ROUGE

Run

24. It isn't;

El timbre sonó y la clase terminó dando por terminado el día de hoy. El profesor nos dejó ir recordando hacer lo últimos ejercicios del libro y enfatizando lo importante que era estudiar para el examen rutinario después de concluir con un tema. Tomé mi libreta y el lápiz que usé, para después colocarme la mochila intentando no chocar con nadie a mi alrededor mientras todos los alumnos se aglomeraban en el marco de la puerta tratando de hacerse espacio para poder salir primero.

Vernon se había colocado a un costado mío mientras Seungcheol permanecía aun en su asiento, comportándose como un miedoso ya que en cualquier momento podría cruzarse con Geumsuk.

—Jeonghan hyung —me llamó Vernon cuando apenas lográbamos poner un pie fuera del salón —. Iré a casa de Wonwoo.

—Bien.

Los dos nos abrimos paso por el pasillo lleno de personas que iban en todas las direcciones mientras unos cuantos chocaban con otros y lazaban disculpas fugaces antes de seguir por su camino.

—No podremos irnos juntos hoy —avisó.

Le busqué con la mirada, parecía realmente apenado conmigo, como si fuera un código estricto el irnos juntos sólo porque vivíamos por el rumbo. Bufé y negué con la cabeza antes de volver la vista al frente y sacar las manos de los bolsillos de mi pantalón para cuando llegamos a los casilleros.

—Mañana sí podremos.

Vernon sonrió como un niño pequeño y asintió repetidas veces. Coloqué con destreza los dígitos que eran la contraseña de mi casillero y le abrí, buscando unos libros que necesitaría para terminar una tarea que se entregaba mañana. Tomé todos en una pequeña montaña y los guardé todos en mi mochila antes de cerrar el casillero de nuevo y ver como Vernon en lugar de guardar, sacaba cosas, aligerando su mochila lo más posible.

—Oye, ¿ya no has recibido nada?

Pocos chicos se encontraban por el pasillo, la mayoría simplemente iba con la cabeza en otra cosa y podría jurar que nadie de ahí estaba interesado en escuchar lo que decíamos. Vernon, aun así, lució un poco desconfiado de sus alrededores y miró a ambos lados antes de acortar la distancia y llevarse una mano a la boca para cubrirse y que nadie pudiera leer sus labios.

—Dos, de hecho.

— ¿En serio?

Asintió, de inmediato.

—En la carta decía que lamentaba haber dicho lo de dejarlo y volvió a escribir sobre como era su día y recordarme que comería bien.

—Oh vaya, ¿y cuándo le dirás que sabes quién es?

Vernon se sorprendió, se llevó una mano a la boca como si lo estuviese meditando y vi como sus ojos se llenaban de inseguridad para después dar paso a la ansiedad.

—No lo sé... Quiero decírselo, pero cuando hablamos en la cafetería se muestra tan frío que a veces creo que no le parezco la gran cosa.

Fruncí el ceño, haciendo un ademan con mi mano descartando esa idea, antes de que comenzará a creérsela realmente.

—Claro que no —declaré, pero él no pareció muy convencido. Suspiré derrotado y agregué: —. En realidad, él te mira... finge estar comiendo el almuerzo pero está muy atento a todo lo que haces más cuando te acercas mucho a... ¿Jun?

Vernon prácticamente se quedó con la boca abierta, mientras su mirada lo decía todo. Se rió incrédulo y fue tan fácil notar como la felicidad se le impregnaba en todo el rostro, que me costaba creer que nadie viera a través de él cuando se acercaba a Seungkwan y se volvía tímido como sólo hacía cuando alguien le gustaba, y eso no pasaba seguido.