jeonghan se enamoró sólo para darse cuenta de que nunca podría ser correspondido. perdido entre la tristeza y el rechazo se encontró con alguien que blasfemó amarle.
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40. Just lay with me;
Mis mejillas empapadas por las lágrimas lograron estremecer a Seungcheol. Éramos dos idiotas tratando de tener una conversación seria.
No quería llorar frente a él, sabía exactamente cómo se sentía al respecto, yo tampoco sabía qué hacer en estos momentos; ninguno de los dos había visto en un estado tan vulnerable al otro, no al punto de derramar lágrimas.
Sus torpes pies cortaron la distancia de dos metros que Seungcheol había impuesto y puede verle frente a mí a escasos centímetros. No tenía más palabras que decir, mi gran secreto había sido descubierto y realmente no esperaba que Seungcheol lo entendiera.
Mi vista fue al suelo de inmediato. Tenía la mente nublada y solo podía pensar en que probablemente balbuceaía algo sin sentido y se iría. Sentí la garganta seca y el escozor en mis ojos, me concentré en la incomodidad del momento y tragué saliva cuando oí la voz de Seungcheol intentando comenzar una frase que más bien eran palabras sin coherencias. Siempre era tan estúpido...
— Lo siento, Jeonghan...
Suspiré por lo bajo, ya había dicho eso.
Hizo una pausa y continúo. Todavía mantenía la vista cabizbaja.
—No creí... siempre decías que era un tonto, jamás creí que... Yo podría gustarte, siempre bromeaste como los demás.
Cerré los ojos de manera pesada, estaba tan cansado; todo este tiempo fingiendo, tratando de encajar con los chicos de la clase, angustiado de que alguien pudiera ver a través de mí. Volví a mirarle.
—Solo quería sentirme normal —repliqué.
Seungcheol no emitió ninguna respuesta, realmente tampoco esperé algo de él. Pude ver cómo se removía nervioso ahora sus manos con movimientos torpes. Presionó su boca y tragó saliva. Pasó una mano por detrás de mi cabeza y me obligó a esconder el rostro en hombro. Aún estaba llorando.
—Jeonghan eres normal.
Su voz fue baja y cálida, una caricia confortante. No respondí, acepté el gesto y por primera vez desde que nos conocíamos me permití refugiarme en Seungcheol.
Por mi mente corrieron todos esos escenarios que una vez imaginé donde él simplemente sonreía incómodo, se alejaba y rompía en silencio nuestro vínculo. Mi corazón sintió la calma y supe que todos esos momentos en los que reímos realmente eran más que una buena broma. Éramos amigos.
Seungcheol se mantuvo en silencio, su mano sobre mi cabeza, su cuerpo rígido, estaba intentando con todo su ser. Torpe, intentó reconfortarme y recibí el gesto sin quejas.
Nos separamos cuando Seungcheol mencionó que necesitaba regresar antes de que la clase de matemáticas comenzará. Se le daba fatal y realmente era malo entendiendo las notas, había aún un poco de incomodidad entre los dos, ambos estábamos seguros que no era el mejor momento para bromear. Se fue después de dirigir una breve despedida y agregando un "mañana nos vemos".
Terminé recostado sobre la pista, el cielo azul ligeramente nublado aún siendo mediodía. Aún podía sentir la mano de Seungcheol obligándome a inclinarme sobre su hombro. Mis ojos irritados por las repentinas lágrimas que ahora yacían secas en mis mejillas.
Distinguí el andar de un extraño, no me molesté en ver de quién se trataba; podría ser un profesor o algún estudiante que estaba saltándose clases al igual que yo. Los pasos sonaban cada vez más cerca hasta que se detuvieron a un costado de mí. Entorno los ojos en su dirección con pereza, un cuerpo tendido junto a mí. Un invitado inesperado haciéndome compañía.
— ¿Cómo me encontraste?
Giré mi rostro en su dirección. Mis ojos se encontraron con los suyos mientras formulaba mi pregunta.
Jisoo sonrió.
—Seungcheol me lo contó.
¿Por qué?
Fue lo primero que cruzó por mi mente, siempre necesitaba saberlo; era un requisito innecesario, un anhelo de confirmación, mi boca no gesticuló ninguna palabra. Deseaba escucharlo, pero mi corazón sabía la respuesta.
—Seungcheol dijo que habían hablado y estaban bien, pero quise venir de todas maneras.
Jisoo pareció ver en mí, sus dedos buscaron mi mano, su tacto era totalmente diferente a Seungcheol. Su contacto era gentil, pero decidido. Su piel lograba estremecerme de una manera que no podía compararse a nada más.
— ¿Estás bien?
Mis ojos cautivados por la presencia de Jisoo y su voz tan amable, el calor se instaló en mis mejillas. Mi corazón latía feliz porque Jisoo estaba dándole respuesta a una pregunta que no emití.
—Sí —replique dos octavas más bajo de lo habitual —. Sólo estoy cansado... Ahora que mi careta se cayó, ya no tengo que fingir.
Jisoo sostuvo con fuerza mi mano, devolví el gesto. Mis labios se curvaron en una sonrisa tratando de trasmitir paz a la inquietud que parecía asediarle.
—Entonces descansemos aquí.
Reí.
Mi corazón latió de forma acelerada nuevamente en regocijo.
* Escrito 26/12/2021.
Los amigos son amigos para siempre y por siempre uwu. Lento, pero seguro.