ROUGE

Drunk

16. What a lie;

Tomé una bocana de aire cuando estuve frente a la puerta de Seungcheol; había estado corriendo sin poder detenerme en realidad, y el bus había durado siglos. Apoyé las manos en mis rodillas por un segundo y volví a tomar una profunda respiración. Quise ignorar por completo esa inquietante situación, pero en es que me era imposible ser ajeno a todo aquello.

¿Qué le pasaba a Seungcheol?

Me erguí de nuevo y estiré el brazo hasta alcanzar el timbre, lo presioné dos veces y esperé a que Seungcheol fuera quien abriera la puerta. Tragué saliva, nervioso. Hace mucho que no venía por aquí. Mantuve la vista puesta en la puerta, y pude ver como un camino de luz se formaba desde el segundo piso descendiendo hasta la primera planta y por último a la sala, escuché la puerta rechinar al ser abierta y sólo después de eso pude ver el rostro de Seungcheol.

—Apareciste —susurró.

Fruncí el ceño y me acerqué a él, dándole un empujón en el pecho para que se hiciera a un lado y me dejará pasar. Me estaba congelando ahí afuera.

—Fuiste tú quien me pidió que viniera —repliqué juntando mis brazos y soplando aire caliente por mi boca con la esperanza de que mis dedos se desentumieran.

Seungcheol cerró la puerta detrás de nosotros y simplemente asintió. Lo cual me hizo sentir un poco nervioso de nuevo al recordar el mensaje que me había mandado. Seungcheol no era una persona que necesitara una charla motivacional porque él era quien las daba siempre; él era quien mantenía al resto con un poco de autoestima, o al menos él me mantenía a mí de esa manera. Seungcheol sólo había estado así de triste, por su perro que falleció al estar nosotros en segundo grado de secundaria y en realidad no había sido un gran consuelo, sólo unas palmaditas en la espalda y quedarme con él jugando videojuegos toda la noche.

— ¿De qué quieres hablar? —cuestioné encarándole por completo.

Una parte de mí se moría de miedo de lo que fuera a decir en realidad no estaba seguro de que diría, mucho menos lo que haría si no tenía una respuesta para lo que fuera a decir.

Seungcheol me miró por un par de segundos y después simplemente se rió por lo bajo, sacudiendo la cabeza y pasando la palma de su mano por su rostro, que parecía estar avergonzado; como si estuviese siendo un completo tarado.

—No... —dudo por un momento y volvió a hablar — No debí llamarte, sólo estoy actuando demasiado marica.

Su voz fue casi nula mientras usaba mi adjetivo calificativo favorito para referirme a cualquier cosa que él decía o hacía para molestarme.

—No te ves muy bien, ¿sabes?

El mantuvo su cabeza gacha mientras escondía el rostro en su cara; pero una sonrisa se formó en sus labios, mientras que sus ojos lucían como si estuviesen a punto de llorar y no lo soportaran más.

— ¿Tú lo crees...?

Mordí mi lengua antes de que dijera algo complemente insensible acerca de su estado de ánimo. Sabía que no nos moveríamos ni un centímetro más de ahí y decidí sentarme en el frío suelo del recibidor, juntando mis piernas en posición de loto y esperando a que Seungcheol me siguiera. Sin decir ninguna palabra me imitó y pude ver de nuevo su rostro, que parecía decaído, sus ojos estaban rojos y ciertamente se encontraba al borde de las lágrimas.

— ¿Es por Geumsuk?

Seungcheol contuvo la respiración por un instante y después volvió a sonreírme como si eso anulará el hecho de que estaba derrumbándose frente a mí.