jeonghan se enamoró sólo para darse cuenta de que nunca podría ser correspondido. perdido entre la tristeza y el rechazo se encontró con alguien que blasfemó amarle.
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37. What the heck;;
Abandoné el aula sin mirar atrás ni un segundo, sólo me concentré en la persona que esperaba por mí sosteniendo lo que parecía ser su almuerzo. Una parte de mi se esperó este ataque de él, pero aun así no podía dejar de sentirme inexplicablemente tan feliz. Gruñí por lo bajo y continué mi camino hacia él. No le diría ni una sola palabra de lo que acaba de pasarme por la cabeza nunca, ni aunque me apuntará con un arma a la cabeza. Era demasiado vergonzoso para reproducir mis pensamientos en palabras.
―Hola ―fue lo primero que dijo cuando estuve frente a él ―. ¿Nos vamos?
¿Qué? ¿Desde cuándo mandaba? Estaba tan sumido en mis propios pensamientos que comencé a seguirle sin rechistear a pesar de que sentía en la necesidad de discutir y llevarle la contraria. ¡Estaba mal! Me sentía muy feliz de verle de nuevo.
―Sé que nos hemos visto durante las vacaciones, pero han sido un poco tristes los días que no nos vimos, te extrañé mucho.
El rostro se me calentó tanto, tuve la necesidad de desviar la mirada.
"¡Debes responderle!" gritó una voz en algún rincón de mi cabeza.
―Patético... ― "¡no, no, eso no!" ―Eh, va a sonar patético, pero yo también lo he hecho... Te extrañé.
Jisoo sonrió tan adorablemente, ¿era esto lo que necesitaba para arrancarle una de esas sonrisas? Hice una nota mental sobre ello, debería hacerlo más seguido, por qué no.
― ¿A dónde vamos? ―pregunté, recordando que estábamos caminando por el pasillo con otros estudiantes, aunque para mi sorpresa, todos estaban metidos en sus propios asuntos.
―Podemos ir a la vieja bodega de periódicos ―sugirió.
La vieja bodega de periódicos era si no el más abandonado lugar del instituto, uno de los más abandonados. Se encontraba en el segundo piso y a pesar de que nadie lo usaba estaba abierto al público estudiantil. Sólo una vez había escuchado de él, y fue porque Vernon mencionó que tuvo que estar ahí solo una hora como castigo de un juego, sí, a Vernon le asustaban los lugares sucios y abandonados.
― ¿Y por qué ahí?
Jisoo contuvo sin mucho éxito la risa.
― ¿En serio vas a hacerme decirlo?
Capté al instante y me sonrojé. Chasqueé la lengua y le di un codazo mientras él se deshacía en risas escandalosas. ¡Lo mataría!
―Tienes tan puro corazón, casi me siento un degenerado ―confesó.
Le empujé sin poder articular ninguna palabra a mi favor, pero sí que le dejé ver lo enojado que estaba. Él siguió soltando risillas de vez en cuando mientras caminaba a mi costado, y yo simplemente me limité a esconder las manos en los bolsillos, notando la ausencia de algo. Mi suerte no podía ser peor ahora. Había dejado el móvil en mi asiento. No importaba mucho, Seungcheol seguro lo guardaría.
Para cuando llegamos a la bodega de los periódicos Jisoo había dejado de reírse de lo que sucedió hace un momento para reparar en el hecho de que yo no había traído conmigo nada.
― ¿No comerás?
―No tengo hambre en realidad ―contesté sin mucho interés adentrándome a la bodega.
―Puedes tener de lo mío ― dijo, yendo detrás de mí ―. Mamá ha hecho demasiado, supongo que con esa intención.
Sentí que la cara se me pintó de colores al recordar que sus padres sabían sobre lo nuestro. Aún me costaba un poco verles a la cara.
―En serio, no tengo hambre.
Puse punto final al tema y me senté sobre la esquina del escritorio polvoriento que se encontraba pegado a una de las paredes. Se notaba con facilidad el poco uso que recibía tanto de los estudiantes como del personal de limpieza.
― ¿Seguro? ¿Y, qué si comienzas a sentirte mal entre clases por andar con el estómago vacío?― dijo, sentándose a un costado de mí ―. No me gustaría que pasará.
― ¡Bien! ― exclamé, encarándole―. Comeré un poco de lo que tu mamá preparó, ¿contento?
Jisoo asintió de inmediato.
―Mucho ―afirmó y se inclinó sobre mí.
Me plantó un beso en los labios y me reproché a mí mismo por haberme quedado en blanco. No era un crío de primaria para no saber qué hacer en estos casos. Tenía que responderle, no podía quedarme atrás. Él siempre andaba por ahí besándome sin pensarlo dos veces.
―Eres muy injusto ―murmuré antes de tomarle por el cuello de la camisa, buscando la cercanía de sus labios de nuevo.
Me vi obligado a terminar el beso cuando escuché algo estamparse contra el suelo cerca de la entrada. Me arrepentí de haber girado a ver qué pasaba.
― ¿Seungcheol? ―casi tartamudeé.
Él parecía estar paralizado, en completo choque. Pero, mi voz le había hecho reaccionar un poco, convirtiéndose en un mar de incoherencias sin sentido. En ningún momento nos miró directamente a los ojos.
―Yo... Yo... ―sus manos no dejaban de moverse ―. Creo que les he interrumpido, mejor me voy.
¡Joder, vio todo!
Me levanté al tiro de dónde estaba con la intensión de detenerle, ¿qué le iba a decir? ¡No lo sabía! Pero tenía que explicarle. Para cuando llegué al marco de la entrada le vi corriendo por el pasillo como alma que llevaba el diablo. ¡Había huido!
La cara se me caía de vergüenza, no era esta la forma en la que quería que se enterará, joder, ésta no era la forma. Bajé la mirada al suelo sólo para encontrarme con mi móvil roto por la pantalla, ni siquiera eso me sacó del estado de pánico en el que estaba. Me llevé las manos a la cara, no podía ni imaginar qué le estaba pasando por la cabeza al idiota de Seungcheol.
― ¿Jeonghan? ¿Estás bien?
Ugh.
180131.
Resubido 20/12/2021 En unas horas más tarde material nuevo al fin me puse al corriente keke