotros por el pasillo durante el receso y le había parecido buena idea pedirnos de favor que lleváramos unos libros a la oficina del profesor Kang.

—Creí que le dirías a tu amigo que dejará de mandarle cartas.

—No me hizo caso. Es la primera vez que le veo así por alguien, nunca se había enamorado.

Me detuve un momento para reafirmar el agarre de los libros que sentía que se resbalaban entre mis dedos y Jisoo espero a que volviera a mi andar para continuar caminando a mi lado.

— ¿Necesitas ayuda?

—No.

Ambos seguimos por el extenso pasillo, en silencio, detestaba que Jisoo me tratará como una chica.

—Si gustas yo podría llevar los libros.

—Ya te dije que no.

—En serio no me molesta hacerlo.

—Somos amigos, no soy tu novia. No necesitas cargar mis cosas, yo tengo manos — dije, suspirando de forma pesada.

Jisoo no respondió. Ninguno de los dos dejamos de caminar, pero el camino a la oficina del profesor Kang se volvió tortuosamente largo. Lo peor a no poderle cerrar la boca a Jisoo era tener que soportar su silencio.

—No quise decirlo de esa forma... —intenté arreglar la situación.

Pero, él no me contestó. Llegamos a la oficina sin decir una palabra y dejemos los libros sobre su escritorio. El profesor Kang era un hombre de unos cincuenta años, con arrugas apenas visibles. Amable la mayoría del tiempo. Nos despedimos de él y salimos de la oficina, cerrando la puerta detrás de nosotros.

—Jisoo...

—Voy a hablar con mi amigo, pero en verdad, lo juro, él pude llegar a ser muy terco a veces —dijo, interrumpiéndome, su sonrisa fue lo más forzado que nunca antes vi.

—Jisoo, ¿estás bien?

—Tengo que ir a clase.

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Resubido 14 Diciembre 2021

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