ROUGE

Date

25. It's our very first time;

Permanecí al costado de Jisoo mientras ambos observábamos el menú que rezaba debajo de donde se suponía haríamos la orden. Habíamos terminado en un Subway después de correr veinte calles colina arriba y Jisoo colapsara.

El aire acondicionado y mi cuerpo agitado era una combinación extraña, pero me gustaba. El establecimiento lucía amplio, y en su mayoría silencioso, a excepción de la mujer que se encontraba detrás de la barra, atendiendo a los clientes. Miré por el rabillo del ojo hacía Jisoo, presencié el momento exacto en el que una gota de sudor se deslizó su sien, lentamente. Y volví a mirar al frente, recordando la persecución de hace unos momentos.

Jisoo había gritado mi nombre para rogarme que me detuviera, y lo siguiente que supe fue que él estaba recostada boca arriba en plena acera mientras su pecho subía y bajaba violentamente, en un intento de recuperar el aliento que se le escapaba entre los labios.

Presioné mis labios en una firme línea y giré al costado contrario de donde se encontraba Jisoo, cuando sentí mis mejillas arder por lo ocurrido. Me había portado como un niño pequeño y Jisoo no fue de ayuda al decir montón de cosas sobre lo lindo que era al avergonzarme camino al Subway que habíamos pasado una calle abajo. Todo fue peor cuando al entrar al establecimiento el abrió la puerta, dejándome pasar primero y medio público lo notó. Ahora, nos encontrábamos en una fila eterna para ordenar en medio de un incómodo silencio que no encontraba como romper, y a juzgar por la actitud callada que Jisoo adoptó después de lo sucedido con su acto de caballerosidad, sospechaba que él tampoco.

Un grupo de chicos recibió su orden y nosotros avanzamos en la fila. Nos encontrábamos detrás de un hombre mayor junto con una niña que le tomaba de la mano mientras se mecía sobre sus pies, esperando con impaciencia a que fuese su turno. Perdió el equilibrio y por poco cayó. Se giró a todos lados, asegurándose de quien había visto el accidente. Sus ojos fueron a donde yo y frunció los labios para después desviar su mirada a Jisoo, que aún miraba el menú.

Chasqueé la lengua y codeé el hombro de Jisoo, haciendo que se girará a mí.

—Le gustas a la niña —musité, desviando la mirada a otro lado para no ser obvio.

—Oh...

Entorné los ojos a él de nuevo y estaba sonriéndole a la niña a la par que sacudía su mano en un intento de ser amigable con la pequeña que ahora mantenía contacto visual con Jisoo. Hasta que fue demasiado para ella y volvió a mirar al frente, abrazándose a la pierna del hombre mayor.

Bufé, recordando como mi madre y hermana también se habían dejado hechizar por la sonrisa y los gestos de Jisoo.

—Esto es nuevo —murmuró sólo para mí —, no sabía que eras del tipo celoso, Jeonghan.

Lancé un codazo a él.

—Por supuesto que no lo soy —respondí con el mismo tono de voz que él, bajo.

Jisoo enarcó una ceja, dudando de lo que hablaba. Y yo volví a bufar, rodando los ojos. Jisoo contuvo la risa y avanzó cuando alguien más recibió su pedido y todos avanzamos.

Un par de minutos después fue nuestro turno. La mujer detrás de la barra nos saludó cordialmente y escuchó atenta a nuestras órdenes. No supe que ordenar así que Jisoo comenzó primero. Se supone que tuve un poco de tiempo para pensar en que ordenaría yo, pero no pude evitar escuchar con atención mientras elegía los ingredientes. Le gustaba el pan integral, crujiente, descartó los pimientos verdes, eligió el queso Mozarella casi de inmediato y se debatió en pedir un aderezo, haciendo una mueca a cada opción que le dio la mujer de la barra, al final decidió la salsa de chipotle y una soda.